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Petra Steinmeyer: “Me encanta sacar de contexto palabras cotidianas y reinterpretarlas gráficamente”
Por Andrea Viveca Sanz
Envuelta en un manto de colores y texturas, Petra Steinmeyer se anima a dejar sus huellas en la historia de la ilustración.
Con un estilo propio se deja llevar por el silencio necesario para dar vida a los personajes que habitarán las páginas de sus libros o se moverán por sus numerosas creaciones animadas, a las que además produce.
Con un pie en cada orilla del Atlántico es capaz de atravesar las fronteras con su arte. A uno u otro lado abre sus valijas para dejar salir los sueños adormecidos en la punta de algún lápiz y entregarse a la tarea de hacerlos realidad sobre el papel.
Detrás de sus imágenes es posible encontrar un universo de sensaciones que sólo pueden descubrir aquellos que se atreven a mirar más allá de lo que se ve.
En diálogo con ContArte Cultura, la reconocida ilustradora comparte sus vivencias y nos invita a conocer su mundo dibujado.
—Si tuvieras que elegir un material y un color para presentarte, ¿cuáles serían y por qué?
—¡Sin duda elegiría el papel como material! Es noble, amable y cálido, versátil y variado, y pese a su fragilidad es soporte de tantas cosas importantes: cartas, poemas, garabatos, libros, lágrimas, números de teléfono, lista de compras, confesiones, impresiones y, sobre todo, ¡colores! En cuanto al color, elijo el verde, no sólo por su connotación vegetal y su capacidad de transmitir calma y frescura, sino por ser el color que -como mujer- me resulta más esperanzador en la actualidad.
—¿En qué momento sentiste que la ilustración sería tu camino?
—Me parece que fue a los 13 o 14 años cuando empecé a ilustrar poemas que yo misma escribía, mientras trataba de concentrarme en la clase de matemáticas…
—Contanos que cosas son fundamentales en tu espacio creativo.
—¡Lo principal es que haya tres mesas! Una para dibujar, otra para recortar papeles y otra para la compu. Y para aprovechar bien las tres mesas, necesito un mix de soledad y silencio. No soy de las personas que trabajan o se inspiran escuchando música o la radio. ¡Yo sólo puedo hacer una cosa por vez!
—¿Qué te inspira para dibujar? ¿Cuáles son las fuentes en las que encontrás elementos para crear?
—Creo que el disparador esencial en mis trabajos más personales es siempre la palabra. Me encanta sacar de contexto palabras o conceptos de lo más triviales y cotidianos y darles un vuelo distinto reinterpretándolas gráficamente.
—¿De qué manera construís a tus personajes?
—No soy de hacer muchos bocetos. En general trabajo los personajes mentalmente, y también los fondos. A veces pienso durante días, haciendo cualquier otra cosa, como lavar platos o barrer hojas en el patio, y cuando agarro el lápiz ya los tengo bastante definidos dentro mío. No es lo ideal, ni lo aconsejable; la verdad que envidio a la gente que boceta mucho, pero a mí no me sale.
—¿Con qué materiales te sentís más cómoda para trabajar?
—En primer lugar con el papel. Coloreo mis ilustraciones recortando y pegando papeles de colores. A veces lo hago de una manera tan “oculta” que nadie diría que se trata de un collage, salvo que le pasara el dedo al original y notara el relieve. También me encanta sombrear y dar luces con grafito y lápices de color sobre los papeles ya pegados. ¡Es lo que más disfruto! Lamentablemente hoy debemos recurrir demasiado a las herramientas digitales, y ésas ya no me resultan tan simpáticas, pese a sus resultados cada vez más naturales.
—¿Cómo es la experiencia de hacer animación?
—La animación es mi otro oficio. Así como vivo con un pie en cada orilla del Atlántico (uno en Buenos Aires y el otro en Barcelona, uno en mi patria de nacimiento y el otro en mi patria de adopción), también tengo un pie en cada una de mis dos actividades. Antes de que la informática cambiara para siempre la dinámica del oficio de la animación, yo trabajé muchos años con la técnica del cut-out, o sea con recortes de papel animados en forma artesanal. Junto con mi pareja, Rodolfo Pastor, realicé muchos clips de animación para programas de TV, en especial para Plaza Sésamo de España. Más tarde me especialicé en el rol de productora y directora de producción de los trabajos de Rodolfo, que usa muñecos de plastilina y otros materiales corpóreos.
—Capelito es un hijo más que creamos (y criamos) Rodolfo y yo. Él se basó en dibujos míos de un mundo de honguitos con sombreros de diferentes oficios, para crear los guiones de Capelito, que se convirtió en un muñequito de plastilina con la habilidad mágica de transformar su sombrero de hongo en cualquier otra clase de sombrero, apretándose la nariz. Con este personaje hicimos una serie de 52 episodios para público preescolar, que obtuvo numerosos premios internacionales y tuvo mucho éxito en varios países, sobre todo en Francia, Escandinavia y Japón, tanto en TV como en video y en salas de cine, y ahora también desde su canal de YouTube.
—¿Qué proyectos se dibujan en tu imaginación por estos días?
—Estoy muy volcada a la enseñanza desde el Taller del Álbum, que coordino junto con la escritora Javiera Gutiérrez, y donde ayudamos a dar forma a esos proyectos de libro-álbum que mucha gente tiene guardado en el fondo del baúl de su alma creativa. Es un taller de desarrollo de proyectos, que busca -con un número mínimo de clases y a partir de nuestra doble mirada- dar el envión inicial que tantas personas necesitan para levantar vuelo. Por otra parte, ya estoy calentando motores como directora de producción de un nuevo cortometraje de animación de Rodolfo Pastor, que se titula Así se baila el tango y que fue proyecto ganador en el concurso del INCAA 2017. En el campo de la ilustración terminé recientemente los dibujos para un texto de Javiera Gutiérrez, que se titula el Señor No Tan. Se trata de un libro-álbum que grafica de una forma poético-absurdo-humorística el despertar de un señor que un buen día decide ponerse un vestido. Actualmente estamos trabajando en otro proyecto que complementa al anterior, y que se titula La señorita Ni Siquiera. También trabajo en la creación de un libro-álbum con texto propio, que relata la historia (¡real!) de un gallo que apareció una mañana en el balcón de mi casa, en pleno centro de la ciudad, y que se instaló sobre la alacena de mi cocina para avisarnos cada madrugada de la llegada del día. ¡Esta historia tiene un final muy sorpresivo!
—¿Un sueño dibujado?
—Me encantaría ilustrar Buzón de Sugerencias, un texto de prosa poética de mi hijo Emiliano Pastor, que es dramaturgo y poeta. Pero primero hay que encontrar un editor que considere (como yo) que a ese texto para adultos le quedan fenomenal mis ilustraciones infantiles en blanco y negro. También me encantaría poder dedicar más tiempo a mi versión del I-CHING ilustrado, que va avanzando muy lentamente. Y también tengo sobre la mesa los primeros bocetos para una versión en papel de Capelito, una pequeña colección de comic para niños que aún no saben leer, que me tienen muy entusiasmada. Y también… Y también… En resumen, digamos que hay un montón de proyectos guardaditos en el estuche de los lápices, soñando que yo los dibuje alguna vez.
Petra Steinmeyer
De padres alemanes, nació en la Argentina, donde se formó en Bellas Artes y colaboró 4 años con el grupo C.IN.E (Cine Infantil Educativo).
Vivió la mayor parte de su vida en Barcelona, España, donde nació su hijo y tiene su casa.
Sus necesidades profesionales la llevaron a viajar por distintas partes del mundo.
Habla alemán, castellano, inglés y catalán y entiende el francés.
También le gusta la fotografía y la escritura.
Ha ilustrado decenas de libros infantiles y juveniles, y muchos libros de texto escolares -tanto para el mercado español como para el hispanoamericano-, colaborando con las editoriales Bruguera, Ediciones de la Torre, Edebé, Cruilla, Edelvives, Vicens Vives, La Galera, Edicions 62, Onda, Grijalbo-Mondadori, Santillana, Alfaguara, Grup Promotor, Casals, Baula, Bruño, RTVE Ediciones, Ediciones B, entre otras, incluida la revista de Bº Sésamo. En la Argentina trabajó con AZ editora.
Alguno de sus libros fueron adquiridos por la editorial Scholastic de USA y Oskar Editions de Francia, así como por el Círculo de Lectores de España.
En el campo del cine de animación ha colaborado con el Estudio Rodolfo Pastor desde sus inicios, dibujando story-boards y diseñando fondos y personajes. Se especializó en la técnica del cut-out y participó en todas las producciones del estudio para TVE, TV3, Bº Sésamo, Cruz Roja, entre otros.
También colaboró como directora de arte y de producción en la serie Capelito, creada y dirigida por Rodolfo Pastor y ganadora de 16 premios internacionales, cuyo personaje diseñó.
En la actualidad se encuentra trabajando en proyectos propios, escritos y dibujados.
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Marcha atrás con el cierre del Fondo Nacional de las Artes y del Instituto Nacional del Teatro
El Gobierno envió al Congreso el texto reformado del proyecto de “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” donde da marcha atrás a la derogación del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y del Instituto Nacional del Teatro (INT), entre otros puntos incluidos en el capítulo dedicado a la cultura, que se “rediseñó protegiendo los recursos del sector, pero preservando el objetivo de que los gastos administrativos no sean una carga excesiva”, según se explicó en los fundamentos de la iniciativa.
Tras el plenario de comisiones de Diputados, donde expusieron referentes de la cultura, enmarcados por protestas y manifestaciones en las calles de trabajadores del arte y la cultura, la Ley Bases ingresó al Congreso con varias reformas: una “nueva versión” que “ha sabido recoger muchos de los puntos de la discusión”, donde “la diferencia no es solo cuantitativa (se pasa de un proyecto con 664 artículos a uno de 523) sino cualitativa”, aclara la introducción del texto.
El nuevo texto -que incorpora gran parte del debate público” pero “mantiene las bases fundamentales de ampliación de libertades, libertad económica, reorganización administrativa, equilibrio presupuestario” y “fortalecimiento de la educación y la cultura”- plantea que el FNA pase a funcionar con directores ad-honorem y un límite de gastos del 20% de sus ingresos; que se reforme la categorización de filmes nacionales, restricciones financieras para el Instituto Nacional de la Música (Inamu) y la Comisión Nacional de Biblioteca Populares (Conabip).
“Es sano exponer los privilegios de unos pocos, es sano mover nuestro marco normativo hacia adelante modificando cosas que el tiempo había enquistado (…) es sano escuchar, corregir, aprender”, dice el documento que incorpora medidas específicas para garantizar que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) promocione al cine nacional y mantenga intactos los alcances del Fondo de Fomento Cinematográfico.
En cuanto al Instituto Nacional de la Música (INAMU) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares CONABIP, “en pos de una gestión más eficiente”, se establecen restricciones de gastos para el INAMU y la CONABIP. Limitar también los egresos al 20% de los ingresos de estas instituciones busca garantizar una utilización eficaz de los recursos disponibles, evitando excesos administrativos y priorizando el respaldo directo a la música y las bibliotecas populares.
Sobre el Instituto Nacional del Teatro, el proyecto propone la absorción de las funciones del INT por la Secretaría de Cultura, señalando un enfoque en la eficiencia administrativa. Sin embargo, esta decisión también abre la posibilidad de que el Instituto quede más supeditado a los vaivenes políticos, planteando desafíos adicionales para su funcionamiento futuro.
Las nuevas modificaciones al proyecto de ley reflejan una estrategia más cautelosa, donde se buscan reformas significativas sin descuidar la protección de instituciones fundamentales, pero que mantiene el espíritu de achicar el Estado. La propuesta se adapta a la complejidad del sector cultural argentino, reconociendo la necesidad de cambios, pero asegurando que estos no comprometan la estabilidad y la misión esencial de las instituciones culturales del país.
Entrando más en el orden preciso de los cambios, el proyecto redefine la categorización de películas nacionales. Ahora, se considerarán aquellas producidas por ciudadanos argentinos o con domicilio legal en el país, con participación predominante de equipos locales. Se introducen definiciones específicas para películas de corto y largo metraje, proporcionando claridad a la industria.
Además, se impone la obligatoriedad de obtener un certificado de exhibición del INCAA para todas las películas que deseen proyectarse, independientemente de su origen. Esta medida, acompañada por la exigencia de un certificado de libre deuda, refuerza los controles administrativos.
El cambio significativo de derogar un inciso en particular busca promover apertura y diversidad en la producción cinematográfica. Se establece un límite del 20% para los gastos internos del INCAA, equilibrando la eficiencia administrativa con la necesidad de recursos para el desarrollo del sector.
El compromiso del INCAA de subsidiar tanto películas de largometraje nacional como coproducciones se detalla con lineamientos específicos. Se incorpora un artículo que establece normas para reconocer la inversión al coproductor argentino en coproducciones internacionales, fomentando la colaboración global.
Numerosos artículos de la Ley N° 17.741 (Texto ordenado 2001) son derogados, marcando un cambio profundo en la regulación de la cinematografía argentina.
Se incorpora también un artículo que limita los egresos de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) al 20% de los recursos recibidos. Múltiples leyes y artículos de la Ley N° 26.522 son derogados, marcando un enfoque más restrictivo en los gastos de CONABIP y una transformación significativa en la regulación de los medios audiovisuales.
Adicionalmente, el proyecto incorpora ajustes para salvaguardar recursos y adaptarse a la realidad política. Se reducen las modificaciones propuestas para el INCAA, manteniendo la asignación específica y preservando los alcances del Fondo de Fomento Cinematográfico.
Las restricciones financieras se aplican al INAMU y la CONABIP, limitando sus gastos al 20% de los ingresos. El Instituto Nacional del Teatro experimenta una fusión de funciones con la Secretaría de Cultura, buscando eficiencia, aunque planteando desafíos políticos.
Estos cambios en el proyecto mantienen el espíritu inicial de la propuesta, con algunas concesiones a raíz de las resistencias de los sectores de la cultura. La propuesta intenta tranquilizar al sector, reconociendo la necesidad de cambios, pero asegurando que estos no afecten la misión esencial de la Ley de Bases, conocida como Ley Ómnibus. El impacto real dependerá de la implementación eficaz y la adaptación de los diversos sectores involucrados en la cultura argentina.
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Lo más amplio de la escena artística se pronunció en defensa de la cultura
Charly García, Fito Páez, León Gieco, Cecilia Roth, Graciela Borges y Leonardo Sbaraglia son algunas de las más de 20.000 figuras que firmaron una solicitada publicada este lunes por el Frente de Soberanía Cultural “en defensa de nuestra identidad”.
La carta se titula “Carta al Congreso Nacional. La cultura está en peligro” y está dirigida a los diputados y senadores.
En rechazo al DNU y la Ley Ómnibus del presidente Javier Milei, la solicitada cuenta con un apoyo masivo de referentes de la cultura nacional de todos los sectores.
“El Gobierno Nacional pretende, a través de la Ley Ómnibus, derogar leyes vitales para la supervivencia de las industrias culturales, las artes y las ciencias, y el patrimonio cultural de nuestro país”, dice uno de los fragmentos del texto.
Otros de los referentes de la quienes dejaron su firma son Palito Ortega, Luis Felipe “Yuyo” Noé, Juana Molina, Tute, Mercedes Morán, Dolores Fonzi, Santiago Mitre, Paula De Luque, Lucía Puenzo, Juan Leyrado, Inés Estévez, Daniel Fanego, Juan Minujín, Julieta Ortega, Darío Grandinetti, Tomás Fonzi, Kevin Johanssen, Claudia Piñeiro y Humberto Tortonese.
También apoyaron Georgina Barbarrosa, Eleonora Wexler, Emilia Mazer, Albertina Carri, Martín Caparrós, Diego Cremonesi, Jazmín Stuart, Mónica Antonópulos, Alejandra Flechner, Andrea Frigerio, Mirta Busnelli y Soledad Villamil.
Acerca del paquete legislativo, la carta señala: “No hay en la letra de su desarrollo el mero atisbo de participación ni interés alguno en el quehacer cultural, y por el contrario, el texto tiene una mirada mercantilista que apunta sin miramientos a desfinanciar y anular el desarrollo de las actividades de nuestra cultura nacional”.
En el final, el texto advierte: “La cultura es identidad. La cultura es lo único que no se puede importar. La hacen los pueblos. Queremos seguir teniendo una identidad propia como Nación. De otro modo solo nos quedará el destino triste de no ser. De eso se trata esta lucha. Un país es tan grande o tan pequeño como la medida de su proyecto cultural”.
El Frente de Soberanía Cultural viene realizando actividades semana tras semana para repudiar todo el articulado del paquete legislativo de Milei que apunta contra los entes culturales.
El plan de acción comenzó con un plenario en el Teatro Argentino de La Plata, continuó con un encuentro de grupos de teatro y artes escénicas en esta misma Plaza del Congreso, con una convocatoria en Mar del Plata y un “Musicazo” el jueves pasado y una lectura colectiva este sábado. Se trata de instancias previas de cara al Paro Nacional de este miércoles anunciado por la CGT.
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Marvel incluye en sus comics un Capitán América de la comunidad LGBTQ+
La editorial de cómics de superhéroes Marvel anunció que este próximo de 2 de junio se publicará la primera serie del Capitán América protagonizada por Aaron Fischer, uno de los últimos personajes incluidos en ese universo que pertenece a la comunidad LGBTQ+ y lucha contra la opresión de ese colectivo.
Se trata de “Los Estados Unidos del Capitán América”, en la que el histórico Steve Rogers, el primer Capitán América, pierde su escudo en un robo y se reúne con otros héroes conocidos para iniciar un viaje a través de ese país y encontrar su característica arma.
Durante la travesía, el grupo conoce a distintas personas con variados trasfondos que en algún momento utilizaron el símbolo del superhéroe para defender sus comunidades, entre las que se encuentra Fischer, un adolescente inspirado por referentes y activistas del colectivo queer.
La historia del cómic fue escrita por el guionista Joshua Trujillo e ilustrado por la artista trans Jan Bazaldua, bajo la dirección de Christopher Cantwell y el dibujante Dale Eaglesham, los directores a cargo del proyecto.
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