

Literatura
A días del Premio Nobel de Literatura, las apuesta incluyen a Salman Rushdie tras el atentado
Como cada año a principios de octubre, el hermetismo en torno al Premio Nobel de Literatura envuelve un halo de misterio y expectativa sobre quién será la figura más destacada de las letras para la Academia Sueca, un misterio que finalmente será develado el próximo jueves, y en el que resuenan dos candidatos argentinos y toma impulso la figura de Salman Rushdie tras ser apuñalado mientras dictaba una conferencia en el estado de Nueva York.
Si el año pasado ganó un tanzano, en esta edición es el turno de un europeo; si antes fue varón, entonces ahora podría ser mujer, si las últimas premiaciones fueron mayoría otorgadas a autores en lengua inglesa, pues podría ser hora de un escritor en español, en mandarín o en francés.
Y así las predicciones que rondan los días previos al anuncio del Nobel de Literatura, el galardón más destacado de las letras, que cada año -a pesar de las apuestas- sorprende con sus elecciones inesperadas, como la de 2021 que no sólo el nombre del ganador no estaba en la lista de apuestas sino que tampoco el propio laureado creía su reconocimiento. “Pensé que era una broma”, había dicho Abdulrazak Gurnah, el Nobel de la edición pasada. O cuando en 2016 se lo concedieron al cantante Bob Dylan.
A lo largo de los años hay nombres que se repiten y entran en esa etiqueta de “eternos al Nobel”, como el japonés Haruki Murakami, el rumano Mircea Cartarescu, el francés Michel Houllebecq, la canadiense Margaret Atwood, la francesa Annie Ernaux, el checo Milan Kundera, o el español Javier Marías, recientemente fallecido. Entre los nombres que se escuchan en las apuestas o en las redes sociales, hay también un argentino: Cesar Aira, que en 2019 quedó en el puesto número 22 de una importante casa de apuestas británica.
En una conferencia de prensa que dio cuando recibió el Premio Formentor de las Letras en el año 2021, Aira se había mostrado escéptico ante la posibilidad de recibir el Nobel de Literatura y había subrayado que “esos premios hay que justificarlos y la justificación es no literaria. Nunca se ha dado un premio por lo buenos que son los libros sino por la defensa que se hizo de esto o de lo otro”.
Otro escritor que siempre suena como posible al Nobel de Literatura es Salman Rushdie pero este año tras el atentado que sufrió en Nueva York cuando fue acuchillado en medio de una conferencia, su nombre lidera los rankings, al menos el de la casa de apuestas Unibet. En agosto de este año, cuando ocurrió el atentado, el filósofo Bernard-Henri Lévy lanzó una campaña para que el autor de “Los versos satánicos” sea el próximo Nobel de Literatura: “No imagino a un escritor que tenga hoy la presunción de merecerlo más que él. Comienza ahora la campaña”, escribió en el Journal du Dimanche tras la agresión que recibió Rushdie.
Rushdie es un referente de la libertad de expresión porque ha vivido en carne propia la experiencia de la censura y la persecución, desde que el ayatolá Jomeini libró en el año 1989 una “fatwa” por la cual pedía matar al novelista y prometía recompensar a su asesino con US$3 millones.
El reciente atentado que sufrió y lo dejó en “estado crítico”, activó las alertas en torno a los cruces entre realidad y ficción, y por tal motivo se inició una campaña para que sea laureado con el galardón sueco, como una forma de dar un mensaje global también para la libertad de expresión y creación. De hacerlo, el comité de Letras de la Academia Sueca incorporaría un giro político y coyuntural, haciéndose eco de las embestidas contra la libertad de pensamiento.
Tras Rushdie, por orden de apariciones hasta el momento, Unibet ubica en el ranking en segundo lugar al francés Michel Houellebecq, seguido por el keniano Ngũgĩ wa Thiong’o, el estadounidense Stephen King, la francesa Annie Ernaux, la estadounidense Gabrielle Lutz, el francés Pierre Michon, la poeta canadiense Anne Carson, la china Can Xue, el japonés Haruki Murakami, el estadounidense Robert Coover, la francesa Hélène Cixous, el noruego Jon Fosse, la rusa Liudmila Ulitskaya, la canadiense Margaret Atwood, Maryse Condé y la escritora nacida en Antigua y radicada en Estados Unidos, Jamaica Kincaid.
A principios de este año, un grupo de artistas, escritores e intelectuales postularon al escritor y crítico literario Noé Jitrik. En la carta que enviaron a la Academia Sueca destacaron su “escritura original y sorprendente”, su obra literaria que “ha combinado, de modo seminal y alumbrador, una ética social con un compromiso político” y su voz “inconfundible por la abrasiva suavidad de su escritura”.
La postulación del crítico fue iniciativa de un grupo de escritores encabezado por Adrián Desiderato, Luisa Valenzuela, Roberto Ferro, Mempo Giardinelli y Juan Chaneton, a la que luego se sumaron nombres como la mexicana Elena Poniatowska, el pintor Luis Felipe Noé, la escritora chilena Diamela Eltit y el crítico mexicano Adolfo Castañón, entre muchos otros firmantes de distintos polos del arco social y cultural, incluyendo entre ellos al biólogo Alberto Kornblithh o al exministro de Ciencia Roberto Salvarezza.
Entre sus consideraciones, los firmantes aseguran que la escritura de Jitrik “desplegó en la narrativa, la poesía, el ensayo o la crítica literaria, géneros que, con eficacia y plenitud, el escritor nos brinda con la feliz disposición subjetiva de quien, en suma, ennoblece y justifica, con su literatura, la vida humana”, señala el texto.
Para elegir el Nobel de Literatura, la Academia Sueca arranca con una lista de 220 candidatos que llegan de todas partes del mundo y con la ayuda de especialistas reducen la lista a 20 nombres. Luego, eligen cinco que entran en una especie de lista corta y es ahí donde se define “El comité leyó todo lo escrito por estos cinco escritores: leyendo, pensando en lo que están leyendo, evaluando y explicando muy claramente cómo piensan sobre ellos”, explicó Ellen Matsson, miembro de la Academia y del Comité, en una entrevista en la web del NobelPrize.
El Premio Nobel de Literatura será anunciado el próximo jueves.
(Fuente: Agencia de noticias Telam)


Literatura
María Sonia Cristoff ganó el Premio Sara Gallardo por una sátira sobre el trabajo

Distinguida como una “novela ágil que se densifica, cambia la cualidad de su tempo narrativo y llega como un canto compasivo y valeroso”, tal como la definió el jurado de la tercera edición del Premio Sara Gallardo, la novela “Derroche” de María Sonia Cristoff, construye un artefacto experimental donde la literatura se arriesga para deformar y satirizar lo real, a partir de un trabajo de voces y miradas que profundizan en temas contemporáneos como la herencia y el trabajo.
Por su voracidad en el trabajo del lenguaje, desde que se publicó en 2022 , “Derroche” (Literatura Penguin Random House) logró algo que pocas novelas logran: sorprender a los lectores y a las lectoras. Su publicación constituyó una celebración de la literatura como máquina de la experimentación, o como dijo la autora sobre la vuelta que buscó en la novela: una apuesta por “dinamitar” el formato de la novela.
El Premio Sara Gallardo, que otorga el Ministerio de Cultura de la Nación y que busca reconocer la creación y la calidad literaria de autoras argentinas cis, lesbianas, travestis, transexuales y transgénero, corona así un recorrido que el libro ya viene cosechando y que goza de otros reconocimientos institucionales, como su nominación en la lista larga del Premio Medifé Filba.
El jurado que finalmente se inclinó por la novela Cristoff entre un total de 79 novelas presentadas de todo el país, y luego una preselección final de diez obras, lo integraron las escritoras Ángela Pradelli y Eugenia Almeida y el escritor Julián López, quienes además seleccionaron cinco obras que recibirán menciones especiales: “Estas piedras”, de Yamila Begné; “Furor Fulgor”, de Ana Ojeda; “San Miguel”, de María Lobo; “La despoblación” y “Cuando nadie nos nombre, de Luciana Sousa“.
Entre los argumentos que esgrimió el jurado para darle el primer lugar a “Derroche” señala que se trata de “una parábola desafiante: desde la idea de la herencia como salvaguarda y promesa de lo propio, a la confrontación del trabajo como un escenario agotador y eminentemente extractivista, hasta el abismo de pensarse parte de una tradición que cuestiona, que incluye el anarquismo, a las voces de los demás y, sobre todo, al encuentro con lo que vive, en sí y en las criaturas que nos acompañan”.
“Derroche” y la plasticidad del lenguaje
Del registro epistolar a las canciones anarquistas o el teatro, pasando por la autobiografía, este texto sobre “la energía del pensamiento” -otras de las definiciones del jurado- se entrelaza entre tres personajes centrales, que son también tres formas de decir: la lengua explosiva de Vita, una tía desopilante y justiciera que al morir deja cartas y un tesoro enterrado; Lucrecia, una sobrina enajenada por la disciplina laboral que vive una metamorfosis existencial; y Bardo, un chancho salvaje que no negocia su libertad.
“Derroche” plantea la historia de Lucrecia, una mujer harta de trabajos miserables y cansada del mito del trabajo que se lanza a la búsqueda de su supuesto tesoro enterrado en medio de La Pampa. La novela arranca con la voz de su tía, Vita, a través de las cartas que deja a su sobrina como testamento cuando muere. “Imaginemos la escena, la situación. Yo estaré recién muerta. Vos, entonces, después de ese pico de molestia inicial que suelen generarte las interrupciones a tus planes, habrás concedido viajar a este pueblo desquiciante del que por entonces ya ni te acordarás”, escribe la tía en este puñado de misivas que exponen una crítica al capitalismo despiadado de las sociedades contemporáneas. Lucrecia será llevada a reconocer la apropiación que el sistema ha hecho de su vida y a relacionarse con seres extraños, como un chancho salvaje y anarquista, que elige ante todo la libertad de saberse no domesticado.
Si algo atraviesa la novela son las marcas de la conversación y la oralidad errática, reflexiva, la que se deja llevar sin causa. En una entrevista con Télam, Cristoff (Trelew, 1965) explicaba que para ella ahí anida el gran “tema” de “Derroche”: la conversación “como una práctica de abrirse, de acercarse, de practicar la empatía, de cuestionarnos, de repensarnos. Por eso la novela hace tanto énfasis en la oralidad: decidí construir a los tres personajes centrales más que nada a partir de sus modos de decir”.
Pero la novela también aborda otro tema que marca el ritmo y el tono de la trama y es el trabajo. El trabajo desde una perspectiva crítica frente al mandato de producción permanente. De hecho, la novela surgió de una crisis laboral que tuvo la autora cuando entró en conflicto entre un trabajo muy demandante que no le permitía hacer ese otro trabajo que es la escritura.
El tema del trabajo no sólo está en “Derroche”, sino en todos los libros de Cristoff. Este año también se reeditó “Falsa calma”, donde reúne crónicas literarias de pueblos fantasmas de La Patagonia dejados a su suerte por la ruptura de las fuentes de trabajo tras las privatizaciones o el abandono del ferrocarril. Y lo mismo podría decirse de otra reedición, “Bajo influencia”, que indaga en qué significa ser artista en relación al trabajo. “Me interesa trabajar con las preguntas de la época, tengo esa pasión de ensayista. Para mí la novela siempre le está haciendo una pregunta a la época”, sostuvo la autora a Télam.
En “Derroche” el tono es contundente y acaso en esa contundencia radique también su desopilante tono de denuncia en los registro de Vita y Lucrecia, sobre todo. “El trabajo ha funcionado siempre como un arma de sometimiento y de explotación. Ya se reía de eso Paul Lafargue en el siglo XIX, cuando decía que la gran lucha no tenía que ser por mejorar las condiciones laborales sino por abolir el trabajo. Es una propuesta muy lúdica la suya pero muy lúcida también. Pero tampoco creo que se trate de abolir el trabajo, sino de repensarlo en un modo radical. Creo mucho en ese ‘desde donde pueden’, creo mucho en las prácticas micro políticas, en el pequeño gesto individual capaz de contribuir a una transformación general”, había dicho Cristoff.
¿Por qué el trabajo? “El trabajo es la gran pasión contemporánea, que no nos deja tiempo para ninguna otra cosa. En la versión amplificada que vivimos del trabajo, donde estamos 24/7 conectados y conectadas a todo, se cortó esa diferenciación entre en la oficina y el tiempo libre, como una mezcla que viene del siglo del XX pero que en este siglo fue más allá: ya no mezcla nada, ha traducido todo lo que hacemos a una forma del trabajo, quizás porque somos más conscientes de que algunas cosas romantizadas, como los vínculos y el amor, también son trabajados”, planteó la autora.
Premio Sara Gallardo
Desde su primera edición en 2021 hasta la actualidad, se presentaron 268 novelas de distintos géneros literarios, pertenecientes a diferentes provincias, y editadas por sellos independientes, universitarios y por grandes grupos editoriales. En 2021 ganó el premio Marina Yuszczuk por “La sed”, mientras que la segunda edición fue para Paula Pérez Alonso por “Kaidú”.
(Fuente: Agencia de noticias Telam)
Literatura
Con siete sedes en CABA, Filba celebra una nueva edición

De miércoles a domingo próximo y con entrada gratuita, la décimo quinta edición del Festival Internacional de Literatura Filba desembarca en siete sedes de la ciudad de Buenos Aires con la participación de invitados internacionales como el estadounidense Jonathan Franzen, el rumano Mircea Cărtărescu, la italiana Francesca Manfredi y la eslovena Renata Salecl, y una programación que pondera a la lectura y a la creación humana como fuerza arrolladora frente a la máquina y a los algoritmos.
Libros, lecturas, entrevistas, conversatorios, talleres, bitácoras, recitales, performances, clases magistrales y una biblioteca abierta para intercambiar textos trazan apenas una parte del mapa de actividades que el Filba se trae en esta edición para celebrar sus 15 años, al compás de la literatura y todas sus posibilidades expansivas: entre palabras escritas, susurros, copas de vino, café o recorridos.
En estos 15 años, la inauguración -miércoles a las 19.30 en el auditorio del Malba- toma otro formato y las palabras inaugurales serán compartidas a tres voces, Mariano Blatt, Gabriela Massuh y Rafael Spregelburd, con la dirección de Andrea Garrote. Una suerte de performance donde los tres reflexionarán sobre la dimensión humana en sus procesos creativos: el error, la emoción, el desvío, la espera y sus derivas.
Entre los invitados, este año viene una sólida comitiva extranjera y participan figuras como Jonathan Franzen (Estados Unidos), Mircea Cărtărescu (Rumania), Renata Salecl (Eslovenia), Francesca Manfredi (Italia), Brenda Navarro (México), Lucía Lijtmaer (España), Simón López Trujillo (Chile), Alia Trabucco Zerán (Chile), Clément Bondu (Francia), Thibault de Montaigu (Francia), Daniela Tarazona (México), Nancy Huston (Francia) y David James Poissant (Estados Unidos).
Mientras que de la partida nacional, forman parte del elenco Filba Camila Sosa Villada, Mauricio Kartun, Alejandra Kamiya, Federico Jeanmaire, Beatriz Vignoli, Sergio Olguín, Jorge Consiglio, Juan José Becerra, Juan Mattio, Inés Fernández Moreno, Fernán Mirás, Félix Bruzzone y Gabriela Cabezón Cámara, entre muchos otros más.
La máquina humana
La pregunta o la indagación que recorre la programación no podría estar más anclada a la coyuntura actual que ocupa y preocupa: el lugar de las máquinas frente al lenguaje, o la avanzada de la Inteligencia Artificial como amenaza frente a oficios artesanales y creativos. ¿Qué peligros acechan a la literatura en la cultura del algoritmo? El Filba responde con un lema que juega con la literatura como máquina humana: “La literatura no nace del lenguaje, tampoco de los libros. Allí es donde desemboca. La literatura viene de una sed primera que no puede ser saciada: la sed humana de querer y no poder entender; de necesitar contar y ser contado. La literatura como respuesta insistente, humana y fallida a lo que está vivo”, plantea en su manifiesto de esta edición.
“El tema era ineludible, no podía ser otro -cuenta a la agencia de noticias Télam Catalina Labarca, programadora del festival-. Nosotras estábamos pensando en algunos temas desde el año pasado pero cuando aparece el chat GPT con toda esta fuerza, cuando aparece todo el debate en torno a la inteligencia artificial y todas sus posibilidades en un montón de funcionalidades humanas, dijimos no podemos escapar de esto. Sin embargo, lo queremos plantear justamente desde el lado humano, de carne y hueso, tratar de pensar qué es lo que la máquina no va a poder emular nunca del ser humano. Esa es la propuesta a reflexionar y a debatir hasta dónde va a llegar la inteligencia artificial y hasta dónde está la esencia totalmente humana”.
¿O sea que no hay reemplazo posible? “Es muy difícil asegurar que no habrá reemplazo”, responde Labarca pero advierte que sí hay algún tipo de certeza: “cuando uno pone un texto en el chat GPT en el Google Traductor te das cuenta que ese texto está escrito por inteligencia artificial y no por un ser humano, porque no tiene sutileza, no hay matices y eso se ve reflejado en el uso de alguna palabra, en el uso de alguna coma, en los silencios, en las pausas. Ahí está el ser humano. En ese sentido creo que la literatura está a salvo, la literatura profunda, la literatura que nos conmueve”.
15 años del festival
En este 2023, Filba celebra su décima quinto edición tomando como espacios siete sedes destacadas de la ciudad y recibe la visita de escritores y ensayistas de la talla del estadounidense Jonathan Franzen, autor de libros como “Las correcciones”, texto leído como incisiva radiografía del tiempo en que vivimos; el más importante escritor contemporáneo rumano, Mircea Cărtărescu; o la ensayista eslovena Renata Salecl, quien dialogará sobre el resquicio de lo humano en este paradigma de algoritmos y libertades condicionadas por el mercado.
“Las expectativas son un montón, esperamos que todas las personas puedan disfrutar, que se acerquen al festival, que descubran nuevos autores. Nuestra propuesta siempre es que vayan a ver a sus autores favoritos pero que descubran a otros nuevos, y creemos que este año tenemos una parrilla de autores nacionales e internacionales muy sólida”, sostiene Labarca.
El festival se desarrolla en el Museo Malba, Centro Cultural Kirchner, Alianza Francesa de Buenos Aires, Fundación Santander, Lalalá, Club 911 y Casa Tai, con entrada gratuita y en algunos casos inscripción previa. Tanto la inauguración del festival como la entrevista a Jonathan Franzen serán transmitidas en vivo por el canal de YouTube del Malba.
El Filba tiene además lo que las organizadoras llaman “el lado b” de la programación y se trata de actividades no convencionales o en clave más íntima, como pueden ser los recorridos literarios -habrá uno en el barrio de Villa Ortúzar con Marcelo Vera, Lucía Lijtmaer, Andrés Gallina y Eugenia Pérez Tomas-; también la Noche de Poesía y, posteriormente, la fiesta que tendrá lugar el viernes en Club 911; o la “casa tomada” del sábado, en Tai, con escritores, poetas, músicos y un tarot poético que convocará a deambular por las habitaciones.
El domingo, último día, se pensó como una jornada de lecturas para darle lugar a la escucha. Ese día, por ejemplo, habrá una “rotativa lectora” de escritores que compartirán sus publicaciones más recientes, entre ellos, Ricardo Romero, Nancy Huston y Gabriela Cabezón Cámara, que por primera vez compartirá fragmentos de su próximo libro. Además, habrá teatro leído con Clément Bondu, Lorena Vega, Paula Marull, quienes leerán parte de sus obras “El Porvenir”, “Imprenteros” y “Lo que el río hace”, respectivamente. Y para el cierre broche de oro con una lectura esperada en el Centro Cultural Kirchner: Camila Sosa Villada compartirá en voz alta algunos pasajes de su recién reeditada novela “Tesis sobre una domesticación”.
Para ver la programación completa del Festival Internacional de Literatura Filba ingresar a la web: www.filba.org.ar.
Literatura
“Lo que hicieron ahí”, de María Rosa Lojo – Editorial Corregidor

María Rosa Lojo presenta su última obra, “Lo que hicieron ahí”, editada por Editorial Corregidor.
La escritora y crítica Elsa Drucaroff destacó sobre el nuevo libro de Lojo: “Es un rompecabezas de relatos que van construyendo una historia donde las luchas y las tragedias de la historia argentina se engarzan con las tragedias del azar. Mujeres y hombres hacen ahí sus danzas de deseo, dolor y violencia, mientras el ojo sutil de nuestra lectura va entrecruzando reapariciones, situaciones, y teje una trama intensa y mágica”.
Sobre la autora
La vasta obra creativa de María Rosa Lojo, traducida a varios idiomas, incluye textos líricos, novelas y colecciones de cuentos.
Nacida en Buenos Aires, pero hija de la diáspora de la Guerra Civil Española, es también una escritora de dos mundos que se entrelazan en su imaginario. Desde esa doble condición ingresó como académica de honor a la Real Academia Gallega.
Obtuvo, entre otros, el Primer Premio Municipal de Narrativa de Buenos Aires, el Premio Kónex, el Premio Internacional de Poesía Antonio Viccaro 2017 (Canadá), la Medalla de la Hispanidad, la Medalla del Bicentenario, el Premio a la Trayectoria en Literatura 2014 de Artistas Premiados Argentinos, el Gran Premio de Honor 2018 de la Sociedad Argentina de Escritores, el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía 2020 y la Medalla de Europea de Poesía y Arte Homero (Bruselas) 2021.
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