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A cuatro décadas del adiós al “Rey del Rock and Roll”

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Atiborrado de pastillas y comida chatarra, y opacada su fama desde hacía más de una década por la llamada “invasión británica”, encabezada por Los Beatles y Los Rolling Stones, moría hace 40 años, de un ataque cardíaco el otrora “Rey del Rock and Roll” Elvis Presley, el hombre que con su voz y sus osados movimientos de pelvis causó una revolución cultural que sacudió la modorra de la sociedad de la posguerra en los años ’50.

Más allá del derrotero que sufrió su vida y su carrera artística a partir de la década del ’60, la importancia de Presley en la cultura popular resulta fundamental, tanto por el hecho de haber sacado del aburrimiento a toda una generación que veía condenada su existencia a cumplir determinados mandatos sociales sin posibilidad de rebelión, como por haber puesto en marcha un nuevo género musical.

En tal sentido, su influencia despertó en destacados artistas su amor por el rock y los empujó a intentar una carrera en la música, tal el caso de los propios Beatles, quienes individualmente abrazaron esta actividad gracias a Elvis.

Otra prueba de su legado reside en el hecho de que, a pesar del paso del tiempo, miles de fans se acercan a menudo a Graceland, su residencia en Memphis, un atractivo turístico para los amantes del rock, como así también existen en todo el mundo imitadores que intentan recrear sus performances.

Claro que todo esto no se dio porque sí, sino que tiene una sólida base que descansa en la gran capacidad técnica de su voz, sus destacadas interpretaciones y un repertorio plagado de clásicos inoxidables como “Hound dog”, “Heartbreak Hotel”, “Jailhouse Rock”, “Blue Suede Shoes”, “Don’t Be Cruel” y “All Shook Up”, entre otros, derivado de los más renombrados autores.

El hombre que se convirtió en mito el 16 de agosto de 1977 había nacido el 8 de enero de 1935, en Tupelo, Mississippi, en una familia obrera, motivo por el cual debió comenzar a trabajar desde muy chico para ayudar a sus padres.

Sin embargo, una guitarra que recibió de regalo siendo aún un niño y la grabación de una canción en uno de esos estudios en donde por unas pocas monedas uno podía salir con un acetato en la mano para regalar a un ser querido, cambiaron el destino del joven Elvis.

Precisamente, ese hecho fortuito que tenía como destinataria a su madre, llamó la atención de la compañía Sun Records, que vio en el futuro “Rey” la posibilidad de fichar a un blanco capaz de cantar y moverse como un afroamericano.

Tras la edición de “That’s All Right” en 1954, llegó su primer éxito con “Heartbreak Hotel”, en 1956, con lo cual comienza a crecer su figura de manera desmedida, algo que se vio acentuado aún más con sus primeras apariciones en televisión.

En una sociedad conservadora, que recibía desde los medios de comunicación el mandato de formar familias tipo y alimentar el engranaje social que se reconstruía tras el cimbronazo de la Segunda Guerra Mundial, la escandalosa imagen de Elvis, con sus pantalones ajustados, su jopo, su jadeante voz y sus movimientos pélvicos provocó una liberación sexual en una juventud condenada al aburrimiento.

Por supuesto que, a la interpretación de furiosos rocks con los que contoneaba todo su cuerpo, este artista le sumó algunas memorables baladas que enamoraban aún más a las chicas, como el caso de “Love Me Tender” o “Can’t Help Falling In Love, por citar solo algunas.

Pero hay dos elementos claves en la carrera de Elvis que iban a determinar su futuro: uno de ellos sería la intervención de un omnipresente manager, el autodenominado Coronel Tom Parker, un desertor de los Países Bajos, que ocultó su identidad durante años y manejó su carrera casi de manera despótica.

El otro gran mojón resultó, obviamente por recomendación de Parker, su enrolamiento en el Ejército, a fines de los ’50, en una movida que buscó mostrarlo como un joven sin privilegios, pero que cambió para siempre su imagen y mentalidad.

En este sentido, el hombre que había aparecido en la vida pública como un aire fresco para la juventud, resultaba ahora un ser comprometido con el estilo de vida americano que buscaba combatir.

A lo largo de la década del ’60, la imagen de Elvis recorrió el mundo a través de la pantalla de cine, en un puñado de filmes en los hacía las veces de héroe rodeado de bellas mujeres, a las que conquistaba con sus canciones.

De esta manera, el Coronel Parker cumplió su meta de evitar que Elvis girara por el mundo, algo para lo cual apeló al argumento de que resultaría agotador y que no había arena que pudiera albergar a tanto público deseoso de verlo, cuando la realidad era que el manager temía perder su manejo, ante su propia imposibilidad de salir del país para acompañarlo por carecer de documentación.

Su repertorio cada vez más engolado, sus escasas presentaciones en vivo y el boom mundial que significó la aparición de Los Beatles, fueron relegando a Elvis de los primeros planos.

Su matrimonio con Priscilla, una hija de un soldado a la que había conocido en su paso por el Ejército, no logró reflotar la imagen y la carrera de Presley, que se hundía en las drogas y el consumo desmedido de comida.

Sin embargo, un memorable show de fines de los ’60 en Las Vegas, lugar que se convertiría en su principal escenario en los últimos años de su vida, y una presentación desde Hawaii en 1973, transmitida vía satélite por televisión, resultaron dos momentos destacados para su carrera en aquellos años.

Más allá de esto, el nuevo rumbo que había tomado el rock en aquellos años, sobre todo luego de la explosión del hippismo a fines de los ’60, había convertido a Elvis en un artista casi obsoleto, algo que se vio acrecentado aún más con su declive físico, lo que podía comprobarse en sus rutinarios shows en Las Vegas.

Poco ayudó su reunión con el entonces presidente Richard Nixon, para acordar acciones conjuntas para luchar contra el consumo de drogas por parte de la juventud.

Separado ya de Priscilla, con una obesidad que iba en aumento y un desmedido consumo de pastillas, la vida de Elvis se apagó en 1977, un hecho que causó conmoción, aunque menos de la esperada en una juventud que ya había sufrido la muerte de figuras “más modernas” como Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison.

El propio John Lennon logró sintetizar de manera clara este sentir cuando, ante esta circunstancia, expresó: “Elvis murió el día que ingresó al Ejército”.

Si bien es cierto que su reinado fue relativamente corto, nadie puede ignorar que sin Elvis probablemente el rock no hubiera tenido el impacto cultural que alcanzó en las décadas siguientes. Por algo, aún se lo conoce como “El Rey”.

(Fuente: Agencia de noticias Telam)

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Mundo

Murió James Earl Jones, dueño de las voces de Darth Vader y Mufasa

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Hollywood está de luto. James Earl Jones, famoso por darle voz a Darth Vader en “Star Wars” y a Mufasa en “The Lion King” falleció a los 93 años, según confirmó su agente, Barry McPherson.

El actor pasó sus últimos momentos en su residencia, ubicada en Dutchess County, en Nueva York, y hasta el momento no se ha dado a conocer las causas de su muerte.

A lo largo de casi siete décadas de trayectoria artística, James Earl Jones logró posicionarse como una de las voces más icónicas del cine gracias a su desempeño como actor de voz. Entre sus personajes más memorables destacaron Darth Vader de “Star Wars” y Mufasa de “The Lion King”.

Su impecable trabajo lo llevó a unirse a la codiciada lista de los 18 artistas EGOT. Este estatus se logra tras haber ganado los cuatro premios más importantes en la industria del entretenimiento: un Emmy, Grammy, Oscar y Tony. Jones fue acreedor a tres premios Tony, dos Emmy, un Grammy y un Oscar honorífico.

James Earl Jones hizo su debut en Broadway en 1957, donde actuó en varias obras de teatro, incluidas “Otelo”, “Hamlet”, y “El rey Lear” de William Shakespeare. En 1964, dio el salto a la pantalla grande gracias a “Dr. Strangelove” de Stanley Kubrick, pero no fue hasta 1977 que ganó reconocimiento internacional gracias a su papel de voz como Darth Vader.

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Mundo

Freddie Mercury estaría celebrando su cumpleaños 78

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Freddie Mercury fue uno de los artistas más icónicos de la escena musical. Nació el 5 de septiembre de 1946 y en la década del ’70 irrumpió con temas que hoy siguen vigentes y hasta son himnos a nivel mundial.

“Bohemian Rapsody”, “We are the champions” y “We will rock you”, son algunos de los clásicos que siguen sonando hasta el día de hoy. Pero su éxito fue tan repentino como breve. El líder de Queen falleció en 1991 con solo 45 años.

Si bien los rumores eran muy grandes, solo tres días antes de su muerte, el músico le confirmó al mundo que padecía SIDA, una enfermedad que por ese entonces no tenía cura ni se sabía mucho al respecto, solo se la relacionaba con los vínculos homosexuales y resultaba en ese momento una cuestión bastante tabú.

“Siguiendo la enorme conjetura de la prensa de las últimas dos semanas, es mi deseo confirmar que padezco SIDA”, dijo Freddie el 21 de noviembre de 1991.

“Sentí que era correcto mantener esta información en privado hasta el día de la fecha para proteger la privacidad de los que me rodean. Sin embargo, ha llegado la hora de que mis amigos y seguidores conozcan la verdad y espero que todos se unan a mí y a mis médicos para combatir esta terrible enfermedad. Mi privacidad ha sido siempre muy importante para mí y soy famoso porque prácticamente no doy entrevistas. Esta política continuará”, manifestó en sus últimos días de vida.

El 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury murió en su cama de su mansión en Kensington, conocida como Garden Lodge, donde pasó sus últimos días.

La enfermedad se la diagnosticaron en 1987 y de a poco se fue retirando de la escena. Su debilidad le impidió continuar con las giras y cada vez aparecía menos en público, alimentando los rumores sobre una enfermedad que terminó por hacer visible y dar a conocer a nivel mundial.

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Literatura

Distinguieron al director de la RAE con el Premio Liber 2024

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La Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) otorgó el Premio Liber 2024 al autor hispanoamericano más destacado a Santiago Muñoz Machado, presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y responsable de varios trabajos sobre el español y América.

Muñoz Machado, director de la Real Academia Española (RAE), recibirá el galardón el próximo 2 de octubre en la Feria Internacional del Libro, Liber, que este año se desarrollará en Barcelona.

La junta directiva de la FGEE reconoció “su cercanía al mundo del libro y sus trabajos de ensayista de ciencias sociales, así como la repercusión de muchas de sus obras y ensayos en toda la geografía hispanohablante”.

Algunos ejemplos son la obra “Hablamos la misma lengua. Historia política del español en América, desde la conquista a las independencias”, otras sobre el lenguaje claro y algunas colectivas que ha dirigido, bien de carácter lingüístico general bien alguna especialidad.

Entre estos cabe citar el Diccionario panhispánico del español jurídico (DPEJ), en el que han participado más de 400 profesores, magistrados y académicos de ambos lados del Atlántico.

Sobre Muñoz Machado

Nacido en 1949, Muñoz Machado es doctor en Derecho (1975), técnico de la Administración Civil del Estado (1972), catedrático de Derecho Administrativo en varias universidades españolas, escritor, académico, investigador y editor.

Es autor de una extensa y variada bibliografía, que abarca casi un centenar de libros e innumerables artículos y estudios sobre materias diversas.

En 2013 recibió el Premio Nacional de Ensayo por “Informe sobre España. Repensar el Estado o destruirlo”, y en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Historia por “Hablamos la misma lengua. Historia política del español en América, desde la conquista a las independencias”.

Entre sus principales ensayos, estudios políticos, históricos, biográficos y relatos, destacan, entre otros, “El problema de la vertebración del Estado en España. Del siglo XVIII al siglo XXI”; la trilogía “Informe sobre España. Repensar el Estado o destruirlo”; “Cataluña y las demás Españas”; “Riofrío: La justicia del señor juez”; y “Cervantes”.

Muñoz Machado fue elegido director de la RAE en diciembre de 2018 y reelegido en 2022, preside la ASALE. Es vicepresidente de la Fundación pro Real Academia Española y consejero de Estado.

Además, dirige el Diccionario panhispánico del español jurídico y la Plataforma Jurídica Iberoamericana, el Diccionario histórico de la lengua española, el programa de lenguaje claro y accesible y, desde 2020, la nueva Crónica de la lengua española, de periodicidad anual.

Está a cargo de la Secretaría de Coordinación de la Red Panhispánica de Lenguaje Claro y Accesible, cuya primera convención se celebró el pasado mes de mayo en Madrid, y ha creado e impulsado el proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA), precursor en este ámbito.

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