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Julia Rouaux: “Busco movilizar al espectador y hacerlo consciente de lo vulnerable de nuestra biodiversidad”
Por Andrea Viveca Sanz
@andreaviveca //
La ciencia y el arte convergen y se funden en un punto imaginario. Los límites de una y otro se desdibujan para dar lugar al dibujo, que la bióloga Julia Rouaux logra atrapar entre líneas, entregadas a la construcción de una imagen.
La anatomía encerrada en los bordes de la creatividad, las formas que se expanden en trazos seguros y precisos, acompañadas por los colores que las pincelan, pueden apreciarse en cada una de sus obras.
Hay una diversidad compartida en ese espacio común en el que el arte logra captar la morfología, la perfecta geometría, de cada una de las especies que habitan este planeta para eternizarlas.
En diálogo con ConArte Cultura, la doctora en biología e ilustradora cuenta sus vivencias en esos dos mundos que ha logrado fusionar para perpetuar en imágenes vivientes la belleza que nos rodea.
—¿En qué momento de tu carrera sentiste que la ciencia y el arte podían fundirse?
—Desde siempre me gustó dibujar y cuando terminé el secundario me encontré en la encrucijada de estudiar Biología o Bellas Artes. Finalmente me decidí por la Licenciatura en Biología, orientación zoología, en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, pero siempre quedó pendiente la parte del dibujo. En el primer año de la carrera vi por primera vez, en la fotocopiadora del Museo de La Plata, el cartelito del curso de “Introducción a la Ilustración Científica”, que en ese momento se dictaba en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE), y supe que en algún momento lo iba a hacer. Hasta ese momento ni siquiera sabía que existía la disciplina, aunque siempre había atesorado las láminas de las ecorregiones de Argentina con ilustraciones de Aldo Chiappe y todo libro que tuviera dibujos de fauna.
—Contanos en qué consiste la ilustración científica.
—Es una disciplina artístico-científica que acompaña constantemente al científico en su etapa de formación, de investigación y de divulgación y publicación de sus conocimientos. Permite sistematizar y representar gráficamente la información científica que se desea transmitir, para que sea interpretada por investigadores o el público en general. Es un elemento que complementa y completa la información escrita.
—¿De qué manera llevás adelante el proceso creativo de cada obra? ¿Cuáles son los pasos que no pueden faltar en el diseño de tus ilustraciones?
—El paso más importante siempre es la documentación y la investigación. Para todas las ilustraciones científicas trabajo en conjunto con el científico-investigador. El primer paso siempre es establecer qué es lo que se quiere mostrar y cómo. Luego trabajo con el material de estudio y con toda la información disponible, ya sean explicaciones verbales, publicaciones científicas, iconografía previa o fotografías, para la realización de un boceto que reúna toda la información que se desea transmitir. Este es corregido y aprobado por el investigador las veces que sea necesario, hasta que resulte en un estudio o esquema legible, preciso y detallado. Finalmente realizo lo que será el trabajo definitivo, siguiendo los códigos y las técnicas adecuados para cada grupo, que será el que finalmente saldrá publicado. Para las ilustraciones un poco más naturalistas, como las realizadas para la guía de felinos, trabajo principalmente a partir de fotografías, videos y material de colección de diferentes museos. De igual modo, para todos los proyectos trato siempre de contar con el asesoramiento de un especialista del tema.
—¿Con qué materiales trabajás habitualmente y qué técnicas utilizás para tus obras?
—Normalmente trabajo con lápiz de grafito para la etapa de boceto y para algunos trabajos finales. Para los trabajos a color suelo usar técnicas mixtas, con lápices de colores, acrílicos y técnicas digitales.
—¿Cómo lográs captar la esencia de cada especie para plasmar sobre el papel o la tela sus rasgos más destacados y darles vida a través de tus manos?
—Cuando comienzo cualquier trabajo, mi mirada siempre es como bióloga. Trato de ser metódica y rigurosa al momento de estudiar, documentarme y reunir toda la información sobre la especie que quiero ilustrar, para poder llegar a un arquetipo que resuma todas las características que la definen. En el caso de las ilustraciones científicas, la mirada “artista” nunca participa, a excepción del uso de las diferentes técnicas. En el caso de los trabajos un poco más libres, como los de mi nuevo proyecto, busco también movilizar al espectador, generar empatía, hacerlo partícipe y consciente de la situación vulnerable de nuestra biodiversidad.
—Por estos días tus ilustraciones forman parte de una exposición en Cracovia, ¿cómo viviste esa experiencia en la que lograste mostrar con tu arte las especies que están en peligro de extinción en Sudamérica?
—Primero, decir que fue muy emocionante recibir la invitación desde el Jardín Botánico de Cracovia. Como bióloga, siempre sentí la necesidad y la responsabilidad de mostrar la belleza y la fragilidad del mundo que nos rodea. Hoy, como ilustradora científica y artista, creo que encontré la vía para hacerlo. Las obras son las primeras de un proyecto personal al que llamé Tramas infinitas, cuya idea principal surgió hace poco más de un año: dar visibilidad a las especies amenazadas de Sudamérica y a la biodiversidad en general, intentando reconstruir los lazos con el espectador, destruidos por el avance del ser humano sobre la naturaleza. Los retratos digitales, elaborados mediante una sucesión de líneas a intervalos irregulares, representan de manera simbólica la trama subyacente e invisible que conecta a todos los seres vivos. Mucha gente se asombró de lo “raro” de algunas de las especies y se enamoró de otras. Fue sumamente gratificante, y también un orgullo, el poder mostrar al mundo un poquito de lo nuestro. A pesar de las grandes diferencias culturales y de idioma, la comunicación fue posible gracias a la universalidad de la imagen como vía de transmisión de conocimientos.
—¿Flora o fauna, qué te gusta más para ilustrar?
—¡Fauna! Principalmente insectos, por mi formación como entomóloga, y mamíferos, por la textura y sus rasgos en general.
—¿Qué talleres o cursos estás dando actualmente y para qué público están dirigidos?
—Normalmente dicto, junto a la profesora Anahí Tiscornia, el curso de Posgrado de “Introducción a la Ilustración Científica”, en distintas universidades del país. Está dirigido principalmente a estudiantes y graduados de Ciencias Biológicas y Bellas Artes. Este año lo dimos en Puerto Madryn (Chubut) y en noviembre lo daremos en Uruguay, en el Centro Universitario Regional del Este perteneciente a la Universidad de la República. Ese mes también dictaremos un mini curso en el marco de las XXXII Jornadas Argentinas de Mastozoología. Al mismo tiempo, formo parte del plantel docente de la Academia de Illustraciencia, en España, donde dicto cursos online de Ilustración Científica. En este momento está finalizando la primera edición de Ilustra Entomología y en octubre comenzaremos la segunda.
—¿Con qué sueña Julia Rouaux como ilustradora científica?
—¡Tantas cosas! Sueño con poder continuar mi camino de ilustradora, participando en nuevos proyectos que presenten desafíos en cuanto a técnicas e investigación. Sueño con seguir creciendo como docente en la disciplina, porque me obliga a perfeccionarme constantemente y el intercambio con los alumnos es sumamente enriquecedor. Sueño que, con el tiempo, Tramas infinitas pueda ir creciendo, sumar proyectos de conservación y convertirse en una muestra itinerante que eduque, movilice y genere conciencia.
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Marcha atrás con el cierre del Fondo Nacional de las Artes y del Instituto Nacional del Teatro
El Gobierno envió al Congreso el texto reformado del proyecto de “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” donde da marcha atrás a la derogación del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y del Instituto Nacional del Teatro (INT), entre otros puntos incluidos en el capítulo dedicado a la cultura, que se “rediseñó protegiendo los recursos del sector, pero preservando el objetivo de que los gastos administrativos no sean una carga excesiva”, según se explicó en los fundamentos de la iniciativa.
Tras el plenario de comisiones de Diputados, donde expusieron referentes de la cultura, enmarcados por protestas y manifestaciones en las calles de trabajadores del arte y la cultura, la Ley Bases ingresó al Congreso con varias reformas: una “nueva versión” que “ha sabido recoger muchos de los puntos de la discusión”, donde “la diferencia no es solo cuantitativa (se pasa de un proyecto con 664 artículos a uno de 523) sino cualitativa”, aclara la introducción del texto.
El nuevo texto -que incorpora gran parte del debate público” pero “mantiene las bases fundamentales de ampliación de libertades, libertad económica, reorganización administrativa, equilibrio presupuestario” y “fortalecimiento de la educación y la cultura”- plantea que el FNA pase a funcionar con directores ad-honorem y un límite de gastos del 20% de sus ingresos; que se reforme la categorización de filmes nacionales, restricciones financieras para el Instituto Nacional de la Música (Inamu) y la Comisión Nacional de Biblioteca Populares (Conabip).
“Es sano exponer los privilegios de unos pocos, es sano mover nuestro marco normativo hacia adelante modificando cosas que el tiempo había enquistado (…) es sano escuchar, corregir, aprender”, dice el documento que incorpora medidas específicas para garantizar que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) promocione al cine nacional y mantenga intactos los alcances del Fondo de Fomento Cinematográfico.
En cuanto al Instituto Nacional de la Música (INAMU) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares CONABIP, “en pos de una gestión más eficiente”, se establecen restricciones de gastos para el INAMU y la CONABIP. Limitar también los egresos al 20% de los ingresos de estas instituciones busca garantizar una utilización eficaz de los recursos disponibles, evitando excesos administrativos y priorizando el respaldo directo a la música y las bibliotecas populares.
Sobre el Instituto Nacional del Teatro, el proyecto propone la absorción de las funciones del INT por la Secretaría de Cultura, señalando un enfoque en la eficiencia administrativa. Sin embargo, esta decisión también abre la posibilidad de que el Instituto quede más supeditado a los vaivenes políticos, planteando desafíos adicionales para su funcionamiento futuro.
Las nuevas modificaciones al proyecto de ley reflejan una estrategia más cautelosa, donde se buscan reformas significativas sin descuidar la protección de instituciones fundamentales, pero que mantiene el espíritu de achicar el Estado. La propuesta se adapta a la complejidad del sector cultural argentino, reconociendo la necesidad de cambios, pero asegurando que estos no comprometan la estabilidad y la misión esencial de las instituciones culturales del país.
Entrando más en el orden preciso de los cambios, el proyecto redefine la categorización de películas nacionales. Ahora, se considerarán aquellas producidas por ciudadanos argentinos o con domicilio legal en el país, con participación predominante de equipos locales. Se introducen definiciones específicas para películas de corto y largo metraje, proporcionando claridad a la industria.
Además, se impone la obligatoriedad de obtener un certificado de exhibición del INCAA para todas las películas que deseen proyectarse, independientemente de su origen. Esta medida, acompañada por la exigencia de un certificado de libre deuda, refuerza los controles administrativos.
El cambio significativo de derogar un inciso en particular busca promover apertura y diversidad en la producción cinematográfica. Se establece un límite del 20% para los gastos internos del INCAA, equilibrando la eficiencia administrativa con la necesidad de recursos para el desarrollo del sector.
El compromiso del INCAA de subsidiar tanto películas de largometraje nacional como coproducciones se detalla con lineamientos específicos. Se incorpora un artículo que establece normas para reconocer la inversión al coproductor argentino en coproducciones internacionales, fomentando la colaboración global.
Numerosos artículos de la Ley N° 17.741 (Texto ordenado 2001) son derogados, marcando un cambio profundo en la regulación de la cinematografía argentina.
Se incorpora también un artículo que limita los egresos de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) al 20% de los recursos recibidos. Múltiples leyes y artículos de la Ley N° 26.522 son derogados, marcando un enfoque más restrictivo en los gastos de CONABIP y una transformación significativa en la regulación de los medios audiovisuales.
Adicionalmente, el proyecto incorpora ajustes para salvaguardar recursos y adaptarse a la realidad política. Se reducen las modificaciones propuestas para el INCAA, manteniendo la asignación específica y preservando los alcances del Fondo de Fomento Cinematográfico.
Las restricciones financieras se aplican al INAMU y la CONABIP, limitando sus gastos al 20% de los ingresos. El Instituto Nacional del Teatro experimenta una fusión de funciones con la Secretaría de Cultura, buscando eficiencia, aunque planteando desafíos políticos.
Estos cambios en el proyecto mantienen el espíritu inicial de la propuesta, con algunas concesiones a raíz de las resistencias de los sectores de la cultura. La propuesta intenta tranquilizar al sector, reconociendo la necesidad de cambios, pero asegurando que estos no afecten la misión esencial de la Ley de Bases, conocida como Ley Ómnibus. El impacto real dependerá de la implementación eficaz y la adaptación de los diversos sectores involucrados en la cultura argentina.
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Lo más amplio de la escena artística se pronunció en defensa de la cultura
Charly García, Fito Páez, León Gieco, Cecilia Roth, Graciela Borges y Leonardo Sbaraglia son algunas de las más de 20.000 figuras que firmaron una solicitada publicada este lunes por el Frente de Soberanía Cultural “en defensa de nuestra identidad”.
La carta se titula “Carta al Congreso Nacional. La cultura está en peligro” y está dirigida a los diputados y senadores.
En rechazo al DNU y la Ley Ómnibus del presidente Javier Milei, la solicitada cuenta con un apoyo masivo de referentes de la cultura nacional de todos los sectores.
“El Gobierno Nacional pretende, a través de la Ley Ómnibus, derogar leyes vitales para la supervivencia de las industrias culturales, las artes y las ciencias, y el patrimonio cultural de nuestro país”, dice uno de los fragmentos del texto.
Otros de los referentes de la quienes dejaron su firma son Palito Ortega, Luis Felipe “Yuyo” Noé, Juana Molina, Tute, Mercedes Morán, Dolores Fonzi, Santiago Mitre, Paula De Luque, Lucía Puenzo, Juan Leyrado, Inés Estévez, Daniel Fanego, Juan Minujín, Julieta Ortega, Darío Grandinetti, Tomás Fonzi, Kevin Johanssen, Claudia Piñeiro y Humberto Tortonese.
También apoyaron Georgina Barbarrosa, Eleonora Wexler, Emilia Mazer, Albertina Carri, Martín Caparrós, Diego Cremonesi, Jazmín Stuart, Mónica Antonópulos, Alejandra Flechner, Andrea Frigerio, Mirta Busnelli y Soledad Villamil.
Acerca del paquete legislativo, la carta señala: “No hay en la letra de su desarrollo el mero atisbo de participación ni interés alguno en el quehacer cultural, y por el contrario, el texto tiene una mirada mercantilista que apunta sin miramientos a desfinanciar y anular el desarrollo de las actividades de nuestra cultura nacional”.
En el final, el texto advierte: “La cultura es identidad. La cultura es lo único que no se puede importar. La hacen los pueblos. Queremos seguir teniendo una identidad propia como Nación. De otro modo solo nos quedará el destino triste de no ser. De eso se trata esta lucha. Un país es tan grande o tan pequeño como la medida de su proyecto cultural”.
El Frente de Soberanía Cultural viene realizando actividades semana tras semana para repudiar todo el articulado del paquete legislativo de Milei que apunta contra los entes culturales.
El plan de acción comenzó con un plenario en el Teatro Argentino de La Plata, continuó con un encuentro de grupos de teatro y artes escénicas en esta misma Plaza del Congreso, con una convocatoria en Mar del Plata y un “Musicazo” el jueves pasado y una lectura colectiva este sábado. Se trata de instancias previas de cara al Paro Nacional de este miércoles anunciado por la CGT.
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Marvel incluye en sus comics un Capitán América de la comunidad LGBTQ+
La editorial de cómics de superhéroes Marvel anunció que este próximo de 2 de junio se publicará la primera serie del Capitán América protagonizada por Aaron Fischer, uno de los últimos personajes incluidos en ese universo que pertenece a la comunidad LGBTQ+ y lucha contra la opresión de ese colectivo.
Se trata de “Los Estados Unidos del Capitán América”, en la que el histórico Steve Rogers, el primer Capitán América, pierde su escudo en un robo y se reúne con otros héroes conocidos para iniciar un viaje a través de ese país y encontrar su característica arma.
Durante la travesía, el grupo conoce a distintas personas con variados trasfondos que en algún momento utilizaron el símbolo del superhéroe para defender sus comunidades, entre las que se encuentra Fischer, un adolescente inspirado por referentes y activistas del colectivo queer.
La historia del cómic fue escrita por el guionista Joshua Trujillo e ilustrado por la artista trans Jan Bazaldua, bajo la dirección de Christopher Cantwell y el dibujante Dale Eaglesham, los directores a cargo del proyecto.
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