El escenario los cobijó en un abrazo. El cuerpo de cada uno de ellos dijo sin palabras lo que la boca calló. Fue el gesto, la mímica guardada en el alma de cada uno de los actores lo que cautivó al público. Unos segundos silenciosos dieron comienzo a la obra. Después un diálogo espontáneo unió a los personajes. Porque en definitiva ellos constituían la esencia de esos seres que intentaban contar una historia. Y escondido entre esas palabras también estaba el autor, que movía hilos invisibles cada vez que una de sus criaturas tomaba vida. Él les había soltado la mano, les había dado la libertad de ser. Era tiempo de verlos crecer de múltiples maneras, que en conjunto constituían el arte escondido en cada escena. Una música suave acompañó el perfecto fluir de los artistas, guerreros de la vida, con la sensibilidad tatuada en el espíritu. Del otro lado, o tal vez simplemente al lado, el público se hacía uno con aquellos actores que caminaban un argumento sin fronteras. Lo dijeron todo y el silencio volvió a ser protagonista. El telón bajó lento al finalizar el último acto y el aplauso, único tesoro que cada uno de ellos guardaría en sus memorias, se elevó por el aire uniéndolo todo. El escenario extendió su abrazo a todos los presentes.
Andrea Viveca Sanz
Orígenes del teatro
La palabra teatro proviene del griego “Theatron” y alude al lugar destinado a la contemplación. El teatro forma parte de las artes escénicas y en él los actores cuentan una historia ya sea mediante la palabra o la mímica, acompañados por música, escenografía, maquillaje, vestuario, iluminación o efectos especiales según las necesidades de cada obra y en función de lo que se quiera contar.
Existe, sin embargo, un teatro en el que los personajes no son seres humanos sino marionetas, o títeres, o incluso sombras que también pueden narrar historias. En toda pieza teatral el público es fundamental para cerrar el círculo mágico que envuelve a los artistas con esas personas que los miran y/o escuchan.
Es probable que los orígenes del teatro se remonten al hombre primitivo, quien se expresaba con naturalidad y soltura en diversas ceremonias rituales tanto de caza como religiosas, y en ritos de agradecimiento por las buenas cosechas. El canto, la música y la danza en aquellos escenarios naturales podrían haber sido la chispa que encendió la llama del teatro. Tanto en la antigua Mesopotamia como en pueblos de África se podían presenciar escenas montadas alrededor del fuego, en las que los tambores y la música, sumados a vistosos disfraces, podrían acercarse al teatro, aunque el verdadero origen de este arte se encuentra en la antigua Grecia, en Atenas, entre los siglos V y VI AC. Por aquellos tiempos los rituales realizados en honor al dios Dionisio fueron los que dieron nacimiento a este arte. El primer teatro, cuya forma circular fue imitada por otros pueblos, fue dedicado al dios del vino.
Tragedia, comedia, Grecia y Roma
Las primeras especificaciones estilísticas entre tragedia y comedia se pueden apreciar en Grecia. La tragedia es una representación dramática, por lo general con un desenlace fatal, que causa tristeza y busca conmover a los espectadores. Está ordenada en escenas en las que se mantiene cierta solemnidad y la expresión es en forma de versos. En general está basada en mitos o relatos antiguos y los actores, que son pocos, son acompañados por el canto. Esquilo, Sófocles y Eurípides fueron muy destacados en este género.
Las comedias más antiguas son las de Aristófanes, y se cree que surgieron a partir de los antiguos rituales dedicados a la fertilidad. Se trata de sátiras en las que se parodiaba a personas públicas o populares. En las comedias se tocan temas como el amor, el dinero, problemáticas sociales, enredos o situaciones familiares, entre otros.
En Roma, las primeras obras teatrales surgen de festivales de tipo religioso que fueron evolucionando hacia el entretenimiento. Más tarde este da origen a la comedia con referentes como Plauto y Terencio. Con el tiempo la iglesia romana contribuyó al decaimiento y hasta la desaparición del teatro, espacio que fuera ocupado por juglares y trovadores.
Una constante metamorfosis
A lo largo de la historia, el teatro tomó diversas formas y se fue amoldando a las características particulares de cada pueblo. Las circunstancias sociales, políticas, económicas y religiosas han sido factores determinantes en el desarrollo y evolución de las artes escénicas. De esta manera, en el medioevo se destacó un teatro de tipo religioso, que más tarde mutó hacia un teatro profano, fuera de las iglesias.
En el renacimiento predominó el teatro con temáticas laicas, del tipo grotesco. Luego apareció el teatro neoclásico en que las obras estaban pensadas para ser leídas. A finales del siglo XVI se destacó la ópera, destinada a un público más popular.
En toda Europa el teatro se expandió como una forma de expresión tanto al aire libre como en edificios construidos para ese fin.
En el siglo XIX llegó el naturalismo al teatro, poniendo énfasis en la psicología de los personajes y en las problemáticas sociales.
En el siglo XX surgió un estilo renovador en contraposición con el realista.
En Latinoamérica, los pueblos precolombinos también tuvieron un teatro nacido en los rituales religiosos o en escenas de la vida diaria. El texto maya Rabinal- Achi, descubierto en 1850, es una evidencia de ello. En él se cuenta la pelea de dos guerreros en la que se mezcla danza, música, y máscaras y aún en nuestros días se continúa representando resguardando las tradiciones ancestrales.
Por su parte, el teatro oriental tiene las características propias de sus pueblos y sus culturas. En él se mezclan la literatura, la danza, la música y en muchos casos la acrobacia.
Actualidad
En la actualidad, en todo el mundo, el teatro se ha diversificado dando lugar a numerosas compañías independientes que practican improvisación, expresión corporal, canto, danzas, y una gran cantidad de variantes a la hora de ser parte de las artes escénicas. Es por eso que podemos disfrutar desde clásicos adaptados, hasta comedias musicales, óperas, teatro ciego, en el que se exploran todos los sentidos, teatro de sombras, títeres, marionetas y muchas otras formas de expresión capaces de conectarnos con diversidad de autores y actores que revelan su esencia en cada función.
“El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla, grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre. Han de ser tan humanos, tan horrorosamente trágicos y ligados a la vida y al día con una fuerza tal, que muestren sus tradiciones, que se aprecien sus olores, y que salga a los labios toda la valentía de sus palabras llenas de amor o de ascos”
Radio Provincia de Buenos Aires, la radio pública de los bonaerenses, cumplirá mañana 85 años y para festejarlos dispuso una transmisión especial en la vía pública, por lo que los estudios se montarán en la esquina de avenida 53 y calle 11 de La Plata.
Desde las 9, se transmitirá en dúplex por AM 1270 y FM 97.1.
La programación contará con entrevistas especiales, invitados y la presentación de bandas en vivo como Tangorra Orquesta, Martes de agua, El batacazo, Diego Martínez, Inés Mauri, Silvina Moreno y un gran cierre a cargo de Árbol.
La radio inició sus transmisiones en La Plata el 18 de febrero de 1937, unos meses antes que Radio Nacional. Sus primeros estudios funcionaron en el Pasaje Dardo Rocha, y desde 1972 la radio se instaló en el Palacio Achinelly, un emblemático edificio ubicado frente a la Municipalidad platense.
Durante años, con auditorios llenos, Radio Provincia produjo conciertos de destacados artistas populares como Atahualpa Yupanqui, Edmundo Rivero, Aníbal Troilo y el Chango Nieto.
También el gobernador Antonio Cafiero marcó un hito al realizar, durante los cuatro años de su mandato, el programa “La hora del Gobernador”, constituyendo un puente directo entre el Estado y el pueblo bonaerense.
Bajo la gestión del gobernador Axel Kicillof y con la dirección de Marcelo Figueras, Radio Provincia renovó su programación, mejoró sus instalaciones y actualizó su estructura organizacional, para potenciar su vigencia acorde a los nuevos tiempos.
Desde los distintos programa se invita a los oyentes y amigos de la radio a sumarse a los festejos.
En la noche oscura, nada hay salvo el propio corazón. Los monstruos que vendrán a atacarte serán aquellos que tú mismo hayas creado. Bajo esta leyenda se esconde el nombre de Vlad III, el Empalador o Vlad, Drácula, príncipe de Valaquia, el personaje histórico que inspiró a Bram Stoker. Si algo fascinó a la sociedad victoriana de finales del XIX de esta leyenda fue el célebre castillo de Drácula, levantado en las montañas de Transilvania. Lo curioso del caso es que el castillo nunca fue suyo, sino del líder militar húngaro Juan Hunyadi, uno de los mayores estrategas de la historia militar europea, responsable de la muerte del padre de Vlad el Empalador, el rey Vald II, y fue el castillo donde el mítico Drácula estuvo encerrado durante trece años, de 1462 a 1475.
Durante estos largos años, los relatos de la crueldad de Vlad III empezaron a circular por toda Europa y los libros que recogían sus batallas, leyendas y torturas se convirtieron en auténticos “best seller” de la época, sobre todo en los reinos alemanes e italianos. En Rumanía era un héroe popular. Todos querían saber qué crueldades había cometido contra los otomanos, enemigo de todos los pueblos europeos, por un lado temiendo su rabia y violencia y por otro celebrándola al cargarla contra un enemigo común.
Sus estratagemas para vencer a un ejército que les superaba en más de 4 a 1 fueron múltiples, de mandar al campo de batalla a niños y mujeres para tener más cuerpos con los que detener el avance enemigo hasta envenenar pozos que pudieran usar los otomanos, pasando por desplegar enfermos de peste a las líneas enemigas. Aunque si por algún motivo se convirtió en leyenda fue por matar a más de 20.000 otomanos en avanzadilla y recibir al ejército del sultán con un bosque de cadáveres impalados que aterrorizó a los turcos. ¿Quién podía ser capaz de algo así?
La victoria fue celebrada y Vlad convertido un héroe de la región rumana, pero justo después de su gran victoria fue capturado por las tropas húngaras y hecho prisionero en el Castillo de Hunyard, también conocido como el castillo Corvino, nombre del hijo de Juan Hunyard. ¿Qué pasó durante esos trece años que vivió encerrado en el castillo? Poco se sabe, pero a día de hoy todavía se oyen voces de ultratumba entre sus paredes. Algunos dicen que es el propio Vlad, que ansía escapar de su encierro. Otros, que son los grito de horror y sufrimiento de sus víctimas.
El caso es que Vlad fue liberado sólo para morir meses después a manos de los otomanos. Sus enemigos le capturaron y la leyenda dice que lo descuartizaron en 43 pedazos, repartiéndolos por diferentes lugares para que nunca pudiese volver a la vida. La ironía es que con los años se convertiría en epítome de no muerto y figura de cuerpo eterno. Vlad volvía a derrotar a los otomanos después de muerto.
Situado en las montañas Calimani, en Transilvania, en lo que es la actual frontera con Moldavia, hoy es una gran atracción turística, y lo más cerca que existe a una “casa de Drácula”. Entre los fantasmas que dicen que asolan el castillo están los de tres prisioneros turcos a los que se les prometió la libertad si cavaban un pozo y encontraban agua. Después de quince años de fatigoso trabajo, los tres prisioneros encontraron agua, pero cuando reclamaron su libertad lo único que consiguieron fue una cruel burla. Se dice que Hasan, uno de los torturados soldados otomanos, escribió bajo la piedra, “ahora tenéis agua, pero no tenéis alma”. Una nueva demostración que toda casa encantada comienza con un cruel confinamiento.
De estilo gótico renacentista, lo cierto es que este inusual castillo despierta todos los anhelos de lo paranormal. Quizá la figura del vampiro sólo es la del fantasma que ansía un cuerpo con el que volver a conquistar el mundo. Junto a la Winchester Mistery House, es, desde luego, de las edificaciones más espeluznantes que se hayan construido nunca. El mito de Drácula sediento de sangre es en realidad el del fantasma sediento de cuerpo para seguir su vida de venganza, muerte y conquista, el triángulo del mal.
Por Walter Omar Buffarini / Entrevistas: Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)//
A casi cincuenta días de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio para hacer frente a la pandemia de coronavirus en la Argentina, muchos son los efectos colaterales de una medida que apuntó fundamentalmente, y hasta el momento con buenos resultados, a cuidar la salud de cada uno de los habitantes.
Entre esas consecuencias no deseadas se cuentan los daños en prácticamente la totalidad de la actividad productiva, realidad a la que la industria del libro tampoco ha podido escapar.
Para entender un poco más acerca de este inesperado momento y cómo pararse frente a él, ContArte Cultura consultó a representantes de algunas de las más importantes librerías de la ciudad de La Plata, quienes contaron sus experiencias y se animaron a delinear el futuro inmediato.
Respecto de las consecuencias inmediatas tras decretado el aislamiento, los libreros coincidieron en que la caída de las ventas fue total, habiendo podido mitigarlo mínimamente con la autorización de la venta online.
En ese sentido, Ana Borean, de City Bell Libros, manifestó que “las ventas han caído abruptamente y el método online con envío incrementó costos y dificultó la comercialización”.
Por su parte, desde Rayuela Libros Guadalupe explicó: “La primera consecuencia fue la librería cerrada”. Asimismo, detalló que ante esto sus primeras actividades fueron “arreglar las bases de datos desde casa y generar contenido para las redes sociales”.
Un tanto más preocupado Eduardo, desde la librería Atenea, aseguró estar “sin posibilidad de ninguna venta durante 30 días, con facturación cero”.
Jorge García, uno de los propietarios de La Normal Libros, explicó que “inicialmente se rompió la cadena de pagos, lo que nos produce un retraso importante con nuestros proveedores, servicios y demás. Un perjuicio muy grande a largo plazo, ya que lo que no se vendió en su tiempo no se recupera”.
Ampliando en ese aspecto, García afirmó necesitar de “un lapso de trabajo de un año para volver a estar al día. Si antes veníamos con carga impositiva muy alta más los gastos que prácticamente no nos dejaba margen, esto nos hace muy difícil afrontar deudas y más a futuro”.
Nuevas estrategias
Ante este panorama, los libreros pusieron en marcha diversas y variadas medidas para sostener su comercio, entre las que se destacan los descuentos y las entregas a domicilio, como así también las ventas a futuro.
“En Rayuela hicimos tarjetas de regalo para pasada la cuarentena y algunas ventas telefónicas con descuentos especiales y a través de nuestra página web”, afirmó Guadalupe, quien aseguró que “no es una tarea sencilla”.
En City Bell Libros la modalidad optada fue “tomar pedidos por Whatsapp (221 5897352), responder así consultas de todo tipo y coordinar entregas en La Plata y toda las Zona Norte que abarca, City Bell, Gonnet, Villa Elisa, Arturo Segui, Los Porteños, Ringuelet y Gorina, entre otras zonas”.
“Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos ya preparado todo nuestro sistema a través de la web para ventas electrónicas con entregas y solo tuvimos que hacer un par de ajustes”, sintetizó García, ampliando que “en La Normal entregábamos por Glovo, pero esa modalidad ya no fue aceptada por la Municipalidad y debimos cambiar el método de envío, que implica un costo extra tanto para el cliente como para nosotros”.
Agradecidos a los lectores
Si bien todos destacan que no pueden compararse las ventas en librería con aquellas que se hacen por envío, los resultados no han sido tan malos.
“Gracias a nuestros fieles clientes, nos encontramos con una gran demanda de pedidos, la que tratamos de responder en tiempo y forma. La gente está urgida de leer o necesitan los libros escolares para hacer las tareas. Tratamos de adaptarnos a esta situación lo más rápido posible y de la mejor manera” afirmó Borean.
Jorge García remarcó que en La Normal tuvieron “muy buena aceptación de los clientes al delivery”, y que “mucha gente nos agradece por hacerles más amena la cuarentena. Un libro es algo fundamental para estos momentos.
En Atenea contaron su experiencia destacando que “la venta electrónica, sea como fuera, es fácil para vender Sacheri, Allende o cualquier otro bestseller, pero es muy difícil para una librería especializada como la nuestra”. De igual modo explicaron que “al no tener página web hacemos las ventas por Facebook, Instagram o correo electrónico, lo que es un poco complicado o engorroso, pero que poco a poco vamos mejorando”.
Desde Rayuela explicaron que la nueva experiencia que les toca vivir es “caótica”, pero a la vez “cargada de emoción y ansiedad”. Del mismo modo se saben “unos privilegiados”, ya que “poder estar trabajando es una suerte”.
Aunque también reconocen inconvenientes: “Como toda forma nueva de trabajo, recién ahora nos vamos organizando. Siempre tenemos activas nuestras redes sociales y a principio de año lanzamos nuestra página web, así que podríamos decir que estábamos preparados”.
Por la vuelta a la normalidad
Finalmente, en relación a lo que los libreros creen necesario para contener su actividad, principalmente figura la necesidad de poder volver a tener gente en sus locales.
“Somos una librería de público presencial en el local”, insiste Eduardo de Atenea, entendiendo que “las opciones para nosotros como para otros comercios similares son implementar horario reducido o, como está sucediendo en otros lugares, salidas reducidas del público según la terminación del documento”.
En el mismo sentido opinó Jorge García: “Lamentablemente vemos un panorama sombrío. Nuestra librería en particular es más un paseo para nuestros clientes. Aquí pueden mirar, hojear, elegir, es una experiencia que ninguna web puede dar. Tener que decirle a un cliente que quiere venir a buscar un libro que no puede, que no podemos atenderlo en la librería, es un puñal para nosotros”.
“Agradecemos que nos hayan tenido en cuenta dentro de las medidas que nos permiten poder vender algo, pero lamentablemente de esta manera sólo podemos cubrir los costos y no mucho más. Entendemos la situación de la pandemia y estamos alineados con la cuarentena, pero sin clientes dentro del local, viendo los libros, asistiendo a las presentaciones de los autores, intercambiando opiniones con el librero, no veo que se pueda mejorar”, aseguraron desde City Bell Libros.
Y en esa mirada hacia adelante, desde Rayuela afirman: “¡Vemos más gente leyendo!” y se atreven a asegurar que “las condiciones cambiarán”.
“Pensábamos transcurrir todo el 2020 cumpliendo nuestros 29 años y festejando los 30 por llegar, pero si bien no vamos a poder llenar la librería de niñas y niños, autores y lectores, ya veremos que vuelta le encontramos. La cosas van a estar difíciles para todos, pero la lectura siempre es un buen refugio”.
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