Conéctate con nosotros

Historias Reflejadas

“Soledades”

Publicado

el

Soledades

Caminan sobre la cornisa, sus pies resbalan, buscan un punto de equilibrio.
Todo es gris.  
El paisaje se mueve fuera de sus cuerpos, se asoman por un hueco inventado. Necesitan aire, los cubren capas de silencio.
Esconden secretos, se ocultan. Dudan.
La decisión está tomada.
Viajan.
Avanzan y retroceden.
Se proyectan en las sombras de otros cuerpos.
Son sombras. Se hunden en olas de miedo, en laberintos de hojas. Hunden sus ojos en trenes vacíos, como líneas en movimiento.
Se pierden en la geometría de un pueblo fantasma, entre los fantasmas del pueblo.
Buscan. Se buscan. Escapan.
Pasan las páginas que contienen su nombre.
Escriben en líneas torcidas. Son líneas en las páginas que dibujan.
Se arriesgan.
Saltan al vacío, los deglute el abismo, la soledad del abismo.
Todo es silencio en la verdad revelada.

Por Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “La buena suerte”, de Rosa Montero; “La última felicidad de Bruno Fólner”, de Mempo Giardinelli; “Los abismos”, de Pilar Quintana; y “Dejen todo en mis manos”, de Mario Levrero.

Haga clic para comentar

Debes iniciar sesión para publicar un comentario. Acceso

Deja una respuesta

Historias Reflejadas

“Carrera”

Publicado

el

Carrera

Corrían. Los pasos se alargaban más allá de sus cuerpos en busca de respuestas.

Avanzaban sobre un tiempo muerto, sin formas, las horas quietas en puntos suspensivos. El pasado se hacía presente, como una sombra, como un vidrio sucio donde se escondían las preguntas.

Corrían y en sus pies se enredaban las mentiras, una detrás de la otra; el cuerpo en movimiento, fijo en el instante, dejándose reposar en ese balanceo de la vida, para no caer en la opresiva sensación de las circunstancias.

Corrían, viajaban sobre sus pensamientos, cada pisada un encuentro con la inevitable memoria de sus cuerpos; la búsqueda y el vacío.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “Asco”, de Carolina Perrot; “Una mujer corre”, de Bibiana Ricciardi; “Vidrio”, de Gabriela Borrelli; y “Cada despedida”, de Mariana Dimópulos.

Sigue leyendo

Historias Reflejadas

“Un territorio sin conquista”

Publicado

el

Un territorio sin conquista

El agua guardaba una historia, las palabras balanceándose entre las olas y sobre la espuma, un vaivén de preguntas. Iban y venían, de una costa a la otra, como naves sin destino.

Un viento, cómplice de otros vientos, sostenía recuerdos, las voces enraizadas en el origen, un nombre que abarcaba a las palabras, al otro lado de la historia, justo en el puerto de la memoria.

Aquí y allá, un desencuentro de orillas, los conquistadores y los conquistados, un argumento sin rumbo.

Hubo sangre y hubo guerra, las voces callaron y fueron leyenda, sutiles fragmentos de un territorio que permanece sin conquista.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “En los orígenes los aborígenes”, de Adela Basch con ilustraciones de Elissambura; “DescubriMiento de América”, de Marcelo Valko con ilustraciones de Dolores Mendieta; “La conquista española de América”, de Ramón Tarruela con ilustraciones de Matías Lapegüe; y “Leyendo leyendas”, de María Inés Falconi con ilustraciones de Sandra Lavandeira.

Sigue leyendo

Historias Reflejadas

“El país de los sueños”

Publicado

el

El país de los sueños

Adentro de un bostezo viajaba un sueño largo, muy largo. Tan largo que llegaba al otro lado del mundo. Y más allá, a un lugar donde todo era posible.

Un paisaje de colores cayó entre las pestañas, como un viento cargado de novedades. A un costado, justo a los pies de la cama, o tal vez un poco más acá, había un árbol de páginas abiertas, como si de pronto le hubieran crecido cuadernos. Y a los cuadernos, renglones. Y a los renglones, palabras que colgaban de las ramas y contaban una historia.

De pronto, la historia se precipitó sobre el suelo y fue semilla. A la semilla le nacieron brazos, como hojas. ¡Y raíces!

Fue entre esas raíces donde apareció una lombriz. Iba y venía la lombriz, y enredaba la historia. Y entonces se volvió un ovillo de sueños.

Cuando el barquero despertó pudo ver en su almohada un hombrecito de colores. En sus manos, un pájaro verde llevaba en el pico a una extraña hormiga cantora.

Minutos después, cruzaron a través de la ventana y nadaron por el río de la mañana hacia el país de los sueños.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia homenaje a Laura Devetach, los siguientes libros de la escritora: “El enigma del barquero”, “La hormiga que canta”, “La planta de Bartolo”, “Del otro lado del mundo” y “Lombriz que va, lombriz que viene”

Sigue leyendo


Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA En Trámite
Edición Nº