Mundo
Diez años de la muerte de Paco de Lucía: la guitarra que cambió al mundo
Por Mariano Suárez (*)
Diez años pasaron de la muerte de Paco de Lucía: no hay disidencias -las hubo- sobre su influencia transformadora en la guitarra, el flamenco y la música toda; en cambio, no parece haber manera de establecer con más sustantivos que adjetivos el alcance de esa transformación, tal vez porque no ha terminado.
Los estudios y ensayos biográficos sobre Paco de Lucía son todavía pocos en relación con la fuerza de obra (se acaban de publicar dos libros en España, ninguno disponible en Argentina) y ha sido un hombre austero en declaraciones y apuntes de vida; por lo que, en principio, luce sencillo reducir su vida, bajo la modalidad periodística, a una secuencia de episodios más o menos representativos. Pero su música es más inasible.
“El flamenco antes de Paco era un señor gordo con sombrerito en una silla de madera y con una copa de vino”, afirma Manuel Escacena, uno de sus recientes biógrafos.
La sentencia y la imagen, tentadoras, simpáticas, son por lo menos incompletas. Cuando no falsas.
El guitarrista que murió en Playa del Carmen, México, el 25 de febrero de 2014, expandió el flamenco, lo universalizó, desarrolló una conexión con el jazz, enseñó al mundo una manera de tocar la guitarra que nadie había descripto en ningún manual, pero a la vez aprendió de la legendaria oralidad de la música flamenca, que atrapó desde niño.
Si bien en la década del ’70 y ’80 su irrupción lo ubicaba -¿acaso podía ser visto de otra manera?- como un desplazamiento de las raíces puras de esa tradición-; su guitarra fue durante un tiempo hija de esa escuela con diferentes maestros, algunos bastante evidentes (Niño Ricardo, Sabicas).
Otra narrativa errónea lo ubica como un guitarrista liberado a la improvisación que, es cierto, cuando comenzó era una extrañeza en el flamenco. Al contrario: Paco de Lucía es la expresión de la mirada cartesiana, la concepción científica de la música. La intuición la llevaba sola desde niño.
Aprendió a tocar en su casa de Algeciras, en Cádiz, gracias a su padre. La guitarra no era un entretenimiento. Su padre Antonio, también guitarrista aficionado, descubrió temprano el talento de su hijo y desde el primer día tuvo un plan para hacer él el mejor guitarrista que haya pisado la tierra. Como Leopold Mozart, con sus hijos Wolfgang y María Anna.
Paco nació el 21 de diciembre de 1947 en el popular barrio de La Fuensanta. Fue el menor de los cinco hijos de Lucía Gomes Gonçalves, “La Portuguesa“, y de Antonio Sánchez Pecino.
La universalización de su música responde a un hecho claro. El suceso de la rumba “Entre dos aguas”, incluida en el álbum “Fuente y Caudal”, su cuarto disco solista, en 1973.
Su interpretación, con un compás acentuado, era poco convencional. Es resultado de una improvisación sobre el tema “Rumba improvisada”, un tema de un disco que había publicado dos años antes. “Me siento libre con las rumbas, no tienen tradición y puedes hacer lo que quieras con ellas”, dijo.
Su éxito como guitarrista alteró la forma de interacción en el cante flamenco: los “inmovilistas” consideraban al instrumentista un mero acompañante del cantaor (la expresión usual para acotar su función era la de “banderillero”. No aparecían en los créditos y muchas veces tampoco cobraban. Aquello cambió para siempre.
Si el flamenco es el canto a la desesperación, al desconsuelo al dolor irredento, nadie lo expresó como José Monge Cruz, conocido como “Camarón“.
Grabaron juntos nueve discos entre 1967 y 1977 (antes cantaba en sus discos el hermano de Paco, Ramón de Algeciras) y tres más en los que también se incorporó el guitarrista Tomatito. Hubo una discusión sobre una disputa de derechos de autor, pero que no alcanzó a alterar aquella hermandad.
En 1975, Paco actuó en el Teatro Real de Madrid e inició una tanda de conciertos junto a Carlos Santana y a Al Di Meola, en 1977. En 1980 participó también en los conciertos ofrecidos por John McLaughlin y Chick Corea. La riqueza del flamenco era un manantial para aquellos que exploraban sobre las raíces negras de la música estadounidense.
“Siroco” (1987) fue, tal vez su último hito. El aquel tiempo coleccionaba elogios indiscriminados: fue considerado un álbum perfecto.
Tuvo un matrimonio de 20 años con Casilda Varela. En México, su refugio en el mundo de los últimos años, y conoció a Gabriela Canseco, una restauradora mexicana, con quien se casó. Con Casilda tuvo tres hijos y con Gabriela dos.
Paco falleció de un infarto de miocardio en Playa de Carmen. Se público un disco póstumo, “Canción andaluza”.
Una vez el poeta Félix Grande dijo que de la música de Paco de Lucía que tenía una soledad tumultuosa, una bravura radical, una impetuosa pena y una serenidad dramática.
Siguen faltando sustantivos. Cambió al mundo, pero todavía no sabemos contarlo bien.
(*) Agencia de noticias Telam.
Mundo
Internaron de urgencia a Raphael tras sufrir un accidente cerebrovascular
El cantante español Raphael debió ser internado de urgencia tras sufrir un fallo cerebrovascular mientras grababa una entrevista para el reconocido programa “La Revuelta”, en el Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid.
El artista de 81 años fue rápidamente trasladado al Hospital de San Carlos de Madrid. El lunes se había presentado en otro popular ciclo televisivo, “El hormiguero”, conducido por Pablo Motos.
En las últimas horas, medios españoles anunciaron que el cantante se encuentra estable, pero que seguirá internado para someterse a distintas pruebas. “Está ingresado y todo apunta a que está controlado, todo va según lo previsto”, informaron.
Literatura
Donan 300 libros de la biblioteca de Gabriel García Márquez al Instituto Cervantes
Un total de 300 libros de la biblioteca personal del escritor colombiano Gabriel García Márquez que permanecían desde hacía años en París fueron donados al Instituto Cervantes de la capital francesa.
Gonzalo García Bacha, hijo del autor de “Cien años de soledad”, hizo entrega de los libros en un acto en el Instituto, en presencia del embajador colombiano, Alfonso Prada, y del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
La donación comprende ejemplares de libros de Mario Vargas Llosa, Roberto Bolaño, Álvaro Mutis o Juan Rulfo, explicó el comunicado del Instituto Cervantes en París. La colección será preservada en una sección especial de la biblioteca Octavio Paz del centro parisino.
Los libros permanecían en el departamento que la familia García Márquez tenía aún en la capital francesa, y que acaba de ser vendido.
“Nos parecía una lástima perder estos libros que vivieron en un lugar ligeramente conspirativo, pero sobre todo de gran alegría. Allí aprendimos que la cultura no es los grandes teatros, ni los grandes cines, ni las grandes ceremonias, sino algo que se vive en la sobremesa de la casa”, declaró Gonzalo García Bacha.
Donaron 300 libros de la biblioteca de Gabriel García Márquez al Instituto Cervantes
García Márquez viajó a Europa en 1955 y vivió como periodista entre Ginebra, Roma y París. En la capital francesa sobrevivió con dificultades, y gracias en parte a la ayuda de los amigos. Fue eallí donde se gestó El coronel no tiene quien le escriba (1961) y La mala hora (1962). Abandonó la ciudad en 1958, aunque volvió a residir luego durante temporadas.
Mundo
Reino Unido: subastan un edificio que posee un mural de Bansky
El edificio georgiano de cinco plantas en Bristol, Reino Unido, que alberga el famoso mural de Banksy “Well Hung Lover”, será subastado en 2025. La propiedad, que incluye la obra pintada en 2006 en la pared de una clínica de salud sexual, será ofrecida con un contrato de arrendamiento de 250 años, según reveló The Guardian.
El mural, que representa a un hombre asomándose por una ventana mientras intenta evadir a su rival amoroso, es una de las obras más conocidas del artista callejero. A pesar de la coincidencia con el uso del edificio, Banksy afirmó no estar al tanto de que se trataba de una clínica de salud sexual en el momento de la creación del mural.
La subasta será llevada a cabo por la agencia inmobiliaria Hollis Morgan, que ha destacado el potencial del edificio para ser convertido en apartamentos para estudiantes, dada su proximidad a la Catedral de Bristol y la Universidad de Bristol. Actualmente, el sótano del edificio funciona como discoteca.
El precio estimado de la propiedad es de poco menos de 900.000 dólares, lo que podría considerarse muy económico si se compara con el récord de ventas de obras de Banksy, como “Love is in the Bin”, que alcanzó más de 23,5 millones de dólares en una subasta.
Sin embargo, cualquier comprador interesado en adquirir el edificio con la intención de vender el mural deberá reconsiderarlo, ya que el contrato de arrendamiento incluirá un convenio restrictivo que impide la remoción de la obra.
Hollis Morgan explicó que el ayuntamiento de Bristol no tiene una política oficial sobre el arte callejero, independientemente de su autor. “El arte callejero no se crea como una obra de arte permanente, sino como una forma de protesta que generalmente, pero no siempre, se realiza ilegalmente y sin el permiso del propietario del edificio”, declaró la agencia a The Guardian.
Además, el comprador no estará obligado a mantener o asegurar la obra de arte mientras permanezca visible en el edificio.
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