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Literatura

Llega “La ciudad de vapor”, libro póstumo de Ruiz Zafón

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El próximo martes 17 de noviembre se publicará el libro “La ciudad de vapor” (Planeta), obra póstuma del escritor español Carlos Ruiz Zafón, quien falleciera en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, a los 55 años, como consecuencia de un cáncer.

El autor saltó a la fama internacional en 2001 con “La sombra del viento”, primera entrega de la tetralogía “El Cementerio de los Libros Olvidados”, que completó en los años siguientes con “El Juego del Ángel”, “El Prisionero del Cielo” y “El Laberinto de los Espíritus”.

Estas obras fueron traducidas a más 50 idiomas, los mismos en los que se podrá leer el nuevo libro, un compendio de once relatos, cuatro de ellos inéditos y el resto de difícil acceso. Todos ellos, según la editorial, “se entrelazan para proyectar el eco de los personajes y los motivos” de las novelas de Ruiz Zafón.

La promesa previa al lanzamiento asegura que “a partir de ‘La ciudad de vapor’, los lectores podrán conocer la historia de un muchacho que decide hacerse escritor al descubrir que suscita el interés de la niña rica que le ha robado el corazón, la de un arquitecto que huye de Constantinopla con los planos de una biblioteca inexpugnable o la de un extraño caballero que tienta a Cervantes para que escriba un libro”.

“La ciudad de vapor” se publicará de forma simultánea en España y en América Latina y estará disponible también en catalán bajo el sello Columna Edicions (Grup 62).

A continuación, un adelanto de la obra:

La mujer de vapor

Nunca se lo confesé a nadie, pero conseguí el piso de puro milagro. Laura, que tenía besar de tango, trabajaba de secretaria para el administrador de fincas del primero segunda. La conocí una noche de julio en que el cielo ardía de vapor y desesperación. Yo dormía a la intemperie, en un banco de la plaza, cuando me despertó el roce de unos labios. “¿Necesitas un sitio para quedarte?”.

Laura me condujo hasta el portal. El edificio era uno de esos mausoleos verticales que embrujan la ciudad vieja, un laberinto de gárgolas y remiendos sobre cuyo atrio se leía 1866. La seguí escaleras arriba, casi a tientas. A nuestro paso, el edificio crujía como los barcos viejos. Laura no me preguntó por nóminas ni referencias. Mejor, porque en la cárcel no te dan ni unas ni otras.

El ático era del tamaño de mi celda, una estancia suspendida en la tundra de tejados. “Me lo quedo”, dije. A decir verdad, después de tres años en prisión, había perdido el sentido del olfato, y lo de las voces que transpiraban por los muros no era novedad. Laura subía casi todas las noches. Su piel fría y su aliento de niebla eran lo único que no quemaba de aquel verano infernal.

Al amanecer, Laura se perdía escaleras abajo, en silencio. Durante el día yo aprovechaba para dormitar. Los vecinos de la escalera tenían esa amabilidad mansa que confiere la miseria. Conté seis familias, todas con niños y viejos que olían a hollín y a tierra removida. Mi favorito era don Florián, que vivía justo debajo y pintaba muñecas por encargo.

Pasé semanas sin salir del edificio. Las arañas trazaban arabescos en mi puerta. Doña Luisa, la del tercero, siempre me subía algo de comer. Don Florián me prestaba revistas viejas y me retaba a partidas de dominó. Los críos de la escalera me invitaban a jugar al escondite. Por primera vez en mi vida me sentía bienvenido, casi querido.

A medianoche, Laura traía sus diecinueve años envueltos en seda blanca y se dejaba hacer como si fuera la última vez. La amaba hasta el alba, saciándome en su cuerpo de cuanto la vida me había robado. Luego yo soñaba en blanco y negro, como los perros y los malditos. Incluso a los despojos de la vida como yo se les concede un asomo de felicidad en este mundo.

Aquel verano fue el mío. Cuando llegaron los del ayuntamiento a finales de agosto los tomé por policías. El ingeniero de derribos me dijo que él no tenía nada contra los okupas, pero que, sintiéndolo mucho, iban a dinamitar el edificio. “Debe de haber un error”, dije. Todos los capítulos de mi vida empiezan con esa frase. Corrí escaleras abajo hasta el despacho del administrador de fincas para buscar a Laura. Cuanto había era una percha y medio palmo de polvo.

Subí a casa de don Florián. Cincuenta muñecas sin ojos se pudrían en las tinieblas. Recorrí el edificio en busca de algún vecino. Pasillos de silencio se apilaban debajo de escombros. “Esta finca está clausurada desde 1939, joven —me informó el ingeniero—. La bomba que mató a los ocupantes dañó la estructura sin remedio”.

Tuvimos unas palabras. Creo que lo empujé escaleras abajo. Esta vez, el juez se despachó a gusto. Los antiguos compañeros me habían guardado la litera: “Total, siempre vuelves”. Hernán, el de la biblioteca, me encontró el recorte con la noticia del bombardeo. En la foto, los cuerpos están alineados en cajas de pino, desfigurados por la metralla pero reconocibles.

Un sudario de sangre se esparce sobre los adoquines. Laura viste de blanco, las manos sobre el pecho abierto. Han pasado ya dos años, pero en la cárcel se vive o se muere de recuerdos. Los guardias de la prisión se creen muy listos, pero ella sabe burlar los controles. A medianoche, sus labios me despiertan. Me trae recuerdos de don Florián y los demás. “Me querrás siempre, ¿verdad?”, pregunta mi Laura. Y yo le digo que sí.

(Fuente: www.20minutos.es)

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Literatura

48º Feria del Libro: presentaron el programa de Lisboa Ciudad Invitada de Honor

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La Fundación El Libro y el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco del Día Mundial de la Poesía, realizaron en conjunto la presentación del programa de Lisboa Ciudad Invitada de Honor de la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (ver aquí), evento cultural que se llevará a cabo del 25 de abril al 13 de mayo en el predio de La Rural, en el barrio de Palermo.

En primer lugar, se proyectó un video de presentación de los autores de la comitiva
lisboeta.

Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, agradeció “el compromiso de Carlos Moedas, presidente de la Cámara Municipal de Lisboa, y de todo el excelente equipo profesional que hace posible el gran despliegue que tendrá Lisboa como Ciudad Invitada”, y destacó especialmente “la importancia de la enorme comitiva de escritores que formará parte de la programación cultural de nuestra Feria”.

José Frederico Ludovice, embajador de Portugal en Argentina, sostuvo: “Esta invitación que mucho nos honra constituye una oportunidad única para promover un baño de cultura entre las ciudades de Lisboa y Buenos Aires, y quizá entre Portugal y Argentina, durante las semanas de duración de la Feria del Libro para mostrar la esencia de lo que somos a través del libro”.

“Los vínculos literarios entre Buenos Aires y Lisboa son enormes. Creo que es maravilloso que en esta edición 48 de la Feria del Libro se ponga en relieve que son dos ciudades hermanadas por sus librerías. A Buenos Aires y Lisboa las identifica esta calidad de acercamiento que tienen con respecto a sus lectores, a sus escritores y librerías, al acceso a su red de bibliotecas, a la posibilidad que dan ambas ciudades, llenas de puertas de entrada para que la gente se acerque a los libros”, expresó Gabriela Ricardes, ministra de Cultura de la Ciudad.

El acto, además, contó con la presencia de los equipos de trabajo de la Fundación El Libro
y del Ministerio de Cultura de la Ciudad.

(Fuente: Prensa Fundación El Libro)

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Literatura

La argentina Magalí Etchebarne ganó el Premio Ribera del Duero

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La escritora argentina Magalí Etchebarne fue galardonada con el Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve, dotado con 25.000 euros, por su libro “La vida por delante”, un conjunto de cuatro extensos relatos.

La obra de Etchebarne se impuso entre más de mil manuscritos de autores de 38 países, el récord de participación del certamen. La editorial Páginas de Espuma, referente del cuento en lengua española, se encargará de la publicación del libro, que llegará a las librerías a partir del 8 de mayo.

“Su estilo es pura frescura e inteligencia. Encuentra humor en la tragedia y sabe de la tristeza con rabia y ternura. No hay postura ni solemnidad en su escritura”, reza el acta de un jurado presidido por Mariana Enriquez y compuesto por Brenda Navarro y Carlos Castán, también cuentistas.

Como es habitual, el Círculo de Bellas Artes de Madrid albergó la ceremonia de entrega del premio, en presencia de la autora.

Etchebarne, de 40 años y graduada en Letras en la Universidad de Buenos Aires, actualmente trabaja como editora. Publicó en 2017 el libro de cuentos “Los mejores días”, que en la Argentina fue una revelación para el género, y en 2023 el poemario “Cómo cocinar un lobo”, cuyas composiciones abundan en la idea de la pérdida y al duelo.

Estas coordenadas temáticas también ocupan un papel relevante en “La vida por delante”, aunque resulta aún más significativa la impronta humorística que propone la autora.

En declaraciones con El Cultural, Etchebarne confesó que incluso a ella le sorprende que este atributo haya seducido al jurado porque “cuando uno intenta ser gracioso, normalmente no lo consigue”. Su objetivo, asegura, es que “la mirada ridícula sobre ciertos momentos fuera una forma de bajar el volumen” a la solemnidad.

La autora reconoció también que su proceso de escritura resulta un tanto “desorganizado”, aunque prácticamente desde el inicio tenía decidido que fueran cuatro cuentos extensos, “que se pudieran leer con independencia” y, al mismo tiempo, “tuvieran una familiaridad”. Incluso algunos personajes comparecen en más de un relato. La muerte, el trabajo, el amor y la figura esencial de la madre sobrevuela cada uno de ellos.

De acuerdo con un artículo de El Español, la madurez, las relaciones sentimentales abocadas al fracaso, la enfermedad y la pérdida puntean las tramas de “La vida por delante”, protagonizadas por un grupo de mujeres que se enfrentan a la enfermedad y a la huida de sus maridos, dos creadoras y amigas que se marchan de vacaciones junto a un grupo y descubren que está integrado por suicidas, dos hermanas que se disponen a arrojar al mar las cenizas de su madre y una pareja que se pasa la vida batallando.

También hay en este libro una resistencia a los discursos de superación personal, aunque afirma que no está en contra de los libros de autoayuda. De hecho, los ha editado muchas veces. Frases como la de “hay que salir adelante”, en todo caso, le rechinan. Y es que “no es tan fácil”, dice. “El dolor puede convertirse en una constante en la vida” y “hay poca tolerancia hacia eso”, resuelve.

En cuanto a los escenarios, se advierte un desplazamiento desde los núcleos urbanos hacia las periferias y los entornos naturales. La Costa Atlántica o las Cataratas del Iguazú son algunos de esos espacios, según revela Etchebarne a El Cultural. En general, Argentina está muy presente también a través del lenguaje -en algún momento, relata cómo se traducen los textos desde Argentina a España-, aunque quizás lo original de la propuesta es la “mirada extranjera” que vierte sobre el país.

Milei, un personaje aterrador

En declaraciones a la prensa española, la autora se refirió a la situación política en la Argentina. Consideró que hay una sensación general de “incertidumbre” y apuntó que sigue “desconcertada” con la “propaganda de la destrucción” de un gobierno liderado por “un tipo que ganó con una sierra eléctrica en la mano”. “Incluso en un relato sería bastante aterrador que apareciera un personaje así”, concluyó.

(Fuente: Agencia Noticias Argentinas)

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Literatura

“El agua”, de Enrique Wernicke – Editorial Mil Botellas

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Salió la primera novedad del año de Editorial Mil Botellas. Se trata de la novela “El agua”, de Enrique Wernicke.

La obra fue publicada por primera vez en 1968, año de la muerte de su autor y se trata de uno de los puntos altos de la literatura argentina.

Escrita con oraciones cortas, diálogos escuetos, con la apariencia de lo trivial pero en donde asoma la profundidad del silencio.

Sinopsis

El agua invade el interior de las casas, el agua cubre la ribera del norte del Gran Buenos Aires, el agua interpela a la solidaridad en el vecindario. ‘El agua estaba entrando en su cuarto. Una lenga de vaca, otra serpiente, avanzaba explorando el piso’, describe la novela. Julio Blake, un ferroviario jubilado, en medio de la resaca de la inundación y en su soledad, aprovecha ese momento para revolver viejas fotos, abordar recuerdos algo dañinos“.

Respecto del autor, expresaron los editores: “Wernicke es una suerte de eslabón entre Benito Lynch y Miguel Briante.

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Propietaria/Directora: Andrea Viveca Sanz
Domicilio Legal: 135 nº 1472 Dto 2, La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA Nº 2022-106152549
Edición Nº