

Literatura
“Cometierra”, de Dolores Reyes, llega al mundo audiovisual en formato de serie
Por Leila Torres (*)
Luego de cautivar a miles de lectoras y lectores con el personaje Cometierra, una niña que tiene el don de encontrar los cuerpos de personas desaparecidas, la novela homónima de la escritora argentina Dolores Reyes salta del papel a la pantalla de la mano del cineasta, guionista, productor y autor Daniel Burman, quien al frente de un equipo de guionistas y realizadores avanza en el rodaje de una serie que retoma la potencia de esta historia que entrelaza la violencia y la marginalidad sin incurrir en estereotipos.
Publicada por el sello Sigilo en 2019, “Cometierra” se transformó en un fenómeno literario que superó la undécima edición en el país y hoy se puede leer en Italia, España, Francia, Polonia, Reino Unido y Estados Unidos, acaso porque los temas que aborda -el duelo, la identidad y la violencia- adquieren un carácter universal. Su autora, Dolores Reyes (1978), es docente y escritora. Nació en el oeste del Gran Buenos Aires y fue maestra en escuelas de esa zona durante gran parte de sus 44 años. En paralelo a su compromiso con la enseñanza, fue afilando un agudo poder de observación que la ayudó a construir la mirada y los códigos de los personajes juveniles a los que le da voz en esta obra y en su prolongación, “Miseria”, publicada hace unos meses.
La protagonista de “Cometierra” tiene un don, tan oscuro como iluminador. A partir de tragar tierra puede visualizar el destino de personas que han desaparecido por ser víctimas de la trata o por femicidios, como le ocurrió a su madre. Este poder la lleva a resolver crímenes crímenes y encarar las fuerzas oscuras de su pasado. Junto a su grupo de amigos, la mujer descubrirá su propia identidad y lugar en el mundo, en el escenario de un barrio envuelto en la violencia y las desapariciones de sus seres queridos.
“Cuando terminé de leer ‘Cometierra’ por primera vez, sentí en mis manos toda la fuerza de su protagonista, y la conmoción que me provocó la obra es la misma que nos contagió a todos los que nos sumamos a esta aventura vibrante y necesaria”, dice el productor y cineasta argentino Daniel Burman en un comunicado en el que la plataforma Prime Video anuncia que está rodando la versión audiovisual de la novela.
En su adaptación audiovisual, la historia estará estructurada en siete episodios que se transmitirán por la plataforma y narrará la historia de una chica de los suburbios de la Ciudad de México que en este caso se llama Aylín y adquiere el superpoder de comunicarse con la tierra. La escritura del guion estuvo a cargo de un equipo encabezado por Mónica Herrera (quien participó de “La caída”) y contó con las plumas de Gabriela Guraieb, Camila Brugés, Juan Carballo, Clara Roquet y la novelista Brenda Navarro (autora de “Casas vacías”, entre otros títulos).
“Yo no había pensado en ‘Cometierra’ para adaptación, pero todos me decían que era muy visual y que claramente se podía adaptar a cine o a serie”, dijo Dolores Reyes a la agencia de noticias Télam.
Durante el rodaje, la escritora cuenta que tuvo que “hacer un desplazamiento de unos 100 metros” para contemplar lo que estaba ocurriendo. “Fui pasando por el costado de un puñado de personajes de la novela, fue un viaje muy emocionante y a la vez, lisérgico. Los personajes de ‘Cometierra’ uno a atrás del otro tomando vida”, recuerda.
“La experiencia del rodaje en general, fue impresionante. Y estoy enamorada del casting que se hizo”, asegura. Sin embargo, la narradora no participó de la producción. “No formé parte del equipo de escritura, pero me fueron consultando vía reuniones de Zoom, durante buena parte del proceso, pero a veces hay que soltar. Mi parte es escribir libros, y, en cuanto a ‘Cometierra’, se tradujo a 15 idiomas, tiene decenas de ediciones y el público la ama. De su serie espero exactamente lo mismo: que la amen y que les quede grabada para siempre”, dice.
La serie será producida para Estados Unidos, México y Centroamérica por The Mediapro Studio, que tiene a Burman como su principal cabeza. Se estima que estará disponible exclusivamente a través de Prime Video en más de 240 países y territorios. Además del realizador de “El nudo vacío” y “El abrazo partido”, en la serie también participan como directores Cris Gris y Martín Hodara.
El reparto estará integrado por la joven mexicana Lilith Curiel, quien protagonizará la serie e integrará un reparto conformado por Yalitza Aparicio, nominada al Oscar por su actuación en el film Roma de Alfonso Cuarón, que interpretará a la maestra.
También participarán los actores Max Peña, Iván Martínez, Roberto Aguilar, Gerardo Taracena y Harold Torres. El resto del elenco incluye también a Juan Daniel García Treviño, Lizeth Selene, Yalitza Aparicio y Arcelia Ramírez, y contará además con las actuaciones de Rubén Albarrán y Mabel Cadena.
Una voz potente que se transformó en fenómeno literario
Cuando recibió el manuscrito de “Cometierra”, el editor de Sigilo, Maximiliano Papandrea, supo que tenía entre sus manos un gran hallazgo. En diálogo con Télam, el editor recordó: “Desde un principio creímos en la novela y en que habíamos encontrado en Dolores a una nueva voz, potente y cautivante. Es más, estábamos convencidos de que iba a tener muchísimos lectores, pero nunca nos imaginamos que ‘Cometierra’ tendría un impacto tal que rompería todos los moldes, que trascendería fronteras y formatos: una quincena de traducciones, lectores y lectoras en toda Hispanoamérica, ahora la serie”.
¿Es posible explicar cómo fue que ‘Cometierra’ se convirtió en el fenómeno literario que es hoy? Para Papandrea, “tratar de explicar el fenómeno es un poco absurdo” pero considera que responde a varios factores: “Lo más obvio y comentado es que ‘Cometierra’ aparece en pleno estallido del feminismo y que a su manera indirecta -como hace la buena literatura- supo encarnar una cantidad de reclamos y reivindicaciones necesarios. Podría pensar en otros factores, como la adolescencia de sus protagonistas, una actualización de la tradición del conurbano o la misma figura de Dolores como escritora, que tiene un magnetismo inusual”, fundamenta el editor.
Sin embargo, a cinco años de la publicación, el editor llega a una conclusión: “‘Cometierra’ tiene muchos elementos genuinamente narrativos que la convierten en un clásico popular, empezando por la condición entre trágica y reivindicativa de su heroína, totalmente inolvidable”.
¿Qué implica que un libro salte al formato audiovisual?¿Puede significar un nuevo impulso esta forma de circulación? “Ya no sé si le va a dar un nuevo impulso a la novela o qué va a pasar, solo sé que se una idea pequeña que se me ocurrió, una chica que come tierra y puede, por medio de visiones, conectar con los seres queridos que nos faltan y rastrearlos”, responde la autora.
“Sé que varios libros argentinos se están traduciendo a muchas lenguas, entre ellos, ‘Cometierra’ y ‘Miseria’. Supongo que veo la adaptación audiovisual como una traducción extrema, y siempre sumará lectores a esta historia. Ya desde hace tiempo siento que mis personajes me van a acompañar toda la vida, por eso los llevo tatuados en la piel”, cuenta a propósito de sus dos tatuajes, uno en cada brazo, con las portadas de los libros.
Sobre el pronto estreno de la novela, dice: “Hemos llegado a esta locura de serie con Yalitza Aparicio y tantas otras actrices y actores impresionantes, que estoy más que impresionada”.
“Tengo tantas ganas de ver la serie con mis hijos y amigos como se puedan imaginar”, concluyó cargada de expectativa.

Textos para escuchar
Un día de éstos – Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez lee su cuento Un día de éstos
El lunes amaneció tibio y sin lluvia. Don Aurelio Escovar, dentista sin título y buen madrugador, abrió su gabinete a las seis. Sacó de la vidriera una dentadura postiza montada aún en el molde de yeso y puso sobre la mesa un puñado de instrumentos que ordenó de mayor a menor, como en una exposición. Llevaba una camisa a rayas, sin cuello, cerrada arriba con un botón dorado, y los pantalones sostenidos con cargadores elásticos. Era rígido, enjuto, con una mirada que raras veces correspondía a la situación, como la mirada de los sordos.
Cuando tuvo las cosas dispuestas sobre la mesa rodó la fresa hacia el sillón de resortes y se sentó a pulir la dentadura postiza. Parecía no pensar en lo que hacía, pero trabajaba con obstinación, pedaleando en la fresa incluso cuando no se servía de ella.
Después de las ocho hizo una pausa para mirar el cielo por la ventana y vio dos gallinazos pensativos que se secaban al sol en el caballete de la casa vecina. Siguió trabajando con la idea de que antes del almuerzo volvería a llover. La voz destemplada de su hijo de once años lo sacó de su abstracción.
-Papá
-¿Qué?
-Dice el alcalde que si le sacas una muela.
-Dile que no estoy aquí.
Estaba puliendo un diente de oro. Lo retiró a la distancia del brazo y lo examinó con los ojos a medio cerrar. En la salita de espera volvió a gritar su hijo.
-Dice que sí estás porque te está oyendo.
El dentista siguió examinando el diente. Sólo cuando lo puso en la mesa con los trabajos terminados, dijo:
-Mejor.
Volvió a operar la fresa. De una cajita de cartón donde guardaba las cosas por hacer, sacó un puente de varias piezas y empezó a pulir el oro.
-Papá.
-¿Qué?
Aún no había cambiado de expresión.
-Dice que si no le sacas la muela te pega un tiro.
Sin apresurarse, con un movimiento extremadamente tranquilo, dejó de pedalear en la fresa, la retiró del sillón y abrió por completo la gaveta inferior de la mesa. Allí estaba el revólver.
-Bueno -dijo-. Dile que venga a pegármelo.
Hizo girar el sillón hasta quedar de frente a la puerta, la mano apoyada en el borde de la gaveta. El alcalde apareció en el umbral. Se había afeitado la mejilla izquierda, pero en la otra, hinchada y dolorida, tenía una barba de cinco días. El dentista vio en sus ojos marchitos muchas noches de desesperación. Cerró la gaveta con la punta de los dedos y dijo suavemente:
-Siéntese.
-Buenos días -dijo el alcalde.
-Buenos -dijo el dentista.
Mientras hervían los instrumentales, el alcalde apoyó el cráneo en el cabezal de la silla y se sintió mejor. Respiraba un olor glacial. Era un gabinete pobre: una vieja silla de madera, la fresa de pedal y una vidriera con pomos de loza. Frente a la silla, una ventana con un cancel de tela hasta la altura de un hombre. Cuando sintió que el dentista se acercaba, el alcalde afirmó los talones y abrió la boca. Don Aurelio Escovar le movió la cara hacia la luz. Después de observar la muela dañada, ajustó la mandíbula con una cautelosa presión de los dedos.
-Tiene que ser sin anestesia – dijo.
-¿Por qué?
-Porque tiene un absceso.
El alcalde lo miró en los ojos.
-Está bien -dijo, y trató de sonreír.
El dentista no le correspondió. Llevó a la mesa de trabajo la cacerola con los instrumentos hervidos y los sacó del agua con unas pinzas frías, todavía sin apresurarse. Después rodó la escupidera con la punta del zapato y fue a lavarse las manos en el aguamanil. Hizo todo sin mirar al alcalde. Pero el alcalde no lo perdió de vista.
Era un cordal inferior. El dentista abrió las piernas y apretó la muela con el gatillo caliente.
El alcalde se agarró a las barras de la silla, descargó toda su fuerza en los pies y sintió un vacío helado en los riñones, pero no soltó un suspiro. El dentista sólo movió la muñeca. Sin rencor, más bien con una amarga ternura, dijo:
-Aquí nos paga veinte muertos, teniente.
El alcalde sintió un crujido de huesos en la mandíbula y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Pero no suspiró hasta que no sintió salir la muela. Entonces la vio a través de las lágrimas. Le pareció tan extraña a su dolor, que no pudo entender la tortura de sus cinco noches anteriores. Inclinado sobre la escupidera, sudoroso, jadeante, se desabotonó la guerrera y buscó a tientas el pañuelo en el bolsillo del pantalón. El dentista le dio un trapo limpio.
-Séquese las lágrimas -dijo.
El alcalde lo hizo. Estaba temblando. Mientras el dentista se lavaba las manos, vio el cielorraso desfondado y una telaraña polvorienta con huevos de araña e insectos muertos. El dentista regresó secándose las manos. “Acuéstese -dijo- y haga buches de agua de sal.” El alcalde se puso de pie, se despidió con un displicente saludo militar, y se dirigió a la puerta estirando las piernas, sin abotonarse la guerrera.
-Me pasa la cuenta -dijo.
-¿A usted o al municipio? -preguntó el dentista.
El alcalde no lo miró. Cerró la puerta, y dijo, a través de la red metálica:
-Qué carajo, es la misma vaina.
Historias Reflejadas
“Existencias vacías”

Existencias vacías
Desandando la eterna cadena de vida que une a los seres de todos los tiempos, caen presurosos los vacíos tallados en las almas, que astillan y duelen.
Oscuros espacios sin límites atrapan a la nada que devora cada gota de angustia y de miedo.
Ríos de furia se desplazan invisibles entre los corazones que buscan justicia y lloran traiciones. Vientos de fuego que invitan a correr para que la realidad no pueda alcanzar a aquellos que huyen, sobre todo, de sí mismos.
Libertades de carne y hueso disipan las palabras construidas con aire, que se pierden en lo invisible de las formas correctas.
Una inmensa soledad se replica a lo largo de los siglos, desprendiendo preguntas que buscan respuestas en un círculo interminable de ausencias.
Y es justamente en esa búsqueda cuando aparece el encuentro que arraiga y consuela.
Amuletos inventados que sostienen los ladrillos de las vidas derrumbadas frente a lo inevitable. Lo que se oculta en silencio, va revelando verdades a destiempo, manchas de odio y de dolor que se expanden como lava, arrasándolo todo.
Una piedra, lanzada desde la boca del universo, viaja de mano en mano y se adhiere a los vacíos de unos y otros acortando las distancias del tiempo.
Un medallón de hueso es capaz de apartar a los malos espíritus para romper los límites de quienes están dispuestos a arriesgarlo todo, esperando una lluvia que los ayude a sentir aquello que no les está permitido.
Un maletín cargado de sueños se aferra a una mano que necesita soltar, para poder trascender despacio la furia que arde en su interior.
En la eterna cadena de la vida, no importa la forma que tome nuestro amuleto, seguramente detrás de él se esconde algo mucho más profundo, una búsqueda y un encuentro.
Deshilachando la trama del destino, el amor y sólo el amor será siempre el verdadero amuleto contra el vacío que encierra a las almas esclavas de pasiones dormidas.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia: “El amuleto”, de Bárbara Wood; “Amuleto contra el vacío”, de Laura Miranda; “Los que esperan la lluvia”, de Gabriela Margall; y “Todo arde”, de Marcelo López.
Literatura
“Las visiones venenosas”, de Fermín Eloy Acosta – Ediciones Bonaerenses

Ediciones Bonaerenses presenta la novela ganadora del Premio Hebe Uhart de Novela 2024: “Las visiones venenosas”, de Fermín Eloy Acosta.
La obra fue elegida por unanimidad entre las 282 participantes, provenientes de 62 localidades de la Provincia, por el jurado conformado por María Teresa Andruetto, Hernán Ronsino y Miguel Vitagliano, debido a “la fina urdimbre de las voces que dan forma al relato, las de cuatro mujeres que están reunidas en una quinta porque ‘fueron convocadas’ y esperan la llegada de algo inquietante, sobrenatural y misterioso”.
El jurado también destacó que “con una prosa potente y rítmica que tiende a enrarecer el lenguaje y un universo que orilla la distopía y a la vez dialoga con grandes clásicos de la literatura universal, ‘Las visiones venenosas’ se mueve en una zona brumosa entre lo fantástico y lo anacrónico”.
El premio se otorgó en agosto pasado y la novela se publicó dentro de la colección “Nuevas Narrativas” en marzo de 2025.
Como todos los títulos de Ediciones Bonaerenses, este libro se encuentra disponible en formato papel en bibliotecas públicas y populares de toda la Provincia y puede descargarse gratuitamente en formato digital en nuestra web. También pueden adquirirse ejemplares físicos a través de la tienda del sello o en las librerías El gran pez (Mar del Plata), Malisia (La Plata), La casa Azul (Tandil), La bullanga (Tandil), Patio interno (City Bell), Factottum (Berazategui) y El otro lado (Trenque Lauquen).
(Fuente: Prensa Ediciones Bonaerenses)
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