Artes Plásticas
Un coleccionista argentino pagó cerca de u$s35 M por una obra de Frida Kahlo
Por Julieta Grosso (*)
El coleccionista y empresario argentino Eduardo Costantini desembolsó 34.883.000 dólares en una subasta celebrada anoche por la firma Sotheby’s en Nueva York para quedarse con “Diego y yo”, una obra de la pintora mexicana Frida Kahlo que se convirtió en la más cara del arte latinoamericano tras destronar a “Baile en Tehuantepec”, un cuadro de su compatriota y compañero de vida Diego Rivera que en 2016 había sido adquirido también por el fundador del Malba en 15,7 millones de dólares.
La identidad del comprador fue revelada por la casa de remates en su cuenta oficial de Twitter, en la que definió a Costantini como “un coleccionista de renombre con un compromiso de larga data de apoyar el arte y los artistas latinoamericanos”, una caracterización que tiene correlato en una estudiada selección de piezas donde sobresalen nombres como los de Xul Solar, Antonio Berni, Tarsila do Amaral, Ramón Gómez de la Serna y Wifredo Lam.
El fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) pujó telefónicamente para quedarse con “Diego y yo”, considerado el último autorretrato de Kahlo entre los muchos que pintó en este formato: el empresario cuatriplicó el anterior máximo histórico de la propia pintora mexicana de 8 millones de dólares logrado en 2016 y con esta adquisición se convirtió en propietario de las dos obras de arte más caras de la región.
Detrás de esta apuesta por las producciones más cotizadas de la producción latinoamericana se oculta una historia de frustración y revancha que remite al surgimiento de la vocación coleccionista de Costantini, quien allá por 1995 debió optar por uno de los dos integrantes del matrimonio de artistas en una subasta celebrada también por la casa Sotheby’s: sin dinero suficiente para llevarse el dúo de obras que lo había deslumbrado, decidió comprar el “Autorretrato con loro y chango” de Kahlo -por el que pagó 3,1 millones de dólares- y dejó escapar “Baile en Tehuantepec” de Rivera.
La obra del muralista fue a parar entonces a otras manos, pero dos décadas después el fundador del Malba no dejó escapar una segunda oportunidad y compró el lienzo por 15,7 millones de dólares, una cifra récord que ahora queda eclipsada por el salto cualitativo que dio el cuadro de la pintora de Coyoacán “No estaba preparado. Hace 21 años que la tengo en mi mente, pero era una obra muy hermética, había desaparecido de los circuitos artísticos”, señaló por entonces.
Como un acto de justicia poética tardía contra el hombre que fue parte de los padecimientos que debió afrontar la pintora podría caratularse ahora la subasta concretada la noche de este martes en la sede de la firma Sotheby’s en Nueva York donde el cuadro de la mexicana logró desplazar del ranking de artistas más cotizados a Rivera, con el que mantuvo una zigzagueante relación que incluyó un divorcio y un segundo casamiento. Se dice incluso que la gestación de “Diego y yo” se produjo cuando los rumores de un vínculo oculto entre el muralista y la actriz María Félix llegaron a oídos de Kahlo.
La impactante obra que inmortaliza el rostro de la artista en plano cerrado y con un gesto sufriente que remata con lágrimas deslizándose sobre la piel, suma precisamente un retrato de Rivera, quien aparece incrustado en su frente con un ojo adicional. Fue pintada cinco años antes de la muerte de Kahlo y por su tamaño reducido se cree que podría ser una de los que realizó o retocó postrada en la cama, durante las largas convalecencias que la mantenían encerrada entre las paredes de la célebre Casa Azul.
Precisamente con esta obra de pequeñas dimensiones -30 centímetros de alto y 22,4 de ancho-,que ahora es récord la pintora se había convertido en la primera artista plástica latinoamericana en superar el umbral de un millón de dólares cuando se vendió por 1.400.000 dólares en un remate realizado en 1990.
Tres décadas después regresó al mercado con un valor casi 25 veces superior al de su última aparición y al mismo tiempo con el envión suficiente para desplazar doblemente a Rivera del ranking de obras mejor valoradas, que perdió el podio consolidado con “Los rivales” -vendida en 9,8 millones de dólares en mayo de 2018 por la casa Christie’s- y el mencionado “Baile en Tehuantepec”.
La obra subastada este martes pertenecía al magnate inmobiliario Harry Macklowe y a su esposa Linda, una experta en arte que trabaja en el consejo de administración de la Fundación Guggenheim. Se separaron en 2016, después de 57 años de matrimonio. Un juez dictaminó que las propiedades de la pareja, con un valor aproximado de 2 mil millones de dólares, deberían dividirse por la mitad. De ahí la decisión de vender el cuadro de la pintora mexicana.
La subasta eclipsó el récord anterior para una obra de la artista, tras la venta en 2016 de “Dos desnudos en el bosque” (1939) por 8.000.000 dólares, que a su vez en 2006 había superado los 5.600.000 obtenidos por “Raíces” (1943), ambos en Nueva York.
Kahlo, hija de un inmigrante alemán y una mestiza, enfermó de poliomielitis a los seis años y, a los 18, resultó tan gravemente herida en un accidente de autobús que toda su vida usó un corsé de acero. Durante el período de convalecencia y desde la cama, Frida comenzó a pintar como pasatiempo. Esto supuso el comienzo de una carrera sin precedentes que la convirtió en la segunda artista más buscada en Google después del italiano Leonardo Da Vinci.
“He tenido dos accidentes graves en mi vida. El primero fue cuando un tranvía me atropelló; el otro fue Diego“. Esta famosa frase de la artista refleja la inusual historia de amor con el famoso pintor, 20 años mayor que ella. Para ella fue amor casi instantáneo y aunque ambos fueron infieles, nunca se separaron. El romance de Rivera con Cristina, hermana de Frida, fue quizá el tramo más duro de este vínculo.
Tras la muerte de Kahlo en 1954, a la edad de 47 años, Rivera confesó: “Me di cuenta de que lo mejor de mi vida fue mi amor por Frida“. Él dio a conocer la obra de la pintora hasta su muerte.
“Diego y yo” es el último autorretrato de una década en la que dio lugar a obras conmovedoras y lacerantes, en esa intersección tan apretada entre arte y biografía que la volvió tan singular, con obras como “Autorretrato con collar de espinas y colibrí” (1940), “La columna rota” (1944) y “Autorretrato como Tehuana”, también conocida como “Diego en mis pensamientos” (1943).
Activista dentro del Partido Comunista mexicano, amiga y benefactora de León Trotski, abogada de las causas del proletariado, Kahlo ha sido en parte fagocitada por un sistema que convierte al arte en mercancía y a la creación en “producto”. Los precios de sus cuadros se dispararon a partir que Madonna y otras celebridades mostraran interés en coleccionar su obra. Así, pasó a ser ícono de moda y la cultura popular, a punto tal que en la misma sala de Sotheby’s de Los Ángeles donde se exhibió la obra subastada era posible adquirir también joyas, bolsos Chanel y zapatos Nike.
¿De qué manera se comprende este auge de la figura de Frida Kahlo? “Es una combinación de factores -señalaba hace unas semanas la directora de Arte Latinoamericano de Sotheby’s, Anna Di Stasi-. En el caso de Frida su biografía es parte de su producción artística. Desde el momento en que se empezó a difundir su obra siempre se hizo de una manera biográfica y creo que eso ha sido una gran influencia en la forma en que le ha llegado al público. Otro gran artista cuya biografía es parte de su producción artística es Van Gogh. No se puede separar la obra de Van Gogh de la forma en que se ha escrito, se ha hecho el marketing. Es parte de la etiqueta, es parte de lo que el artista incluyó en su obra y no podemos dejarlo afuera”.
“No podemos hablar de Frida sin hablar de Diego Rivera sobre todo en este caso que está pintado en su frente, entonces es algo tan biográfico y tan emocional para ella -acotaba en esa oportunidad la especialista a propósito de la subasta que tuvo lugar este martes-. Creo que esta obra donde se ve ese drama, ese gran sufrimiento, esa gran relación que tenían, es parte de la lectura adecuada de la misma. Y eso es lo mismo por lo que el público se siente atraído a una obra de Frida Kahlo, es también ese tipo de emoción y relato biográfico”.
“Diego y yo” se convirtió en la obra de arte más valorada de un artista latinoamericano, y de una artista mujer. Este remate también representa la expansión de la categoría de arte moderno que adoptó la casa de subastas al incluir a artistas “infrarrepresentados”, sobre todo mujeres, como un replanteamiento del valor histórico de las subastas.
(*) Agencia de noticias Telam.
Artes Plásticas
Nuevas actividades del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti
El Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti inaugurará, el viernes 13 a las 18, la segunda muestra de las Residencias en Prácticas Curatoriales Contemporáneas titulada “Algunos enunciados casi ciertos sobre la extraña idea de vivir juntos” en el MACLA de la Municipalidad de La Plata.
Asimismo, el sábado 14 a las 15 llevará a cabo una acción de cierre de la muestra “Entre las penumbras” que se encuentra en el Centro Cultural y de la Memoria Islas Malvinas. Estas actividades forman parte de la agenda cultural del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
“Algunos enunciados casi ciertos sobre la extraña idea de vivir juntos”, se trata de una exposición curada por Carlos Gutiérrez en la que los procesos de los artistas convocados, Mariana Pellejero, Carlos Bugnon, Elena García y Mariana Juárez Soler, se explayan generando situaciones escultóricas. Bolsas de nylon, cartón, ramas y autopartes han sido convocadas para hacer lugar a una sensibilidad material capaz de modificar nuestra forma de experimentar el día a día.
Con la coordinación de Guillermina Mongan y el equipo del Museo, las Residencias en Prácticas Curatoriales Contemporáneas surgieron este año y tienen como objetivo otorgar la posibilidad de trabajar en diálogo con el Museo a curadores que se encuentran en la etapa inicial de su trabajo.
“Algunos enunciados casi ciertos sobre la extraña idea de vivir juntos” podrá visitarse hasta el 13 de octubre en la Sala 1 del MACLA del Pasaje Dardo Rocha (50 entre 6 y 7) con entrada libre y gratuita.
Respecto de la acción de cierre de “Entre las penumbras” en el Centro Cultural y de la Memoria Islas Malvinas (calle 19 y 51- La Plata), en primer lugar la curadora realizará una visita guiada por la exposición con las artistas Ivana Turica, Celeste Ledezma, Rocío Velázquez, Sabrina Espinosa y Leila Vallverdú.
Luego, junto al equipo de Educación del Museo, se podrá participar en la elaboración de un bestiario colectivo, creando criaturas fantásticas con características y habilidades originales, a partir de las obras que giran en torno al surrealismo y el terror.
“Entre las penumbras” puede visitarse hasta el domingo 15 de septiembre, de 15 a 18, con entrada libre y gratuita.
(Fuente: Prensa Museo Provincial Bellas Artes E. Pettoruti)
Artes Plásticas
“Noche de lecturas terroríficas” en el Centro Cultural y de la Memoria Islas Malvinas
El Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti llevará a cabo el jueves 5 a las 18 la activación “Noche de lecturas terroríficas”, en el marco de la muestra “Entre las penumbras”, que se expone en el Centro Cultural y de la Memoria Islas Malvinas de la Municipalidad de La Plata, en una actividad que forma parte de la agenda cultural del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
La exposición “Entre las penumbras”, curada por Sofía Albanese, es la primera muestra de las Residencias en Prácticas Curatoriales Contemporáneas. El jueves se llevará a cabo la activación “Noche de lecturas terroríficas” en MUGAFO (Sala B) del Centro Cultural Islas Malvinas (calle 19 y 50- La Plata)
Se convoca a las y los amantes de la literatura gótica a llevar cuentos breves y poemas (propios o ajenos) para pasar una noche de lectura en penumbras, acompañados por las obras de Ivana Turica, Celeste Ledezma, Leila Vallverdú, Rocío Velázquez y Sabrina Espinosa, que giran en torno al surrealismo y el terror.
La exposición puede visitarse hasta el domingo 15 de septiembre, de martes a domingo de 15 a 18, con entrada libre y gratuita.
(Fuente: Prensa Museo Provincial Bellas Artes E. Pettoruti)
Artes Plásticas
Dos muestras y un homenaje en el Centro Cultural Recoleta
Con entrada libre y sin costo para residentes argentinos, el Centro Cultural Recoleta inaugura tres muestras: dos de fotografías y un homenaje a Liliana Porter. Éstas podrán visitarse a partir del 29 de agosto a las 18, de martes a viernes de 13.30 a 22 y sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22.
En las salas 2 y 3 de la planta baja (Sala Abierta) inaugura “Una imagen mil palabras”, curada por el escritor, periodista y traductor Guillermo Piro, con fotografías seleccionadas por 50 figuras de la cultura argentina (Mariana Enríquez, Renata Schussheim, Kevin Johansen, Nicola Costantino y Rafael Spregelburd, entre muchas otras). La consigna: que cada uno elija su foto preferida y luego explique, en un audio al que podrá accederse a través de un código QR, las razones de la selección.
Por su parte, a la Sala 13 llega “Letizia Battaglia. Crónica, vida, amor”, una exhibición de 89 imágenes en blanco y negro de la legendaria fotoperiodista siciliana pertenecientes al Archivio Letizia Battaglia. La mirada sobre Palermo, su ciudad natal, su belleza y contradicciones: desde la lucha contra las mafias hasta las fiestas y tradiciones populares, historias y vidas comunes. La muestra cuenta con la colaboración del Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires y el patrocinio de la Embajada de Italia.
En la Sala 1 (Sala Histórica) del Recoleta, se realizará el homenaje a Liliana Porter, referente indiscutido de la vitalidad artística del Centro Cultural, con la exhibición de tres obras cedidas por Porter y la galería Ruth Benzacar: “Situación” (2014, técnica mixta), “Situation with Boats” (2017, acrílico y assemblage sobre libro vintage) y “El cautivo – díptico” (1988, óleo, assamblage).
(Fuente: Cecilia Gamboa – Comunicación & Prensa)
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