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Mundo

Viggo Mortensen pidió permiso a Peter Jackson para utilizar la espada de Aragorn

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Todos hemos soñado alguna vez con portar la espada Andúril. Forjada en Rivendel a partir de los restos de Narsil de Elendil, esta impresionante arma se transformaba en un verdadero símbolo de soberanía para el primer rey de los territorios unificados de Arnor y Gondor, más conocido por todos como Aragorn.

Pasaron más de 20 años desde que Viggo Mortensen, en el papel de este personaje, la utilizara en su batalla final contra Sauron en “El señor de los anillos: El retorno del rey”, pero no olvidó la sensación de desempuñarla y más después de sacarla de nuevo a relucir en su última película.

Recientemente, el actor hollywoodiense explicaba que había pedido permiso a Peter Jackson, el cineasta detrás de la trilogía de “El señor de los anillos” y de la de “El hobbit”, para utilizar la misma espada en “Hasta el fin del mundo”, el wéstern que dirige y protagoniza.

“Teníamos todo para una secuencia con un caballero. Habíamos encontrado un grandísimo y enérgico caballo, el tipo de silla de montar adecuado, hicimos una especie de manta medieval y teníamos el traje para el caballero, pero entonces pensamos que nos faltaba una espada”, declaró Mortensen.

En ese momento, el actor y director recordó que aún tenía en su poder a Andúril, por lo que sería de gran facilidad solventar el problema en el set con una espada tan buena como esa. Así decidió ponerse en contacto con el director de cine para pedirle permiso.

“Le pregunté a Peter Jackson si le parecería bien y me dijo: ‘Bueno, ¿es muy importante en la historia?’ Apenas lo notas, pero probablemente alguien lo notará. Dijo que le parecía bien, pero que debería preguntarle a la compañía cinematográfica. Me puse en contacto con ellos y estuvieron de acuerdo”, confesó el intérprete.

“Se dieron cuenta de que no era esencial, que no iba a llamar mucho la atención. Y fueron muy amables con eso y nos dieron permiso. Por eso lo hicimos, solo porque parecía correcto. Fue una especie de accidente de último momento”, agrega.

(Fuente: Cinemania.es)

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Literatura

Mafalda tiene su estatua en Madrid

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Mafalda, el popular personaje creado por Quino, tiene desde el 28 de octubre una nueva escultura en España. Creada por el escultor argentino Pablo Irrgang, fue emplazada delante de la Casa del Lector en Matadero Madrid.

Se trata de la 12ª estatua de Mafalda en el mundo y la tercera en el país ibérico: las otras dos están en Oviedo y Barcelona.

La escultura, que luce su característico vestido rojo, se encuentra sentada en un banco de madera municipal. Realizada en resina epoxi pigmentada, mide unos 80 cm de alto y pesa 20 kilos.

La obra fue donada al Ayuntamiento de Madrid por la editorial Lumen, encargada de publicar las historias de este popular personaje desde 1970.

Con la instalación de esta escultura se rinde homenaje a la niña más famosa de historieta argentina, un icono de la crítica social, el feminismo y la justicia desde su creación en 1964.

La obra permanecerá durante un tiempo en esta ubicación y, más adelante, se podrá trasladar de forma puntual a otros distritos, con motivo de celebraciones como ferias del libro.

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Mundo

A más de cuarenta años del crimen, Yoko Ono reveló que sabía que John Lennon corría peligro

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A más de 40 años de la muerte de John Lennon, la artista Yoko Ono reveló en un nuevo libro de Elliot Mintz, exvocero y amigo de la pareja, que sabía que el ex Beatle corría peligro antes de muerte y hasta dio detalles sobre lo que intentó hacer para preservar su seguridad, aunque admitió que “no podía mantenerlo alejado”.

En el libro “We All Shine On: John, Yoko and Me”, Mintz recordó una charla que tuvo con Ono en el que ella le admitió que sabía que Lennon no estaba del todo seguro. Fue en una entrevista que le hizo a la artista luego del asesinato en la que le recriminó si todos sus amigos tarotistas no le podían haber anticipado lo que iba a pasar.

Yoko Ono reveló que sabía que John Lennon corría peligro antes de su asesinato
“Si tus asesores son tan buenos, ¿por qué ninguno de ellos predijo lo que iba a pasar con John?”, disparó Mintz. A lo que Yoko respondió e impactó a muchos: ¿Cómo sabes que no me advirtieron? Me dijeron que estaba en peligro en Nueva York”.

“Me dijeron que debía sacarlo de inmediato. Por eso lo mandé a Bermudas durante el verano, pero no podía mantenerlo alejado para siempre. Tenía que volver en algún momento”, agregó.

Yoko Ono contó que la prioridad del artista era “ser libre”: “Sabes cómo se sentía John respecto a su seguridad. Hablamos de esto cuando mataron a tu amigo (el actor Sal Mineo). John decía: ‘Si van a atraparte, te van a atrapar’. No importaba lo que mis asesores me dijeran, él no creía en los guardaespaldas”.

El crimen

Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980 en la puerta del edificio Dakota, donde vivía a metros del Central Park. Mark David Chapman, de por entonces 25 años, se le acercó y le entregó una copia de su disco “Double Fantasy” para que se lo firmara, pero a las pocas horas volvió a ese mismo edificio. Al bajar del auto, el fanático se acercó y le disparó dos tiros por la espalda y otros dos en el hombro.

El músico fue llevado a la sala de emergencia del Hospital Roosevelt y fue declarado muerto a su llegada a las 23.

Al día siguiente, Yoko Ono emitió una declaración, diciendo: “No hay funeral para John. Él amaba y rezaba por la raza humana. Por favor, hagan lo mismo por él”.​ Su cuerpo fue incinerado en el Cementerio Ferncliff en Hartsdale, en Nueva York y ella esparció sus cenizas en Central Park, donde tiempo después se creó el monumento conmemorativo Strawberry Fields.

Chapman fue declarado culpable por asesinato en segundo grado y fue condenado a prisión perpetua, con posibilidad de conseguir la libertad condicional pasados los 20 años de reclusión; actualmente aún permanece en la cárcel, después de haberle sido negada en repetidas ocasiones la libertad condicional.

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Mundo

Presentaron en el Vaticano la restauración del Apolo de Belvedere

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El Apolo del Belvedere, obra maestra de la escultura clásica, volvió a estar visible en los Museos Vaticanos tras una delicada restauración de cinco años, con una mano nueva y “apoyada” en un innovador mástil metálico que garantizará su estabilidad en el futuro.

“Es un día de fiesta para los Museos Vaticanos porque finalmente volvemos a exponer al público un icono de belleza, una de nuestras obras maestras”, celebró la directora de esta institución pontificia, Barbara Jatta.

La restauración duró cinco años, pues se vio ralentizada por la pandemia, y además de estudiar el estado de esta frágil obra, permitió cambiarle una mano y reforzarla de pie con un mástil.

Jatta apuntó que todos los cambios efectuados “son reversibles”. “No hemos alterado la estatua ni hemos hecho un agujero más en ella, sino que la hemos respetado para ofrecérsela a las generaciones actuales y futuras del mejor modo”, aseguró.

El Apolo del Belvedere, con sus 224 centímetros de altura, presumible copia marmórea de un bronce griego que acabo perdiéndose, es una de las esculturas más admiradas de la colección pontificia, esculpida en Roma en los primeros años del siglo II d.C.

El dios helénico es representado cazando y desnudo, solo arropado por una capa que se envuelve en su brazo derecho, extendido para sostener un arco, mientras con el izquierdo se apoya en un tronco.

La estatua fue descubierta en la colina romana del Viminale en 1489 y trasladada en 1508 al Vaticano por voluntad del papa Julio II, mecenas de artistas como Miguel Ángel o Rafael.

Por aquel entonces, a comienzos del siglo XVI, el Apolo aparecía prácticamente íntegro y solo le faltaba la mano izquierda -y algunos dedos de la derecha-, aunque la recuperó en una restauración de 1532 ejecutada por Giovannangelo Montorsoli.

Sin embargo, la estatua ha sufrido siglos de intemperie y por sus distintas ubicaciones: por ejemplo permaneció en París entre 1789 y 1815 como una cesión del Estado Pontificio a la Francia napoleónica y en 1983 fue “arrancada” del muro vaticano al que había sido fijada para prestarla a una exposición en Estados Unidos (para la ocasión se le introdujo un armazón interno de barras metálicas).

Todo esto le ha causado numerosas fracturas en su basamento, pero también en sus tobillos, rodillas, el brazo derecho o en partes de su capa.

El Vaticano llevó a cabo un estudio de todas sus estatuas tras el terremoto de L’Aquila de 2009 y constató que el Apolo padecía “un problema estructural”, pues su propio peso la estaba destrozando. Y diez años después se ha acometido esta delicada restauración.

En primer lugar el dios cuenta desde ahora con una especie de mástil metálico en fibra de carbono fijado a su cuerpo a través de los agujeros y perforaciones que ya presentaba. Este sistema podrá reducir en hasta 150 kilos el peso sobre las partes más delicadas.

Además, durante la restauración se ha realizado un escáner tridimensional de toda la estatua para entender las fuerzas que la afectan -por ejemplo, el brazo que sostiene el manto sufre más peso- y se han instalado sensores de fibra de vidrio -como un pelo de grosor- para detectar cualquier movimiento o desplazamiento.

Otra acción importante fue la sustitución de la mano que le fue ensamblada en el siglo XVI por Montorsoli, considera por los expertos poco coherente por su forma y tamaño.

Los restauradores de los Museos Vaticanos han optado por ponerle la mano de un calco en yeso que se cree una copia del original de bronce encontrada a mediados del siglo pasado en las ruinas del palacio imperial de Bayas, la ciudad romana en el Golfo de Nápoles (sur) que quedó sumergida en el mar por un movimiento telúrico.

Asimismo, los análisis de la escultura previos a la restauración permitieron encontrar trazas de policromía en su superficie, como restos de dorado entre sus rizos.

La directora de los Museos Vaticanos celebró la conclusión de estas labores “complejas” que han mezclado “tradición, innovación, tecnología, filología e investigación con medios modernos”.

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Propietaria/Directora: Andrea Viveca Sanz
Domicilio Legal: 135 nº 1472 Dto 2, La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA Nº 2022-106152549
Edición Nº