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Artes Plásticas

María Marcela Vicente: “Siempre fui una buscadora, siempre estoy aprendiendo algo nuevo”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Las palabras resbalan. Son tiras de papel, recortes de una vida, imágenes guardadas en el lápiz que las cuenta. Las letras se alargan, arrastran un silencio, como si fueran elásticos que estiran los vértices de un paisaje olvidado, como si intentaran pronunciar sus fragmentos para rescatarlos.

María Marcela Vicente es artista visual y escritora. En sus lápices se fusionan las palabras con las líneas, las letras con las imágenes. Desde allí, emprende sus viajes creativos, recorta la realidad, la transforma con su arte y la convierte en obras que son siempre un punto de encuentro.

En diálogo con ContArte Cultura la artista marplatense cuenta sus vivencias en el proceso de crear y presenta su novela “Las comadrejas no existen”, de editorial También el caracol.

—Una tela blanca es el lienzo sobre el que vamos a comenzar esta charla. La dejamos en tus manos para que en su superficie quede tu huella. Podés soltar ahí la primera palabra o imagen que venga a tu mente y contarnos qué dicen de vos esas letras, formas o colores.
—Recorto papeles, invento ciudades. Construyo paisajes para que alguien los habite. O tal vez sean manifiestos, las formas que toma mi alma para ser habitada. Después solo queda caminar por los puentes, atravesando el vacío o el silencio.

—¿Recordás en qué caminos de tu infancia se fue desplegando tu gusto o interés por el arte?
—Comencé trabajando con los materiales de descarte que encontraba en mi casa: alambres que formaban personajes, migas de pan que se hacían flores, lanas, hilos. A todo lo transformaba en objetos que después regalaba como ofrendas a mamá y papá. Ellos me alentaban llevándome a talleres de artesanías o escuelas de dibujo desde muy pequeña. Pero el camino por el que fui desplegando mi deseo de crear, fue la fascinación que me provocaba poder comprender a los materiales, saber cómo tratarlos, conocer sus tiempos, tenerles paciencia. No me llevaba bien con la gente, era muy tímida y eso fue llevándome a la soledad como refugio. Y en el arte fui encontrando un refugio peligroso.

—En tus obras utilizás mucho la técnica del collage. ¿Qué recortes de la vida cotidiana se cuelan en tus creaciones?
—Siempre hay casas y puentes para conectarlas. Aparecen escenas superpuestas, transparencias que van sumándose, veladuras que, en su obstinación, dejan huellas. Eso es lo que emerge para ser visto. Pero si se observan con ojos ingenuos, entre esas huellas crecen paisajes turbulentos que dejan surcos, heridas, superficies gastadas. A mis collages me gusta llamarlos “reencolados”, porque siempre hay un proceso de reparación, de volver a sanar aquello que alguna vez mis propias manos quebraron. Son textos (tejidos), lugares mínimos en los que puedo oler el perfume de jardines que ya no existen.

—¿Qué otras técnicas utilizás habitualmente?
—En verdad, el collage parece ser el lugar al que llego después de largas y complicadas vueltas por otras técnicas. Antes trabajaba desde una formación académica en la que lo liminal era irrefutable: dibujo, pintura, escultura, grabado. Pero hace algunos años, en uno de esos períodos en los que las imágenes caen en un vacío que ahoga, desplegué un gran lienzo en el piso y comencé a esparcir trozos de papeles dejando que el azar hiciera algo por mí. Así comenzaron mis collages, liberando los caminos, sumando técnicas y materiales. Y lo realmente revelador fue que comenzaron a volver todos los saberes acumulados en mi vida. Siempre fui una buscadora, siempre estoy aprendiendo algo nuevo.

—Dentro de tus lápices conviven líneas y palabras, ¿de qué manera lográs fusionar esos dos lenguajes que forman parte de tu experiencia creadora?
—Los dos lenguajes comenzaron a fusionarse hace muy poco, un par de años, a través del grabado. Las letras, las palabras, son formas elegantes que transmutan, que pueden pasear por el papel y ¡hasta pueden convivir sin echarse a patadas! (risas) ¿Cómo evitar que la palabra muerte no se enamore de una margarita de papel, o que la palabra sangre no quiera caminar sobre una mancha de acuarela?

—¿En qué momento se manifestó tu interés por la escritura?
—Creo que escribo desde que mi primer amor se fue con otra. Cuadernos y cuadernos guardados en cajas y quemados en cada mudanza. Comencé por la poesía como una forma de dejar huellas (comenzamos la entrevista hablando de huellas). Necesitaba dejar señales de lo que sentía, por lo general de aquello que no era agradable, nunca me fue fácil comprender a este mundo. Escribo desde siempre. Me levanto muy temprano para escribir. Pero hace un tiempo comencé a transitar la experiencia del taller literario con Bibiana Ricciardi y ahí todo se puso patas para arriba. Fue la primera vez que alguien leía mis textos.

—¿Cómo despierta un texto en tu interior? ¿Qué cosas te inspiran al momento de escribir?
—Nacen de una imagen, algo pide ser visto, reclama atención. Y comienza a contarme algo acerca del mundo. Una cierta complicidad entre lo que observo y lo que reclama ser visto en mí. Siempre el deseo de relato anda por las sombras de las mismas obsesiones, dos o tres que no alcanzo a reconocerlas. Una paleta de colores que se va develando inevitablemente. No sé si me inspiran, creo que están en todo momento reclamando aire. Si no les presto atención, quedan en la garganta, raspan, lastiman, ahogan.

—¿Cuál fue el disparador de tu novela “Las comadrejas no existen”? Contanos qué van a encontrar quiénes se sumerjan en sus páginas.
Las comadrejas no existen es mi primera novela y nace como forma breve. Un escrito, como un cuento, pero que traía escondido el deseo de crecer. Y quienes la lean van a encontrar a una mujer que pide que le den la mano y la acompañen a atravesar sus traumas. Que la rescaten mientras intenta habitar un presente lleno de monstruos que siguen escondidos debajo de la cama.

—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
—Actualmente estoy escribiendo mi segunda novela, ¡que no me deja dormir! La protagonista me despierta de noche para contarme cosas y yo la escucho e intento calmarla. También estoy trabajando una colección de cuentos cortos, que terminarán siendo un insectario, y otra de historias urbanas.

—Para terminar, te invitamos a soltar un sueño, como una mancha o una palabra, sobre nuestro lienzo del comienzo.
—Sobre el lienzo del inicio suelto pedacitos de papel, colores intensos con la ilusión de construir un collage de palabras y de imágenes, con mis amores. Que no se destiña y que dure para siempre.

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Artes Plásticas

La historia de cómo detectaron en Mar del Plata un cuadro robado por los nazis

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Un cuadro del siglo XVII, colgado en la sala de una casa de Mar del Plata, abrió un expediente judicial y revivió una historia enterrada por décadas. Se trata de “Retrato de una dama”, del pintor italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), parte de la prestigiosa colección del marchante judío neerlandés Jacques Goudstikker. La obra fue saqueada en 1940 por el régimen nazi y terminó en manos de Friedrich Gustav Kadgien, funcionario cercano a Hermann Göring, que vivió en Argentina hasta su muerte en 1978.

El hallazgo fue revelado por el diario neerlandés Algemeen Dagblad, que detectó la pintura en las fotos de un aviso inmobiliario publicado en un portal argentino. Una de las hijas de Kadgien había puesto a la venta su casa en el barrio Parque Luro de la ciudad balnearia. En las imágenes, sobre un sillón del living, se distinguía el retrato desaparecido desde hacía más de 80 años.

La alerta llegó a la Justicia federal a través de Interpol y la Aduana. El fiscal Carlos Martínez, a cargo del caso, ordenó un allanamiento en el domicilio identificado como residencia fiscal de Patricia Kadgien, empresaria textil de 59 años. La Policía Federal secuestró armas, celulares y láminas, entre ellas una serie vinculada a una exposición de Henri Matisse en los años 40, pero el cuadro de Ghislandi ya no estaba. La principal hipótesis es que fue retirado de la vivienda tras la publicación de las imágenes.

La investigación busca determinar si la actual poseedora puede ser imputada por encubrimiento de contrabando. Paralelamente, la Agencia de Patrimonio Cultural de los Países Bajos reclama la restitución de la pintura a los herederos de Goudstikker, que durante más de ocho décadas rastrearon la colección saqueada por los nazis.

Jacques Goudstikker fue uno de los principales galeristas de Ámsterdam. Tras la invasión alemana de 1940 intentó huir con su familia a Nueva York, pero murió durante el viaje en barco. En su galería quedaron más de 1.100 obras, documentadas en un inventario. Esa colección fue liquidada a precios irrisorios entre altos jerarcas del Tercer Reich. Uno de ellos fue Göring, comandante de la Luftwaffe, y otro habría sido Kadgien, conocido como “el mago de las finanzas” del nazismo.

Nacido en Elberfeld en 1907, Kadgien había ingresado al Partido Nazi en 1932 y a la SS en 1935. Como experto en divisas, ocupó un lugar clave en la Oficina del Plan Cuatrienal que dirigía Göring. Desde allí articuló redes de empresas pantalla en Suiza para mover oro, diamantes y obras de arte robadas a judíos y opositores. Cuando la guerra llegaba a su fin, huyó a Suiza y luego a Brasil, hasta instalarse definitivamente en Argentina. Se radicó en Buenos Aires, fundó empresas y vivió sin ser molestado hasta su muerte, en 1978, sepultado en el cementerio alemán de la ciudad.

El destino de la fortuna de Kadgien sigue siendo un misterio. Investigadores europeos sospechan que controlaba entre 1.000 y 3.000 millones de Reichsmark ocultos en cuentas suizas. Su paso por Sudamérica incluyó negocios en Brasil y vínculos con empresas alemanas en la región, además de contactos con la administración de Juan Domingo Perón.

La aparición del cuadro en Mar del Plata reavivó la sombra de ese pasado. Según el corresponsal del Algemeen Dagblad, Peter Schouten, el rastreo de las hijas de Kadgien llevó años. Ellas nunca respondieron a las consultas sobre el origen de las piezas. Solo un descuido –las fotos de la inmobiliaria Robles Casas & Campos– permitió localizar el “Retrato de una dama”. El aviso fue retirado inmediatamente después de la publicación de la investigación.

En paralelo, se detectó que otra pintura desaparecida, atribuida al artista holandés Abraham Mignon, podría estar también en manos de la familia. Una de las hijas de Kadgien la habría mostrado en sus redes sociales, según el mismo diario.

El fiscal Martínez espera definir si imputa a Patricia Kadgien, mientras Interpol mantiene alertas nacionales e internacionales para impedir que el cuadro salga del país. En Europa, los herederos de Goudstikker insisten en que la restitución es un paso necesario para reparar una parte del saqueo cultural más grande de la historia moderna.

El caso demuestra que, 80 años después, los ecos del expolio nazi siguen resonando en lugares tan lejanos como una tranquila residencia marplatense. El “Retrato de una dama” continúa desaparecido, pero su historia volvió a la luz, recordando que detrás de cada obra de arte saqueada permanece una deuda de memoria y justicia.

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Dos nuevas exposiciones en la Casa Nacional del Bicentenario

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La Casa Nacional del Bicentenario invitó a la inauguración de dos exposiciones que celebran la diversidad cultural, el patrimonio fotográfico y la creación artística contemporánea, en el marco de su programación federal.

Una historia sobre la luz

Legado y rescate del archivo Foto Martínez
Martes 2 de septiembre a las 18

Curada por Fernando Cocchi y Martín Guillén, esta muestra presenta por primera vez en Buenos Aires el archivo fotográfico de Doroteo y Luis Martínez, dos fotógrafos de General Viamonte que documentaron más de ocho décadas de vida social, política y cultural del centro bonaerense.

El proyecto, impulsado por el Municipio de General Viamonte y el Museo de Arte e Historia de Los Toldos (MAHLT), propone un recorrido visual y documental por más de 80.000 piezas, incluyendo negativos, copias, cámaras, mobiliario y un telón escenográfico pintado a mano de principios del siglo XX, recientemente recuperado. La exposición destaca el rol de los museos en la preservación de la memoria local y el acceso a los bienes culturales.

Se podrá visitar en el Espacio de Arte Nacional (2° piso) hasta el domingo 12 de octubre.

Confluencia

Artistas de todo el país
Miércoles 3 de septiembre a las 18

Cuevas de invierno -María Paz Secundini

La Secretaría de Cultura de la Nación, a través de la Red de Casas de la Cultura inaugura “Confluencia”, exhibición que reúne obras de Malcon D’Stefano, Sonia Höger, Nora Pareja, Paula Picciani, Paz Secundini y María Florencia Villanueva, artistas provenientes de diferentes regiones de la Argentina que exploran estéticas emergentes desde diversas escenas provinciales, a través de distintos soportes, como fotografía, pintura o dibujo, que dan cuenta de un recorrido visual y poético por distintos territorios. Un encuentro que enriquece el lazo entre artistas y espectadores, celebra la diversidad cultural y demuestra cómo lo local puede inspirar nuevos sentidos.

La selección de 17 trabajos estuvo a cargo del equipo de la Red de Casas de la Cultura, la Casa Nacional del Bicentenario y de los artistas Leo Mayer y Pepa Figueroa Cuéllar.

La exposición podrá visitarse hasta el domingo 28 de septiembre.

(Fuente: Área de Prensa y Comunicación – Casa Nacional del Bicentenario)

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Artes Plásticas

Lanzan el Premio de Pintura Bancor 2025 con premios millonario

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El Banco de la Provincia de Córdoba (Bancor) presentó una nueva edición de su prestigioso certamen nacional de artes visuales, que este año otorgará un total de $18.500.000 en premios. La convocatoria, que ya se encuentra abierta, está dirigida a artistas de todo el país en las categorías de pintura y muralismo.

Según supo Noticias Argentinas, el primer premio adquisición para la categoría Pintura será de $4.500.000, mientras que el ganador en Muralismo también recibirá $4.500.000 por su obra, que será ejecutada en un espacio público de la ciudad de Córdoba.

Inscripciones y fechas clave

El Premio de Pintura Bancor, que cumple 18 ediciones consecutivas, se consolidó como el único salón de alcance nacional que se realiza en Córdoba. Los interesados en participar ya pueden presentar sus propuestas.

  • Convocatoria: Está abierta para artistas mayores de 18 años de toda la Argentina, de forma individual o colectiva y con temática libre.
  • Cierre para Pintura: Las propuestas se reciben hasta el 25 de septiembre de 2025. Las obras seleccionadas se expondrán en diciembre.
  • Cierre para Muralismo: Los proyectos inéditos se pueden presentar hasta el 23 de octubre de 2025.
  • Información e inscripciones: Para acceder a las bases y condiciones, los artistas pueden ingresar en https://premiopintura.bancor.com.ar. Por consultas, se habilitó el mail premiopintura@bancor.com.ar y la página de Facebook “Premio Pintura Bancor”.

Además de los premios principales, el certamen contempla un segundo y tercer premio de $3 y $2 millones respectivamente para pintura, y tres menciones adquisición de $1.500.000 cada una para artistas jóvenes de hasta 35 años.

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Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA En Trámite
Edición Nº