Especiales
Paraguas: protagonistas a lo largo de los tiempos
Sin sentido
El objeto, cargado de colores, se había convertido en su aliado. Poco a poco se había transformado en una prolongación de su propio brazo, y hasta había llegado a sentirse desprotegido cuando no lo llevaba.
Si el cielo estaba nublado ameritaba llevarlo, y si había sol también resultaba imprescindible. Si hacía frío, si hacía calor, si estaba alegre o se sentía triste, siempre necesitaba de su paraguas abierto sobre su cabeza. Una sola circunstancia lo liberaba de ese techo protector que necesitaba desde hacía ya muchos años, la lluvia. El agua que se deslizaba con tanta libertad sobre su cuerpo era en sí misma la caricia que le faltaba. Se hacía uno con ella y ya no necesitaba escudos que lo ocultaran del mundo, ni techos que lo separaran de aquello que la vida podía ofrecerle. ¡Amaba mojarse los días de lluvia! No existía sensación más placentera que sentir el perfecto deslizamiento de las gotas sobre su cuerpo, y sobre todo verlas caer, una a una por el extremo de su paraguas cerrado.
Andrea Viveca Sanz
Un poco de historia
Se cree que los paraguas, también llamados quitasoles, parasoles o sombrillas, surgieron en China en el siglo XI AC. Llegan a nosotros evidencias de civilizaciones antiguas en las que aparecen especies de paraguas confeccionados con hojas, cañas, telas o pieles, como es el caso de algunos bajorrelieves de Nínive o artesanías y pinturas de Tebas.
Con el tiempo, los quitasoles primitivos se expandieron por Europa donde se llenaron de puntillas, encajes y sedas y se llamaron en sombrillas, asociadas a la seducción femenina.
En algunas fiestas griegas era común desplegar sombrillas encima de las estatuas de algunos dioses como Dionisio, Deméter o Hermes, ya que de esa manera se protegía el poder superior. Lo mismo sucedía en algunas procesiones de la India.
Las mujeres romanas también los usaban para protegerse del sol. Durante el renacimiento muchos caballeros llevaban un paraguas en sus largos viajes a caballo.
En Inglaterra era común ver a los hombres salir siempre con un paraguas colgado de su brazo.
Hoy en día los impermeables han desplazado un poco a los paraguas, aunque estos últimos siguen vigentes.
Simbología de los paraguas
Tanto los paraguas como las sombrillas suelen asociarse a la protección. Debajo de ellos podemos encontrar un refugio seguro, un espacio en el que es posible replegarse y mirar hacia adentro.
En las diversas culturas se han utilizado como objetos de seducción, sobre todo las sombrillas, junto con los abanicos y los guantes. También han sido símbolo de realeza y estatus.
En la actualidad, sobre todo en algunos países de oriente, son utilizados como símbolo de resistencia en muchas protestas callejeras.
Tal vez los paraguas son considerados objetos que tienen una magia especial y es por ello que en las distintas ramas del arte han sido elegidos como protagonistas de numerosas obras.
En las letras
El escritor Gabriel García Márquez realiza un formidable ensayo sobre los paraguas:
“El paraguas sirve para muchas cosas, menos para lo que su nombre indica. Sirvió a los poetas surrealistas para hacer buenas metáforas: ‘La noche abre su paraguas agujereado por la lluvia’. (…) Sirvió a los autores de narraciones policiacas, como elemento identificador del misterioso hombre que llevaba en una mano un paraguas y en la otra una bomba de tiempo. Sirvió a los precursores de la aviación y de su adiestramiento más cercano, el paracaídas, para romperse la crisma por tres veces consecutivas, antes de que cantara el gallo (…) Sirvió para romperse en los momentos de más urgencia y para enredarse en los flecos de las cortinas de los almacenes en los instantes más inapropiados. Sirvió para todo. Hasta que el bombardeo con que los nazis castigaron a Londres y que era como si estuvieran sobre la ciudad en niebla una desconcertante cantidad de primeros ministros británicos…”
En muchos cuentos infantiles el paraguas se convierte en protagonista, tal es el caso del de la escritora rosarina Susana Solanes “Antes, los paraguas eran aburridos” en el que se narra la creación de unos paraguas que se teñirán de colores para permitir a las mujeres del pueblo lluvioso salir de sus casas, como lo hacían los hombres.
“La reina entró al salón, se sentó en el trono y, sin permitirles que se sentaran, empezó su discurso.
– ¡Muchachas de la corte real! ¡Encantadoras señoritas! Hace unos días que estoy pensando que mi reinado tiene que pasar a la posteridad por cambiar algo en el mundo, por lo menos en nuestro reino. Y para ello, nadie mejor que ustedes que tienen tanto tiempo libre, para colaborar conmigo. Quiero que las mujeres de este reino se destaquen por su inteligencia, libertad y libre pensamiento. También por sus decisiones y sentido práctico-…”“La condesita estaba pensando así, cuando algo pasó en la calle que llamó su atención. Una fuerte ráfaga arrancó flores y hojas de los árboles que cayeron sobre los negros paraguas manifestando así, la presencia eterna del sol y el perfume de la luz.
– ¡Eso es! – a Carmelinda se le iluminó el rostro -De esta manera, las mujeres podremos salir a lucirnos en los días de lluvia-…”
El cuento de Rodolfo Walsh “Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto)” es un relato policial breve en el que el paraguas es un objeto de investigación.
En una noche de tormenta se produce un crimen debajo de un paraguas. Tres son los sospechosos. Del escenario del crimen se conservan los sombreros de los portugueses y el paraguas. Para resolver el caso se tendrán en cuenta las posiciones ocupadas por cada uno de ellos debajo del paraguas:
–Entonces ¿qué hicieron? –preguntó el comisario Jiménez.
–Uno maldijo la suerte –dijo el primer portugués.
–Uno cerró el paraguas –dijo el segundo portugués.
–Uno nos trajo corriendo –dijo el tercer portugués.
El muerto estaba muerto.
En las artes plásticas
Muchas pinturas incluyen paraguas y sombrillas en todas las épocas. Aquí, algunas de ellas:
Paraguas y sombrillas de Juan Ruiz Ibáñez
Igualmente atractiva es la famosa calle de los paraguas en Agueda, Portugal
Especiales
Radio Provincia cumple 85 años y lo celebra con su estudio en la calle y música en vivo
Radio Provincia de Buenos Aires, la radio pública de los bonaerenses, cumplirá mañana 85 años y para festejarlos dispuso una transmisión especial en la vía pública, por lo que los estudios se montarán en la esquina de avenida 53 y calle 11 de La Plata.
Desde las 9, se transmitirá en dúplex por AM 1270 y FM 97.1.
La programación contará con entrevistas especiales, invitados y la presentación de bandas en vivo como Tangorra Orquesta, Martes de agua, El batacazo, Diego Martínez, Inés Mauri, Silvina Moreno y un gran cierre a cargo de Árbol.
La radio inició sus transmisiones en La Plata el 18 de febrero de 1937, unos meses antes que Radio Nacional. Sus primeros estudios funcionaron en el Pasaje Dardo Rocha, y desde 1972 la radio se instaló en el Palacio Achinelly, un emblemático edificio ubicado frente a la Municipalidad platense.
Durante años, con auditorios llenos, Radio Provincia produjo conciertos de destacados artistas populares como Atahualpa Yupanqui, Edmundo Rivero, Aníbal Troilo y el Chango Nieto.
También el gobernador Antonio Cafiero marcó un hito al realizar, durante los cuatro años de su mandato, el programa “La hora del Gobernador”, constituyendo un puente directo entre el Estado y el pueblo bonaerense.
Bajo la gestión del gobernador Axel Kicillof y con la dirección de Marcelo Figueras, Radio Provincia renovó su programación, mejoró sus instalaciones y actualizó su estructura organizacional, para potenciar su vigencia acorde a los nuevos tiempos.
Desde los distintos programa se invita a los oyentes y amigos de la radio a sumarse a los festejos.
Especiales
Historias de confinamiento para épocas de coronavirus: la leyenda del castillo de Drácula
Por Carlos Sala (*)
En la noche oscura, nada hay salvo el propio corazón. Los monstruos que vendrán a atacarte serán aquellos que tú mismo hayas creado. Bajo esta leyenda se esconde el nombre de Vlad III, el Empalador o Vlad, Drácula, príncipe de Valaquia, el personaje histórico que inspiró a Bram Stoker. Si algo fascinó a la sociedad victoriana de finales del XIX de esta leyenda fue el célebre castillo de Drácula, levantado en las montañas de Transilvania. Lo curioso del caso es que el castillo nunca fue suyo, sino del líder militar húngaro Juan Hunyadi, uno de los mayores estrategas de la historia militar europea, responsable de la muerte del padre de Vlad el Empalador, el rey Vald II, y fue el castillo donde el mítico Drácula estuvo encerrado durante trece años, de 1462 a 1475.
Durante estos largos años, los relatos de la crueldad de Vlad III empezaron a circular por toda Europa y los libros que recogían sus batallas, leyendas y torturas se convirtieron en auténticos “best seller” de la época, sobre todo en los reinos alemanes e italianos. En Rumanía era un héroe popular. Todos querían saber qué crueldades había cometido contra los otomanos, enemigo de todos los pueblos europeos, por un lado temiendo su rabia y violencia y por otro celebrándola al cargarla contra un enemigo común.
Sus estratagemas para vencer a un ejército que les superaba en más de 4 a 1 fueron múltiples, de mandar al campo de batalla a niños y mujeres para tener más cuerpos con los que detener el avance enemigo hasta envenenar pozos que pudieran usar los otomanos, pasando por desplegar enfermos de peste a las líneas enemigas. Aunque si por algún motivo se convirtió en leyenda fue por matar a más de 20.000 otomanos en avanzadilla y recibir al ejército del sultán con un bosque de cadáveres impalados que aterrorizó a los turcos. ¿Quién podía ser capaz de algo así?
La victoria fue celebrada y Vlad convertido un héroe de la región rumana, pero justo después de su gran victoria fue capturado por las tropas húngaras y hecho prisionero en el Castillo de Hunyard, también conocido como el castillo Corvino, nombre del hijo de Juan Hunyard. ¿Qué pasó durante esos trece años que vivió encerrado en el castillo? Poco se sabe, pero a día de hoy todavía se oyen voces de ultratumba entre sus paredes. Algunos dicen que es el propio Vlad, que ansía escapar de su encierro. Otros, que son los grito de horror y sufrimiento de sus víctimas.
El caso es que Vlad fue liberado sólo para morir meses después a manos de los otomanos. Sus enemigos le capturaron y la leyenda dice que lo descuartizaron en 43 pedazos, repartiéndolos por diferentes lugares para que nunca pudiese volver a la vida. La ironía es que con los años se convertiría en epítome de no muerto y figura de cuerpo eterno. Vlad volvía a derrotar a los otomanos después de muerto.
Situado en las montañas Calimani, en Transilvania, en lo que es la actual frontera con Moldavia, hoy es una gran atracción turística, y lo más cerca que existe a una “casa de Drácula”. Entre los fantasmas que dicen que asolan el castillo están los de tres prisioneros turcos a los que se les prometió la libertad si cavaban un pozo y encontraban agua. Después de quince años de fatigoso trabajo, los tres prisioneros encontraron agua, pero cuando reclamaron su libertad lo único que consiguieron fue una cruel burla. Se dice que Hasan, uno de los torturados soldados otomanos, escribió bajo la piedra, “ahora tenéis agua, pero no tenéis alma”. Una nueva demostración que toda casa encantada comienza con un cruel confinamiento.
De estilo gótico renacentista, lo cierto es que este inusual castillo despierta todos los anhelos de lo paranormal. Quizá la figura del vampiro sólo es la del fantasma que ansía un cuerpo con el que volver a conquistar el mundo. Junto a la Winchester Mistery House, es, desde luego, de las edificaciones más espeluznantes que se hayan construido nunca. El mito de Drácula sediento de sangre es en realidad el del fantasma sediento de cuerpo para seguir su vida de venganza, muerte y conquista, el triángulo del mal.
(*) Diario La Razón de España
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Preocupaciones, experiencias y sueños de los libreros, en tiempos de aislamiento social
Por Walter Omar Buffarini /
Entrevistas: Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)//
A casi cincuenta días de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio para hacer frente a la pandemia de coronavirus en la Argentina, muchos son los efectos colaterales de una medida que apuntó fundamentalmente, y hasta el momento con buenos resultados, a cuidar la salud de cada uno de los habitantes.
Entre esas consecuencias no deseadas se cuentan los daños en prácticamente la totalidad de la actividad productiva, realidad a la que la industria del libro tampoco ha podido escapar.
Para entender un poco más acerca de este inesperado momento y cómo pararse frente a él, ContArte Cultura consultó a representantes de algunas de las más importantes librerías de la ciudad de La Plata, quienes contaron sus experiencias y se animaron a delinear el futuro inmediato.
Respecto de las consecuencias inmediatas tras decretado el aislamiento, los libreros coincidieron en que la caída de las ventas fue total, habiendo podido mitigarlo mínimamente con la autorización de la venta online.
En ese sentido, Ana Borean, de City Bell Libros, manifestó que “las ventas han caído abruptamente y el método online con envío incrementó costos y dificultó la comercialización”.
Por su parte, desde Rayuela Libros Guadalupe explicó: “La primera consecuencia fue la librería cerrada”. Asimismo, detalló que ante esto sus primeras actividades fueron “arreglar las bases de datos desde casa y generar contenido para las redes sociales”.
Un tanto más preocupado Eduardo, desde la librería Atenea, aseguró estar “sin posibilidad de ninguna venta durante 30 días, con facturación cero”.
Jorge García, uno de los propietarios de La Normal Libros, explicó que “inicialmente se rompió la cadena de pagos, lo que nos produce un retraso importante con nuestros proveedores, servicios y demás. Un perjuicio muy grande a largo plazo, ya que lo que no se vendió en su tiempo no se recupera”.
Ampliando en ese aspecto, García afirmó necesitar de “un lapso de trabajo de un año para volver a estar al día. Si antes veníamos con carga impositiva muy alta más los gastos que prácticamente no nos dejaba margen, esto nos hace muy difícil afrontar deudas y más a futuro”.
Nuevas estrategias
Ante este panorama, los libreros pusieron en marcha diversas y variadas medidas para sostener su comercio, entre las que se destacan los descuentos y las entregas a domicilio, como así también las ventas a futuro.
“En Rayuela hicimos tarjetas de regalo para pasada la cuarentena y algunas ventas telefónicas con descuentos especiales y a través de nuestra página web”, afirmó Guadalupe, quien aseguró que “no es una tarea sencilla”.
En City Bell Libros la modalidad optada fue “tomar pedidos por Whatsapp (221 5897352), responder así consultas de todo tipo y coordinar entregas en La Plata y toda las Zona Norte que abarca, City Bell, Gonnet, Villa Elisa, Arturo Segui, Los Porteños, Ringuelet y Gorina, entre otras zonas”.
“Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos ya preparado todo nuestro sistema a través de la web para ventas electrónicas con entregas y solo tuvimos que hacer un par de ajustes”, sintetizó García, ampliando que “en La Normal entregábamos por Glovo, pero esa modalidad ya no fue aceptada por la Municipalidad y debimos cambiar el método de envío, que implica un costo extra tanto para el cliente como para nosotros”.
Agradecidos a los lectores
Si bien todos destacan que no pueden compararse las ventas en librería con aquellas que se hacen por envío, los resultados no han sido tan malos.
“Gracias a nuestros fieles clientes, nos encontramos con una gran demanda de pedidos, la que tratamos de responder en tiempo y forma. La gente está urgida de leer o necesitan los libros escolares para hacer las tareas. Tratamos de adaptarnos a esta situación lo más rápido posible y de la mejor manera” afirmó Borean.
Jorge García remarcó que en La Normal tuvieron “muy buena aceptación de los clientes al delivery”, y que “mucha gente nos agradece por hacerles más amena la cuarentena. Un libro es algo fundamental para estos momentos.
En Atenea contaron su experiencia destacando que “la venta electrónica, sea como fuera, es fácil para vender Sacheri, Allende o cualquier otro bestseller, pero es muy difícil para una librería especializada como la nuestra”. De igual modo explicaron que “al no tener página web hacemos las ventas por Facebook, Instagram o correo electrónico, lo que es un poco complicado o engorroso, pero que poco a poco vamos mejorando”.
Desde Rayuela explicaron que la nueva experiencia que les toca vivir es “caótica”, pero a la vez “cargada de emoción y ansiedad”. Del mismo modo se saben “unos privilegiados”, ya que “poder estar trabajando es una suerte”.
Aunque también reconocen inconvenientes: “Como toda forma nueva de trabajo, recién ahora nos vamos organizando. Siempre tenemos activas nuestras redes sociales y a principio de año lanzamos nuestra página web, así que podríamos decir que estábamos preparados”.
Por la vuelta a la normalidad
Finalmente, en relación a lo que los libreros creen necesario para contener su actividad, principalmente figura la necesidad de poder volver a tener gente en sus locales.
“Somos una librería de público presencial en el local”, insiste Eduardo de Atenea, entendiendo que “las opciones para nosotros como para otros comercios similares son implementar horario reducido o, como está sucediendo en otros lugares, salidas reducidas del público según la terminación del documento”.
En el mismo sentido opinó Jorge García: “Lamentablemente vemos un panorama sombrío. Nuestra librería en particular es más un paseo para nuestros clientes. Aquí pueden mirar, hojear, elegir, es una experiencia que ninguna web puede dar. Tener que decirle a un cliente que quiere venir a buscar un libro que no puede, que no podemos atenderlo en la librería, es un puñal para nosotros”.
“Agradecemos que nos hayan tenido en cuenta dentro de las medidas que nos permiten poder vender algo, pero lamentablemente de esta manera sólo podemos cubrir los costos y no mucho más. Entendemos la situación de la pandemia y estamos alineados con la cuarentena, pero sin clientes dentro del local, viendo los libros, asistiendo a las presentaciones de los autores, intercambiando opiniones con el librero, no veo que se pueda mejorar”, aseguraron desde City Bell Libros.
Y en esa mirada hacia adelante, desde Rayuela afirman: “¡Vemos más gente leyendo!” y se atreven a asegurar que “las condiciones cambiarán”.
“Pensábamos transcurrir todo el 2020 cumpliendo nuestros 29 años y festejando los 30 por llegar, pero si bien no vamos a poder llenar la librería de niñas y niños, autores y lectores, ya veremos que vuelta le encontramos. La cosas van a estar difíciles para todos, pero la lectura siempre es un buen refugio”.
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