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Julieta Novelli: “Mis viejos me dejaron ser y curiosear sin prejuicios y esas son cosas que me definen”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

La realidad se despliega como una tela en movimiento, las voces buscan a las palabras escondidas en el silencio; algo se queda quieto, como la muerte, y sin embargo todo muta en el vacío, pura transformación de la memoria.

Existen imágenes que forman parte de lo cotidiano, fotos que nos pertenecen, aromas y formas adheridos a los espacios, sonidos que se expanden en el tiempo, como una canción que permanece y se recrea, un collage de sensaciones que la escritora y actriz Julieta Novelli es capaz de capturar desde la tela de la realidad para construir historias en las que es posible encontrarse.

En una charla virtual con ContArte Cultura, la artista y docente platense cuenta sus vivencias en el mundo del arte.

—Comencemos esta entrevista como si abriéramos un cajón imaginario donde guardás las cosas que te definen, ¿qué es lo primero que se ve? ¿Qué elementos permanecen en la superficie porque forman parte de tu esencia?
—¡Qué difícil! Probablemente las cosas que me definen no entran en un cajón y, la mayoría, no son cosas. Pero como es un cajón imaginario me permito nombrar personas, lugares, momentos, palabras. Entre esas no cosas están mis viejos y su falta de prejuicios para dejarme ser y hacer lo que se me antojara cada vez: llevarme a teatro desde chica, a Buenos Aires dos veces por semana y esperarme para que yo tome clases con maestras y maestros grosísimos que ni conocían, dejarme ir a la cancha pese a sus miedos, ayudarme a coser una bandera o hacerme mi traje soñado de murguera, y podría seguir. Creo que me dejaron ser y curiosear sin prejuicios y, para mí, son cosas que me definen. Soy curiosa de todo, lo que se me ocurra, me gusta jugar, explorar, con seriedad, con paciencia, con entusiasmo. Me canso, empiezo de nuevo, me invento caminos y no me siento incómoda en la incertidumbre. De hecho me encanta. Los nombro porque me mantuvieron siempre el mundo abierto y ahí aparecen las otras no cosas que me definen, luces que todavía se mantienen prendidas y me siguen haciendo vibrar. Gimnasia, el Lobo, el Bosque, me dio un mundo lleno de emociones, de poesía. Mi maestro Hugo Midón y su humor, pero sobre todo mi maestra Nora Moseinco, a quien siempre nombro porque su sensibilidad me abrió la mirada y mi forma de vincularme no sólo con la actuación sino con el mundo y con mi imaginario.

—Los hilos del arte se entrelazan en tu vida, ¿qué sucedió primero en vos, la escritura o la actuación?
—Siguiendo un poco lo que hablábamos recién, primero vino el entrenamiento actoral. Sobre todo con estos dos “mostros” que te nombré, Midón y Moseinco, comencé a encontrar mi imaginario, mi voz. Ambos trabajan con la improvisación y, sobre todo Nora, con lo que cada uno traía. Este encuentro con mi propio material fue una revelación para mí. Me iba a mi casa llena de imágenes, de voces. En el tiempo en que dejé de entrenar, mi cabeza y mi cuerpo necesitaban ese ejercicio y ahí fue cuando empecé a escribir y, para no solemnizar el material y que no deje de ser un juego, una búsqueda, con todo lo que tienen de fallidas las búsquedas, lo subía directamente en mi Facebook.

¿Crees que lo actoral se cuela en la voz de tus protagonistas?
—Sí, totalmente. Por lo menos hasta ahora sí. Me imagino la voz, eso viene primero. Y es un alivio porque la voz es el soporte, la forma en la que trato de apoyarme, la que me habilita el mundo, y no la idea de personaje. Apoyarme primero en “personajes” sería para mí muy limitante y asfixiante, me llenaría de prejuicios. En cambio de esta manera, la protagonista de Mi vida con ella escucha Gilda y Pink Floyd sin que eso sea un problema. Porque la vida, las personas, para mí, somos mucho más caóticas de lo que pensamos.

—En tus textos la realidad, la cultura popular, las formas cotidianas, constituyen una red que sostiene las historias, ¿cuáles son las temáticas que despiertan tu necesidad de contar?
—Aparece lo cotidiano, aparece el Lobo (siempre), pero no son temas que me lleven a escribir. Escribo, a partir de estas voces, y los temas van apareciendo. La muerte, el amor, la familia, la música, los amigos, la cancha, se me van cruzando ahí en el camino, y en general, como vos decís, son formas cotidianas pero también me divierte trastocarlas un poquito. A veces son disparates, o eso dicen mi padre y mi madre (risas).

—Relatanos cómo se encendió la primera chispa de tu libro “Volver para mí”, y de qué manera trabajaste para hilvanar esos relatos presentados a manera de diario íntimo.
—Volver para mí, comenzó como te contaba, escribiendo textos y subiéndolos a Facebook. Después de un tiempo me ofrecieron publicar dos editoriales y a las dos les contesté lo mismo: “no sé cómo armar el libro”. La primera no respondió más, pero la segunda, Pixel, me invitó a pensarlo con ellos. Y ahí surgió la idea de darle formato de diario íntimo, con entradas, de pensar en personajes, elegir ciertos nombres, momentos, etc. Pero podemos decir que, en una primera instancia, los textos no fueron pensados dentro de un todo.

—¿Cómo llevaste adelante la construcción de tu novela “Mi vida con ella”? Describinos de qué manera llegaste a construir los personajes.
—Mi vida con ella tiene un camino hermoso. Comenzó siendo un monólogo, escena, que escribí para una obra de teatro de dramaturgia colectiva de la que formaba parte: Los Ortúzar. Probé esta voz en los ensayos, una falsa cordobesa con la que aún hoy la leo, para mostrársela a mis compañeros, a quienes admiro mucho y en quienes confío por su sensibilidad, y me alentaron a hacerla y a seguir con la escritura. Después de las funciones, cuando saludábamos a la gente y a amigos que nos habían ido a ver, muchos me alentaban a seguir escribiendo y me daban ideas: “Que se venga el milagro”, “¿qué pasa después?”, “¿qué pasa con la abuela?”, y así. En ese tiempo seguí escribiendo y se fue armando. A partir de ahí, aparecieron de a poco los otros personajes, o voces: el tío Miguel, la monjita frágil, la abuela mágica.

—¿Qué elementos te ayudan a dibujar los escenarios de tus textos?
—Estoy muy repetitiva pero, hasta ahora, la voz. Leo en voz alta y me trae muchas imágenes.

—Formás parte de la murga La 60 y 118, que pertenece al Club de Gimnasia y Esgrima La Plata, ¿qué vivencias rescatás de esa experiencia artística?
—La murga actualmente no está activa, se fue diluyendo, pero rescato lo mejor del amor. El trabajo con otros, remarla, habitar los espacios que nos hacen felices -en mi caso el Bosque, el Estadio Juan Carmelo-, compartir y escuchar. La murga tiene mucha fuerza. Con ella llegué a lugares y momentos que también me definen y debería haber nombrado en el cofre imaginario. Fue otra forma de vivir mi amor por el Club, llevar los colores, escribir y cantar canciones que nos identifiquen, ver las banderas del Lobo en los barrios, en los corsos, en las marchas, en los comedores, y abrazar las causas populares, pero no desde el discurso sino con el cuerpo. Es una experiencia que, si tuviese que definirla de alguna manera, me dio volumen como persona, me hizo estar más acá, habitar el cuerpo y los lugares a lo ancho y no a lo largo, no con ideas a futuro, sino ahora y acá, así, con plenitud.

—¿En qué proyectos estás trabajando por estos días?
—Ahora estoy escribiendo lo que yo llamo, medio en chiste, “La novela más triste del mundo”, porque es bastante tremenda. Me divierte y me seduce mucho el drama. La idea de lo terrible. ¿Qué puede ser terrible, pero terrible de verdad, no la idea? Lo que ya todos sabemos, la muerte, la pobreza, eso sí, pero ¿qué más y cómo se puede nombrar? Me gustan los momentos o voces que están ahí, medio en el borde. Además, estoy escribiendo mucha poesía. Armo y desarmo ideas de libros a medida que escribo. Hay uno en particular que está medio ahí con poemas sobre mi casa. Lo empecé a escribir apenas me mudé y hasta hoy, dos años después, que la tuve que dejar porque la vendieron.

—Volviendo a nuestro cajón del comienzo, si pudieras guardar ahí un sueño o un deseo, ¿cuál sería?
—Compartir. Y en el sentido más amplio que se le pueda ocurrir a quien nos lea ahora. Compartir momentos, escritura, dolor, vino, música, alegría, pasiones, abrazos, espacios, lecturas, amor. Suena muy “la paz mundial” pero de verdad, para mí lo más groso de todo es compartir. Esta nota, por ejemplo, me gusta hacerla porque siento que mis viejos van a estar chochos cuando se las comparta, y la van a compartir a sus amigos, y no deja, más allá de las ideas que ellos tengan sobre una entrevista o una nota, de ser una excusa para vincularnos con los que queremos, con los que admiramos, con el mundo, qué se yo. ¡Aguante compartir y encontrarnos!

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En primera persona: Nair Libonatti, escritora

La artista uruguaya habla de ella misma, de cómo llegó a la escritura y de su obra

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Sobre sí misma y su arte

Soy Nair Libonatti, mujer uruguaya de 69 años. Toda mi vida supe que podía escribir, sin embargo, al plasmar mis ideas en una hoja, el resultado no me era grato y terminaba rompiendo.

En el año 2019 una amiga me invitó a “algo” literario y fui. Resultó ser un taller y fue ahí donde comencé a escribir.

Pocos meses después llegó la pandemia, entonces, buscando recursos para mi nuevo despertar, entré en un grupo argentino de Facebook. En él compartíamos textos y comentábamos.

Un buen día me invitaron a participar en el Mundial de Escritura, al principio me parecía inalcanzable hasta que me animé y la experiencia resultó maravillosa.

Sobre su obra

He escrito algunos libros: “Historias del Caldero”, en conjunto con dos amigas, “Constelaciones”, libro que va por su segunda edición y “El Pata de Bolsa y otros relatos”. Estos dos últimos están presentes en la 49a Feria del Libro de Buenos Aires, en el stand de Uruguay.

Sobre “Constelaciones” puedo decir que es un libro fuerte, con historias bastante movilizadoras, es un intento de visibilizar algunas circunstancias.El Pata de Bolsa” es en tono más humorístico, un poco más distendido y coloquial.

Son libros de cuentos cortos, escritos individualmente y luego seleccionados para cada uno de los libros.

Su actualidad

Actualmente integro el taller “Ratones de biblioteca”, que funciona en la Casa de la Cultura de Minas, Uruguay, y algunas compañeras me acompañaron a la Feria del Libro de Buenos Aires.


Nair Libonatti junto a Andrea Viveca Sanz, de Contarte Cultura, en la 49º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

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Aguirre–Rodríguez: “El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Es un viaje dentro de otros, un movimiento sutil, la música desperezándose en gotas de rocío, notas evaporadas sobre las aves del campo, es el vuelo hacia el espacio urbano, un recorrido temporal. Es antes y después. Es ahora y siempre, una melodía que llega desde lejos, de otras patrias, del mismo viento que corre y desparrama en el lugar justo y en el instante oportuno.

“Del Buen Ayre”, el próximo espectáculo y disco del dúo platense AguirreRodríguez es un viaje por el tiempo y por distintos espacios, una relectura en modo actual de la música rural bonaerense.

Contarte Cultura charló con sus integrantes, Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez para que nos cuenten acerca de ese caminar que la canción propone.

—Porque los espacios y las cosas que forman parte de ellos suelen hablar de quienes los habitan, nos gustaría comenzar esta charla deteniéndonos en su lugar de trabajo, en el espacio creativo de su música y en los objetos que los rodean en este momento. Si pudieran elegir un rincón o un objeto, el que mejor los represente como dúo y nos cuente algo de ustedes, ¿Cuál sería?

—El lugar, nuestra casa, y el rincón nuestra sala, en la que se va gestando todo el resultado final de lo que hacemos como músicos. Creo que estos espacios hablan de nosotros y de nuestra manera de entender la realidad y el arte.

—Y desde ese espacio viajamos en el tiempo, ¿cómo y cuándo se encuentran Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez en el camino de la música para dar comienzo al dúo Aguirre–Rodríguez?

—Nos encontramos en la escuela de arte de la ciudad de Berisso, hace muchísimos años, en situación de alumna y profesor, pero rápidamente comenzamos a compartir producciones por fuera de la escuela. Con los años volvimos a encontrarnos, ya específicamente en el terreno del tango con la orquesta Los inmigrantes en el año 2005. Cuando el tiempo de la orquesta se terminó, continuamos en dúo.

—¿Cómo fueron esos comienzos?

—Fue un muy hermoso comienzo, pero rápidamente el dúo se fundió dentro de un cuarteto que con el tiempo se convirtió en sexteto de tango. Me refiero a Tangor. Con esa agrupación trabajamos durante más de 10 años. Por otro lado, Cynthia participaba como invitada permanente en el grupo La Sonora, proyecto que venía caminando desde el año 1989.  

—Como decías, con el correr de los años el tango se instaló entre ustedes, ¿qué cosas los llevaron a explorar en este género que nos representa?

—El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros. Como una especie de lengua madre. Rastrear el porqué de esto es complicado, creo que tiene que ver con nuestras historias personales y la idiosincrasia de nuestras familias de origen. Lo que es claro es que ha sido fundacional en nuestro vínculo con la música. Nuestra mirada como habitantes de este tiempo siempre nos llevó a buscar puentes entre el tango, otras músicas y otros conceptos artísticos.

—¿De qué manera llega el primer disco “Mundo Tango”, grabado en 2011?

—Ganamos un premio a la Producción Fonográfica del FNA (Fondo Nacional de las Artes) y generamos nuestro primer CD. En ese entonces, si bien el CD se llamó Mundo Tango, abarcamos otros lenguajes musicales, algunas cosas del folclore y canciones provenientes de la cantera del rock.

—Por estos días están en proceso de grabación de su segundo disco “Del Buen Ayre”, ¿qué recorridos espacio-temporales tuvieron que hacer para dar vida a los temas que forman parte de esta obra?

En Mundo Tango nos referimos a una idea acerca del tango, como un estado del ser que no solo aparece en esta región del mundo (por algo el tango impacta como impacta en todo el globo). Aquí nos referimos más a la génesis de este género y la música de la provincia de Buenos Aires. Este nuevo trabajo propone un recorrido desde la música campera de principio de siglo XX (El Gardel Gaucho, pasando por compositores icónicos de ese lenguaje como Omar Moreno Palacios) para adentrarse en el tango clásico de la época de oro y llegar hasta composiciones actuales que revitalizan el género. También este trabajo, a diferencia del otro, está estructurado por un material que fue ampliamente mostrado y fogueado. Es música que hemos tocado mucho en vivo y está planteado desde esa impronta. Los arreglos, si es que los hay, fueron construyéndose a lo largo del tiempo y de las distintas actuaciones. Los músicos invitados jugaron en ese mismo tono también. Se les envió un cifrado y una grabación como referencia, pero el armado de los distintos temas se resolvió en el estudio,  mientras Manzana Ibarrart (gran amigo y comandante del Estudio Sonosfera) montaba los mics y seteaba todo. Luego se eligieron las mejores tres tomas de cada tema. El resultado tiene un aroma a “trazos sueltos” que nos encanta en lo particular.

—Sin dudas se trata de un viaje a través de la música, ¿cuál es el aroma que elegirían para simbolizar a este álbum?

—El múltiple aroma de los viajes…si bien es un CD local en cuanto al repertorio, es bastante global en tanto a que lo que suena proviene de muchísimas fuentes y no solo de la tanguera. Lo hemos tocado tanto en tantos países diferentes, que para nosotros tendría ese olor a viaje, a aeropuerto, a trenes.

—El 3 de agosto estarán presentando este disco en La Salamanca, un reconocido espacio cultural platense, ¿qué podrán disfrutar esa noche quienes se acerquen a compartir su música?

—Haremos  algunos de los temas de nuestro espectáculo Del Buen Ayre, como antesala al espectáculo Filogenia de Victoria Moran y el Dúo Puentes Reyes.    

—Mencionás que ese día estarán acompañados por la cantante Victoria Morán, entonces la pregunta va para ella. Victoria, ¿Cómo nace “Filogenia”, ese recopilatorio de obras de música popular argentina? Contanos quiénes serán parte de ese recorrido el 3 de agosto y qué sentís al compartir noche con el Dúo Aguirre-Rodríguez.

9- Filogenia surge de la necesidad de contar nuestro ADN musical a través de las canciones que nos definen. Es una suerte de viaje musical hacia la fuente, hacia la memoria imperecedera que une un recuerdo con otro. Este espectáculo viene a despertarnos la fibra sensible con canciones que nos nombran, enlazando a Homero Manzi con Víctor Heredia, al Cuchi con Fito, a los que fuimos con los que somos. El compartir con compañeros y compañeras músicos y músicas siempre es una alegría, y en este caso será además una sorpresa para el dúo Puentes-Reyes y yo, porque jamás nos hemos cruzado en un escenario y esperamos anhelantes ese ida y vuelta mágico que siempre augura la música compartida.

—Para terminar, ¿cuál es el próximo destino de la música que los mueve?

—Tenemos por delante algunas fechas en nuestra ciudad, como el próximo 29 de agosto, día en el que estaremos compartiendo escenario junto al cantor Carlos Cabrera en el Café Metro. Octubre nos encuentra realizando nuestra segunda gira europea, con conciertos en países como Italia, Francia, España y Portugal. A nuestro regreso estaremos presentando oficialmente nuestro álbum Del Buen Ayre, con la participación de los músicos que fueron parte de la grabación.

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Celina Cocimano y ‘El juego de las emociones de Uma’: “Un libro que pide gran compromiso de los adultos”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Todo gira, se mueve en una circularidad compartida. Las emociones suben y bajan, cuelgan de nuestros cuerpos, se desprenden como hojas secas. Regresan, son brotes, transformados en otra cosa.

Celina Cocimano es terapeuta emocional y a partir de sus vivencias y de su trabajo de muchos años necesitó dejar huellas, sembrar palabras para que germinen a través de sus libros.

“El juego de las emociones de Uma”, su último libro, está dedicado a las infancias. A través del juego logra acercarse a los territorios del miedo, de la ansiedad o de la frustración para atravesarlos.

ContArte Cultura charló con ella para conocer las rutas que la llevaron a indagar en ese universo.

—Las emociones forman parte de nuestras vidas, van y vienen, se mueven y nos movemos con ellas. Por eso, para comenzar y a modo de presentación, nos gustaría que elijas al menos tres emociones que te atravesaron al momento de escribir tu último libro y que a cada una de ellas les otorgues un sabor o un aroma.

  • Frustración, sabor a cebolla
  • Ansiedad, aroma a menta
  • Alegría, aroma a vainilla

—Y ya instalados en esa imagen, vayamos a tus comienzos, ¿qué vivencias te llevaron a transitar el camino de la terapia emocional?

—La insatisfacción personal, haberme descubierto cómo estafadora de mi propia vida, creando personalidades adquiridas para moldearme al gusto de la mirada ajena, siempre con esa sed emocional de ser alguien para los demás, ser aceptada, reconocida, querida y encantar a todos. Mientras estudiaba para contadora, sentí un apagón emocional, la apatía era mi única compañera en esos tiempos, hasta que mi cuerpo también “habló” con un síntoma muy sentido. Empezaba a hacerme pis por las noches siendo ya grande, más adelante entendí que eso sucedía en cada hogar o lugar donde me sentía a gusto, de esa manera, “intentaba” aferrarme a algún territorio, sentirlo al menos, por momentos, un lugar donde era yo. Como los animales que marcan su territorio orinando sobre él. Eso era lo que faltaba para que mi vida se vistiera de insatisfacción y cambie totalmente de rumbo, mejor dicho, empiece a vivir y dejar de aparentar lo que mis vacíos necesitaban cubrir.

—Seguramente al ir recorriendo ese camino fue necesario dejar huellas y de esa manera llegaron los libros, ¿cómo vivís la experiencia de escribir para que las palabras sean instrumento de sanación?

—Mi primer libro, “Despierta”, nació como algo catártico de la etapa que comenté anteriormente. Aún no sabía qué era lo que estaba viviendo y, sinceramente, pensaba que me moría por esos tiempos, entonces empecé a escribir cómo fue ese tránsito a mí destrucción de las corazas hacia mi reconstrucción emocional. Después, al compartir mi vivencia con muchas personas, me di cuenta que varios pasamos por ciertos procesos similares, por lo que se me ocurrió darle forma de libro y agregar reflexiones y ejercicios terapéuticos y de autogestión emocional. Los otros 3 -“Diamantes”, “Rotas”, y “El juego de las emociones de Uma”-, fueron pensados basándose en las historias que atiendo y buscando dejarle una “biblioteca” de recursos emocionales a mi hija para cuando sea más grande y, a las personas, que encuentren en estos libros, escrito en palabras, el propio sentir descarnado y sin filtro de las emociones que abordo en cada uno de ellos y luego, ofrecerles dinámicas, reflexiones, ejercicios para que encuentren en ellos formas de transitar el campo emocional sin tanto dolor y con valentía.

—Si pudieras resumir en una palabra el espíritu de cada uno de tus libros, ¿cuáles serían?

  • Despierta: Integridad
  • Diamantes: Osadía
  • Rotas: Coraje
  • El juego de las emociones de Uma: Autenticidad

—Tu último libro, “El juego de las emociones de Uma”, transita los paisajes de la infancia con todas sus gamas de colores, ¿cuál o cuáles fueron los disparadores de esta historia?

—Mi hija, a los 8 años, comenzó a transitar por un tiempo la conocida “Crisis de ansiedad y angustia”. Yo me opuse a que esté medicada siendo tan pequeña, y desde mi saber en el campo emocional de los adultos, junto a una gran observación sobre ella y sus crisis, se me ocurrió trabajar juntas para buscar soluciones a su sentir. Buscamos opciones en el juego infantil, en la creatividad, desarrollando distintos escenarios, armando una rutina de ejercicios y, sobre todo, busqué acercarla a la autogestión emocional. Así fue que se me ocurrió compartir cada ejercicio que funcionó en ella en este cuento, que no solo tiene el fin de que los niños empiecen a desarrollar desde pequeña edad sus propias respuestas emocionales ante cierta situaciones, sino que es un libro que pide gran compromiso de los adultos que acompañan al niño, y esa compañía, con el estar, el hablar su idioma, mejorar la calidad del vínculo, validar sus emociones, respetarlos y comunicarse con ellos, es lo que hace casi la mayor magia del trabajo de fortalecimiento emocional.

—Y justamente, a partir de tus propias vivencias decidiste contar desde el juego y desde las imágenes. Explicanos cómo fue el proceso de elegir esas duplas emocionales sobre las que querías hablar.

—Busqué las que a su edad son dentro de todo fáciles de interpretar, como decimos los adultos: de “etiquetar”. Son parte de las emociones primarias y la dupla fue pensada para dejarles el mensaje de que no son ni buenas ni malas, simplemente son y cada una es mensajera de un sentir, una acción a llevar a cabo y una particular respuesta emocional. También al ponerlas en duplas, cuando ellos/as sientan, por ejemplo, tristeza además de procesarla en todo su ser, sepan que pueden aprender a transportarla en alegría, ir de la ansiedad a la calma. Es decir, que conozcan cuál es la emoción que se necesita para equilibrar una con otra.

—Las semillas del libro fueron plantadas, ¿creés que tus palabras ya comenzaron a germinar y son brotes en los lectores?

—Sorprendentemente sí. Como comenté, yo me dedico a adultos no a infanto, y este libro que se publicó en abril del 2024 ya se está imprimiendo la segunda edición. Lo han comprado mucho abuelas y abuelos para compartirlo con sus nietos, en colegios para abordar ciertas emociones en el aula ya que también hay un capítulo sobre el bullying. Y muchas madres me compartieron que sus hijos o hijas mientras que se les leía el cuento ya comenzaban a incorporar los ejercicios sugeridos, o que empezaban a identificar sus propias emociones, tenían armados sectores en su cuarto como se encuentran en algunos capítulos. Incluso los que son más grandes, según cómo se sentían, buscaban en la biblioteca el libro y se encerraban en su cuarto a leer exclusivamente el capítulo que contiene la emoción que estaban sintiendo en ese día o ese tiempo. También compartió nota de Revista junto a Unicef en el día internacional contra el Bullying de 2024.

—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

—Tengo dos libros más en camino, uno para adultos sobre la depresión, y otro para infanto, más expansivo aún, con un viaje al campo emocional que sea para ellos y para sus padres o tutores también, digamos que será un libro revelador en muchos aspectos.

—Para terminar, te invitamos a elegir la textura que represente a tu libro “Las emociones de Uma”.

—La textura sería cálida, pomposa, con colores desde pasteles a fuertes, con ganas de descubrirla y sentirla, y con distintos aromas que vayan cambiando según cada paso de la mano o de los pies sobre ella.

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Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
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