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Literatura

Feria de Editores 2024: visitas internacionales y más de 330 editoriales

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La Feria de Editores (FED) 2024 se llevará a cabo los días jueves 8, viernes 9, sábado 10 y domingo 11 de agosto, de 14 a 21 horas, en el C Complejo Art Media, de Avenida Corrientes 6271 de CABA, con entrada es libre y gratuita.

Allí, más de 330 editoriales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y España ofrecerán sus mejores títulos y novedades de narrativa, ensayo, poesía, música y cine, ciencias sociales y humanidades, periodismo, libros ilustrados y libros-álbum, novela gráfica, entre otros. 

En esta edición habrá 15 charlas en las que participarán referentes nacionales e internacionales. Se destacan temáticas como: la decisión de escribir, la relación entre el lenguaje textual y el de la imágenes, el lugar del arte en un mundo colapsado, los cruces entre literatura y terapias alternativas, cómo forjar la lectura y cómo curar un catálogo literario. 

También, el lugar del progresismo en un statu quo de derecha, cómo derribar mitos de la economía liberal desde el feminismo, cómo se narró la locura en distintos momentos, cómo narrar el deseo, y la escritura como denuncia, entre otros temas. 

Las visitas internacionales de la FED 2024 son la escritora canadiense Marie-Pier Lafontaine, el escritor noruego Thomas Reinertsen Berg, la francosenegalesa Seynabou Sonko, la española Luna Miguel y la autora estadounidense Deborah Eisenberg. Entre las autoras y autores nacionales se destacan Luis Gusmán, Alejandra Kamiya, Yael Frankel, Paula Puebla, Natalia Kiako, Pablo Semán, Federico Falco, Santiago Craig, Romina Paula, Iosi Havilio, Virginia Cosin, Fernando Chulak, Mercedes Halfon, Laura Wittner, Fernando Krapp, Paula Guardia Bourdin, entre otros.

Algunas de las editoriales nacionales que se pueden encontrar en la FED son: Ediciones Godot, Sigilo, Ampersand, Caja negra, Entropía, Gourmet Musical, Eterna Cadencia, Mardulce, Pequeño Editor, Libros del zorro rojo, Calibroscopio, Blatt & Ríos, Chai, El cuenco de plata, Limonero, Alto Pogo, Corregidor, unaLuna, Marea, Gog & Magog, Asunto impreso, entre otras.

Del exterior estarán presentes, entre otras, Fósforo y Lote 42 (Brasil); Cuneta, Banda propia y La Pollera (Chile); Abisinia, Mirabilia y Caballito de acero (Colombia); Antílope, Gris Tormenta, Grano de Sal, Elefanta y Almadía (México); Arandurá (Paraguay); Colmena (Perú); La caída (Ecuador); Criatura, Hum y Estuario (Uruguay); Acirema (Venezuela); Barrett y Página Indómita (España).

Durante los cuatro días de feria en horarios pico, el tiempo de espera para ingresar no supera los 10 minutos, y para esos casos, la feria invita con café (de Manifiesto café) y magos haciendo magia de cerca. A los ingresantes se les entregará el mapa del recorrido de la FED. 

La FED prepara también un libro para regalar a los visitantes durante los cuatro días de feria. El tema elegido para esta edición fue la violencia, y los autores son: María Sonia Cristoff, Diego Golombek, Betina González, Juan Mattio, Elena Medel, Luna Miguel, Diego Muzzio, Ricardo Romero y Andrea Toribio. Además, el libro está ilustrado por el equipo de Ilus.P – Programa de Ilustración Profesional Posgrado FADU, UBA – Codirigido por Florencia Capella, Martín Laksman y Laura Varsky. El libro se realiza con el apoyo del Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA). 

El jueves 8 y el viernes 9, de 11 a 14, la FED abrirá sus puertas exclusivamente para librerías y bibliotecas. Las librerías, con el Programa Librerías Aliadas, pueden comprar en los stands adheridos (habitualmente el 90%) con el 50% de descuento. Gracias a un convenio con OCA, pueden hacer sus compras durante jueves y viernes, y el sábado sus pedidos salen despachados desde la FED hacia sus librerías.

Una vez más, este año estará la posta para la donación de sangre del Hemocentro de Buenos Aires, organizada por Céspedes libros y un grupo de librerías. Para participar es necesario inscribirse: https://feriadeeditores.com.ar/colecta-de-sangre/

TerrazaFED: Este año estará habilitada la terraza del C Complejo Art Media durante el sábado y el domingo con actividades, entre las que estarán Cecilia Bona y Nacho Damiano; una actividad organizada por Blender en conjunto con la FED; y Nadia Rivero, Lule Gallo y Leandro Pannunzio cerrarán la jornada del sábado, a las 19, en un repaso por sus lecturas favoritas. Es un espacio grande a cielo abierto para sentarse, tomar algo y charlar sobre lecturas pasadas y futuras.

La FED 2023 en un minuto

https://youtube.com/watch?v=9xKZyv6Gczg%3Fsi%3Dpf6X6qpgfdEJ0ssN

Premio a la labor librera

Tiene como objetivo reconocer el trabajo de las librerías de todo el territorio argentino, que excede ampliamente la venta de libros. Comprende la difusión del pensamiento y de la literatura, su propuesta cultural como centro de reunión y su relación con la comunidad que la rodea.

Las librerías seleccionadas por el jurado como finalistas en 2024 son: La Sede, situada en Bariloche; Libro de Oro, de Tucumán; Los Confines, de Villa Ballester, provincia de Buenos Aires; Céspedes, Magia y Mandolina, de la Ciudad de Buenos Aires. 

El premio se entregará el jueves 8 de agosto, a las 14, en la FED y consiste en $1.000.000 de pesos para comprar libros en la feria, con un 50% de descuento en los stands adheridos.

El jurado está compuesto por la escritora Betina González, el editor Maximiliano Papandrea, la periodista Ana Clara Pérez Cotten, el promotor cultural Federico Gori y la librera Tamara Cefaratti (de Vuelvo al sur, librería ganadora en 2023). En 2022, el premio lo recibió Musaraña Libros (Vicente López) y en 2021, El gran pez (Mar del Plata). 

Programación completa 2024

JUEVES 08 DE AGOSTO

14 horas: entrega del Premio a la labor librera. 

Las finalistas son: La Sede (Bariloche); Libro de Oro (Tucumán); Los Confines (V. Ballester, PBA); Céspedes, Magia y Mandolina (CABA).  

15:30: Perspectivas curatoriales para un diálogo literario.

Con las editoras Cecilia Arbolave y Lucía Tennina, y el editor Pedro Meira Monteiro. Moderada por la editora Julieta Benedetto. Organizada por los sellos Lote 42 y Mandacaru.

17 horas: Escribir la urgencia. El lugar del arte en un mundo colapsado.

Son tiempos de aceleración y profundos cambios. ¿Qué lugar ocupa el arte en estos procesos? ¿Cuál es el rol de la cultura? ¿Cómo se atraviesan los duelos personales ante la caída de las estructuras?¿Cómo se escribe desde la urgencia de un mundo en destrucción? Estas son algunas de las preguntas que orientarán el intercambio.

Participan Sandra Santana y Madeleine Wolff. Modera: Santiago Craig. 

Organizan las editoriales Mandrágora, Malba y REM.

19:30: Sobre la decisión de escribir. 

Una conversación sobre los conflictos y los factores que llevan a los escritores a comenzar un proyecto de escritura.

Participan Nurit Kasztelan y Luis Gusmán. Modera la editora Leonora Djament.

Organizan las editoriales: 17 grises, Eterna Cadencia y Ampersand.

VIERNES 9 DE AGOSTO

14 horas: Una historia, dos lenguajes. 

La artista gráfica Yael Frankel y la autora Alejandra Kamiya conversan sobre sus procesos creativos. Modera: Karina Micheletto. Organizan Limonero y Eterna Cadencia.  

15:30: La economía feminista desarma cuatro mitos de la economía liberal.

Mitos como “No hay plata”, “La inflación es consecuencia del déficit fiscal”, “Estamos mal, pero vamos bien porque baja el dólar y suben los bonos”, “La estabilización traerá inversiones que generarán empleo” van a ser desarticulados en la charla. 

Participarán la economista Candelaria Botto y el investigador Alejandro Gaggero.

Moderan la socióloga Flora Partenio y la economista Corina Rodríguez Enríquez. 

Organizan las editoriales Siglo XXI y Madreselva.

17 horas: Narraciones del deseo. 

Una charla donde la literatura se vuelve el espacio para ensayar tanto el amor como la muerte.

Participan la autora española Luna Miguel, Raquel Tejerina y Fernando Chulak. Modera Lucía de Leone y Valentina Zelaya. Organizan Beatriz Viterbo Editora y Concreto.

19:30: Editorial Entropía: 20 años (el catálogo por sus autores). 

Participan autores del sello: Romina Paula, Iosi Havilio, Diego Muzzio, Leandro Ávalos Blacha, Carlos Ríos, Roque Larraquy, Virginia Cosin, Santiago Loza, Mercedes Halfon, Santiago Craig y Laura Wittner. 

Presenta: Editorial Entropía.

SÁBADO 10 DE AGOSTO

14 horas: Las puertas de la percepción.  Cruces entre literatura y terapias alternativas.

El término “droga” tiene una carga emotiva y moral que genera un clima de malestar. Sin embargo, las drogas tienen un largo antecedente en la literatura. En la charla cuatro escritores, periodistas y divulgadores conversarán sobre cómo las drogas psicoactivas y psicotrópicas aún son un espacio de resistencia y todavía pueden ayudar a pensar en una mejor forma de vivir juntos.

Participan Fernando Krapp, Damián Huergo y Fernando Pérez Morales. Moderan: Hernán Scholten y Denis Fernández. 

Organizan las editoriales Marciana y Notanpuan. 

15:30: ¿Por qué se puso de moda pegarle al progresismo?

Una puerta para pensar el lugar del progresismo en un momento de instalación de la derecha como nuevo statu quo.

Participan los autores Paula Puebla y Pablo Semán. Modera Leyla Bechara. 

Organizan Siglo XXI y 17 grises. 

17 horas: Deborah Eisenberg. La autora mítica en diálogo con Federico Falco.

La escritora estadounidense Deborah Eisenberg, autora de Taj Mahal, Relatos y La venganza de los dinosaurios tendrá una charla con el autor Federico Falco, quien la tradujo. 

Organiza la editorial Chai. 

19:30 Especias: una tentación que hizo historia. 

De cómo, cuándo y por qué la economía global nació en frasco chico. Con el escritor noruego Thomas Reinertsen Berg, autor de El origen de las especias, y la Licenciada en Letras, cocinera y periodista Natalia Kiako. 

Presenta: Ediciones Godot. 

DOMINGO 11 DE AGOSTO

14 horas: Narrar la locura. 

El ser humano le teme a la demencia, pero como todo aquello a lo que se teme, a la vez lo interpela. En esta charla se busca abrir las puertas de los manicomios a partir de dos proyectos literarios con más de un siglo de diferencia: Diez días en un manicomio, de Nellie Bly, y Locas, de Lucía Mazzinghi. 

Participan la autora Lucía Mazzinghi y el editor Guido Arroyo. Modera la librera Carmela Pérez Morales. Organizan las editoriales Ninguna orilla y Alquimia. 

15:30: Forjar la lectura. Perspectivas sobre la formación de un catálogo literario. 

Los autores de tres títulos recién publicados como son Cecilia Fanti, Víctor Malumián y Jacobo Zanella expondrán su relación íntima con los libros. ¿Cómo suele manifestarse esa relación dentro y fuera de los libros? ¿Hacia dónde conduce una vida alrededor de la literatura? ¿Cómo se comparte esa curiosidad con los demás? ¿Qué diferencias hay entre un catálogo íntimo y un catálogo colectivo?

Modera: Mauro Libertella. Organizan las editoriales Gris Tormenta y Bastante. 

17 horas: Este texto bastará para matarlo. La escritura como denuncia.

Serán parte la escritora canadiense Marie-Pier Lafontaine, autora de Perra y Armas para la rabia, y la comunicadora Paula Guardia Bourdin. Organiza Ediciones Godot. 

19:30: Moverse entre lenguas. 

La maravillosa urgencia de la ficción ante el cruce de tradiciones, culturas e identidades.

Con la participación de la autora francosenegalesa Seynabou Sonko y la autora, actriz y traductora Mónica Zwaig. Modera la escritora y librera Cecilia Fanti. 

Organizan Sigilo y Blatt & Ríos. 

Textos para escuchar

El niño de las avispas – Victoria Bayona

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Victoria Bayona lee su cuento El niño de las avispas


“¿Por qué lo seguían?”, se preguntaban los habitantes de Cuerno Callado. Por un tiempo, nada más. Después, aunque parezca difícil de creerse, se olvidaron de él. Como si se hubiera desvanecido, no recordaban si había existido o lo habían soñado.

Fermín nació una madrugada en la que las estrellas parecían querer quedarse un tiempo más para esperarlo. Alrededor de las siete, un llanto menudo resonó en la casa. Los primeros insectos atravesaron la ventana poco después. Rodearon la cesta de trigos enlazados que les había regalado el hijo de un terrateniente. La madre reposaba aun dolorida por el parto, y fue el padre quien se encargó de espantarlos. Cerró las hojas de vidrio y vio cómo se agolpaban al otro lado. Buscaban cualquier resquicio para ingresar, rodeando el hogar con zumbidos y golpeteos. Lo que en un principio pareció un capricho curioso de la naturaleza, a los padres terminó por asustarles.

Cubrieron la cuna con velos, sellaron cada hueco, se ocuparon cuidadosamente de abrir solo unos segundos las puertas al entrar y salir, y consiguieron, por escasos meses, mantener a los invasores a raya. Pero Fermín crecía y, después de gatear, caminó. Tan pronto pudo acercar los bancos a los picaportes, era él quien dejaba entrar la plaga y la casa se llenaba de nubes bulliciosas.

Fue examinado por médicos, brujos y curanderas. Nada parecía explicar la atracción que sentían las criaturas por el niño. Picaban a cuanta persona estuviera al alcance. Al niño no. A él lo perdonaban de sus aguijones. Los padres entendieron que algo estaba realmente mal cuando escucharon que la primera palabra que su hijo pronunció fue “avispa”.

—¡No podemos seguir así! —gritó la madre un día, mostrándole al marido sus brazos lacerados—. ¡No podemos!

Lloraba a los gritos, y el niño la observaba parado, aferrado a los barrotes de la cuna. Al menos diez avispas revoloteaban a su alrededor. Cada vez que alguno de sus padres quería levantarlo, lo atacaban.

—Esto tiene que parar —repetía la mujer, hecha un ovillo sobre la cama—, tiene que parar.

Un extraño resentimiento crecía en sus corazones hacia el hijo. Al principio intentaron protegerlo, pero se fueron dando cuenta que los insectos no eran una amenaza para él, al contrario, parecía disfrutar su compañía. Pasaban los años y, aunque aun no pudieran confesarlo en voz alta, comenzaban a planear cómo deshacerse de él.

Casi sin mediar palabra, fueron construyendo una casita entre Cuerno Callado y Casadelmar, rodeada de árboles frondosos, bastante alejada del pueblo. Le pusieron un camastro rústico, una mesa, alacenas repletas de comida. Su plan era ir cada mediodía y cada noche a alimentarlo, que el niño durmiera allí, rodeado de los insectos sin que los afectara a ellos.

Cuando llegó el día, la madre tenía un ojo inflamado por una picadura. El padre ponía sobre las suyas un ungüento que les había formulado una curandera de Puerto Espinos. Hartos del martirio, esperaron a que Fermín, que ya tenía seis años, estuviera dormido. Lo envolvieron en una manta y lo dejaron en la cama que habían hecho para él. Lo miraron unos segundos. Cuando las avispas comenzaron a habitar la casa, huyeron.

Al día siguiente amanecieron sintiéndose extraños. El silencio era pesado. Poderoso. No había dentro de su casa un solo insecto. Nada les picaba. El cuerpo no ostentaba nuevas picaduras. Pero su hijo les faltaba. La madre rompió en llanto. El padre lloró también.

—¿Qué hicimos? —se reprocharon.

Salieron disparados rumbo a la casilla. Se convencieron de que encontrarían otras maneras de poder criarlo, que lo que habían ideado era una locura, que habían estado bajo los influjos de la alucinación producida por las picaduras. Que quizás el niño no hubiera despertado y nunca se enterara de que había pasado la noche lejos.

Cuando llegaron, Fermín no estaba. Desde entonces lo buscaron por todas partes. Pero el niño de las avispas nunca apareció.

Abrió los ojos. El olor era nuevo. Olor a madera. A bosque. Esa no era su casa, no era su cama, sin embargo se sentía bien ese despertar. Tan pronto se incorporó, varias avispas lo rodearon. Miró a un lado, a otro, era una casa pequeña. ¿Por qué estaba ahí? ¿Cómo había llegado? No sabía las respuestas a muchas de esas preguntas, pero en su inocencia terminó de entender algo que rompió su corazón: sus padres ya no lo querían.

Una extraña libertad latió en el pecho lastimado: nada lo aferraba al mundo en el que le tocó nacer. Si no corrió antes había sido por quedarse con ellos. Pero en ese momento, confirmó que había ocurrido algún error y que al fin podía enmendarlo. Extendió la mano con la palma al cielo y varios insectos se posaron en ella. Sonrió. Se sentía conectado con esas criaturas que habían sido desde siempre su familia. Por fin estaba en casa.

Corrió a través de los árboles añosos hacia lugares donde nunca había ido antes. Las avispas lo guiaban. Formaban hordas numerosas y, al pasar, los habitantes del bosque los miraban asombrados. Después de mucho tiempo, se detuvieron. Llegaron a una pared de roca que en su base tenía una zona ahuecada. Fermín sintió muchas ganas de descansar allí. Se quitó la ropa y se acurrucó en la superficie dura y fría, pero no le incomodó. Había algo reconfortante en esa rusticidad, en ese estar desnudo sin nada que lo separara de la naturaleza. Cerró los ojos y se sumió en un sueño muy profundo. Tan profundo que no advirtió las redes que los insectos tejían a su alrededor.

Despertó después de muchos meses. No abrió los ojos porque ya no tenía párpados. Simplemente pudo ver, ver. Una película lo separaba del mundo. Extendió sus brazos y rompió la crisálida que lo albergó durante su sueño. Podía sentirlo todo. La savia fluyendo en las venas de las plantas, el andar de las hormigas, el latir acelerado en el corazón de los animales. La brisa, la tierra que palpitaba en la base de sus pies. Se llevó las manos a la cara. La sintió huesuda. Sabía que algo se había transformado y quería verlo. Caminó, el instinto le indicaba dónde encontraría agua. Un séquito de avispas lo siguió.

Finalmente, el reflejo de un lago le sirvió de espejo. Su rostro se había alargado y sus ojos eran redondos, negros y brillantes. Su nueva apariencia no le disgustaba. Estaba aún estudiando sus facciones cuando sucedió lo más maravilloso: detrás de su espalda comenzaron a desplegarse destellos transparentes, un abanico mágico, el sueño que había tenido incluso antes de existir: le habían crecido alas.

Eran miles los insectos que se habían agolpado a presenciar el gran fenómeno. De pronto sus zumbidos se aunaron en uno y parecieron entonar una curiosa melodía. Estaban dándole la bienvenida. Él zumbó también. Hablaba la lengua de los insectos. Con ellos fue que se asentó en un lugar apartado y juntos construyeron un avispero magnífico, la fortaleza de cera y barro que se convertiría en el castillo de Fermín.

Con el tiempo fue olvidando sus años con los hombres. Olvidó primero el sabor de la comida, las camas, las plantas en macetas, el idioma de Cuerno Callado. Olvidó los horarios, las rutinas. Las visitas y los cantos. Y lo último que olvidó, como si no hubiera querido olvidarlas nunca, fueron las manos de su madre y la risa de su padre. Vivía con sus amigos en su nuevo hogar, recorría los alrededores, en ocasiones auxiliaba a aquellos animales que lo necesitaban. Se había convertido en un ser generoso que trabajaba por el bienestar del bosque.

Pasó una mañana. Escuchó un sonido como ningún otro. Se acercó, sigiloso, hacia donde si oído lo guiaba. En medio de un claro entre los árboles, la vio. Una joven muy bella seleccionaba y recogía plantas para luego guardarlas en su delantal. Mientras realizaba su labor, cantaba. Su canto le devolvió todo lo que había olvidado.

—Mamá —murmuró, en aquella lengua que no había usado en años.

Los ojos se le volvieron acuosos y su corazón pareció quebrarse una vez más.

Así lo encontró la joven. Aferrando sus rodillas, con la cabeza oculta.

—¿Qué pasa? —le preguntó.

Su voz era extremadamente dulce, como si no hubiera dejado de cantar.

Fermín alzó la vista. Por un segundo la muchacha se sobresaltó al enfrentarse a esos ojos negros y profundos. Solo después reparó en sus alas. Intentó que su asombro no se reflejara en sus facciones.

Fermín era un adolescente ya y había acumulado muchos años de rencores. Ver a la muchacha le abrió una herida aneja. De pronto estaba enojado. Enojado con su pasado, con sus padres, con sentirse solo en su singularidad. No lo pensó. La aferró entre sus brazos y voló hasta el castillo de cera, a encerrar a la joven que dolía en una torre de polen y de miel.

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Historias Reflejadas

“Carrera”

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Carrera

Corrían. Los pasos se alargaban más allá de sus cuerpos en busca de respuestas.

Avanzaban sobre un tiempo muerto, sin formas, las horas quietas en puntos suspensivos. El pasado se hacía presente, como una sombra, como un vidrio sucio donde se escondían las preguntas.

Corrían y en sus pies se enredaban las mentiras, una detrás de la otra; el cuerpo en movimiento, fijo en el instante, dejándose reposar en ese balanceo de la vida, para no caer en la opresiva sensación de las circunstancias.

Corrían, viajaban sobre sus pensamientos, cada pisada un encuentro con la inevitable memoria de sus cuerpos; la búsqueda y el vacío.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “Asco”, de Carolina Perrot; “Una mujer corre”, de Bibiana Ricciardi; “Vidrio”, de Gabriela Borrelli; y “Cada despedida”, de Mariana Dimópulos.

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Literatura

Tres jóvenes fundaron una editorial que apuesta por la literatura de riesgo

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PH: Agencia Noticias Argentinas
Por Gastón Marote

Tres jóvenes emprendedores fundaron la editorial independiente La Tarea de Escribir, que ya publicó siete libros y apuesta por escrituras radicales y autores emergentes, con una propuesta estética que prioriza “lo raro antes que lo bueno”.

La editorial fue creada en 2025 por Juan Rey (27), Vinicius Fonseca (28) y María Josefina Pesado (29), y surge como continuidad del taller homónimo activo desde 2021.

Según explicaron sus fundadores, el proyecto busca acompañar obras que “se atrevan a pensar desde el borde” y no temen al error o a la incomodidad.

“Creemos que una editorial no es una vidriera sino un dispositivo de pensamiento”, sostienen los creadores, que acompañan cada libro con materiales complementarios como prólogos, notas, entrevistas o piezas visuales disponibles en un soporte digital propio.

En un comunicado, destacaron que trabajan con autores “nuevos, invisibles o directamente ilegibles para la mirada estándar del presente editorial”, y que la curaduría está guiada por una apuesta estilística abierta y desafiante.

Entre sus influencias mencionan tanto editoriales independientes como N Direcciones o la mítica 18 Whiskys, como también autores consagrados y contemporáneos como César Aira, María Negroni, Gabriela Cabezón Cámara o Pablo Katchadjian.

Los objetivos de La Tarea de Escribir están divididos en tres escalas: a corto plazo, construir un catálogo pequeño e incisivo y obtener visibilidad en eventos como la Feria del Libro o la FED; a mediano plazo, formar una comunidad interesada en la experimentación; y a largo plazo, producir un archivo vivo que integre edición, taller e investigación.

Definen a su público como lectores curiosos, móviles, interesados en lo anómalo y en obras que “se presenten como objetos capaces de abrir preguntas, no de clausurarlas”.

La circulación de sus libros se enfoca en librerías independientes, ferias, universidades y espacios culturales, aunque no descartan expandirse comercialmente para sostener el proyecto.

(*) Agencia Noticias Argentinas

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Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
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