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Entrevistas

Karel Hänich y un recorrido por el mágico mundo de “Etsu Euria”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

La magia está viva. Asciende desde las profundidades de la tierra. Hay un mundo dentro del mundo, voces debajo de las voces, líneas que se ramifican, reinos que libran una batalla eterna para atravesar las fronteras de la imaginación y manifestarse en las manos que los dibujan.

En diálogo virtual con ContArte Cultura el escritor cordobés Karel Hänisch cuenta los detalles de “Etsu Euria”, la saga juvenil que se posiciona en las redes.

—Después de tu última novela histórico-romántica, te volviste a crear un mundo nuevo, Etsu Euria, ¿cómo y cuándo surgen los primeros esbozos de ese universo en tu imaginación?
—Tal como dicen, una vez terminada y publicada mi última novela, Furia de Libertad, comencé a tallar el mágico mundo de Etsu Euria. Entendí que era el momento indicado de iniciar la escritura de dicha obra. Aunque cabe destacar que los primeros esbozos de ese universo me llegaron hace ya varios años, cuando tenía trece para ser preciso. Todo ocurrió en mi afán de querer contar mis historias en un nuevo mundo, un lugar con sus propias criaturas, reinos, filosofías e historia. Necesitaba algo nuevo, una tierra virgen en la que poder sembrar mi imaginación. Y si bien en los años subsiguientes me dediqué de lleno a crear y publicar mis novelas histórico-románticas, siempre cual telón de fondo, estuvo Etsu Euria, como un espacio de refugio en el que nunca estaba solo.

—¿Qué fue lo primero que percibiste de “Etsu Euria”?
—Libertad. ¿Qué sucede cuando tenemos una hoja blanca al frente, y sabemos que de ella tiene que nacer un nuevo mundo? Fue una gran experiencia que hasta el día de hoy sigo construyendo. Pues a diferencia de una novela, un libro de ficción o cualquier otro género, sucede en la fantasía, al momento de querer lanzar esa primera semilla que detonará en un gran big-bang, en el que no tenemos nada de donde sujetarnos. La imaginación se enfrenta a la más pura libertad, porque es iniciar todo desde el punto cero. ¿La razón? Lo voy a resumir en un simple concepto: para crear un mapa, hay que pensar de antemano en la historia del mundo, su creación, su geografía, sus montañas, mares y portales. Allí construiremos reinos, pueblos o clanes con infraestructura propia y característica. Y cada raza además de ser única físicamente, tendrá su pensamiento, su filosofía, su historia, su cicatriz colectiva, dependiendo claramente de su ideología personal. Para cada criatura hay que construir un pasado, un presente y un futuro entrante. Cada bosque tiene que tener sus propios árboles, sus clases de plantas y minerales; de igual modo en los prados, los desiertos o los mares. Hay que dar vida a una mitología propia e historias y leyendas antiguas, como también contar de razas extintas, antiguos reyes o aventureros. Dar vida a canciones en las cantinas, juegos de mesa propios del mundo, costumbres, culturas, dialectos y bibliotecas con literatura propia. Para escribir un nuevo mundo, debemos primero vivir en él.

—¿De qué manera dibujaste los territorios de tu mundo, sus accidentes geográficos, el espacio físico en el que se mueven tus personajes?
—Fue lo primero que hice al momento de crear Etsu Euria. Necesitaba vislumbrar el espacio con mis propios ojos. Tomé un lápiz, un papel y tracé sus fronteras. Y una vez que se dibuja la rueda, luego gira por si sola. Con el mapa entre manos, ya podía trazar las rutas de viaje, ver las estrategias de guerra, los pasos mercantiles o disponer tiempos de migración. Se debe tener presente también que el mapa es vivo y puede cambiar, pues siempre puede ocurrir que un reino caiga en ruinas por causa de la guerra, o que una estrella dormida forme un nuevo cráter, como puede ser incluso con la corriente de los ríos, lagunas, o formación de nuevos condados o posadas para viajeros.

—La magia es un tema central en esta saga, ¿en qué historias o autores te inspiraste para construir ese mundo mágico?
—Exactamente. No se trata solamente de inventar un mapa, razas y dar vida a una simple historia. Mi pasión es la fantasía, y lo que más atesoro de Etsu Euria, es que todo tiene su tinte particular. Es ahí donde la imaginación cobra importancia vital, porque cada viaje tiene que ser inolvidable, cada conversación, cada lucha, cada paisaje, tiene que descollar en la  más alocada de las magias.  ¡Se debe dar vida a una coreografía exquisita de palabras! Y sin duda me inspiré en aquellos autores que admiro: J.R.R.Tolkien, C.S.Lewis, Heinrich Heine, Caroll Lewis.

—Contanos un poco más sobre ese proceso de dar vida a cada uno de los clanes y razas de ese universo inventado.
—Es un momento de creación muy interesante. Se le otorga un nombre a la raza, una época de creación, un espacio físico donde interactuar y una historia de fondo. Cada raza tiene su filosofía, su cultura, sus intereses, motivaciones y hasta maneras peculiares de pensar. Dependiendo de la deidad que adoren, poseen diversas cualidades mágicas, simbologías rúnicas. Algunas criaturas son más propensas a vivir en ciudades, otras en bosques, cuevas, o algunas prefieren las montañas ya que pueden leer con exactitud las estrellas. Hay variabilidad en el uso de la lógica, la ira, la espiritualidad o la sabiduría. Dependiendo de la antigüedad o de la historia que hayan afrontado en el pasado, el clan y sus miembros suelen ser más propensos a interactuar con otras razas o no. Se debe tener presente además que, independientemente de la raza o de la historia, siempre hay aventureros osados que buscan romper con lo convencional y seguir su intuición.

—¿Quiénes son los personajes que te gustaría destacar y qué elementos te ayudaron a construirlos?
—En el encantado mundo de Etsu Euria, podemos encontrar un abanico muy bonito de personajes. Comenzando por Lizzie, una joven dulce y apasionada, es amigable y decidida a luchar por lo que cree correcto. Consciente de sus debilidades pero también de aquello que la fortalece; sabe que es una gran conquistadora.  Podemos destacar también a Ekrem e Immer, una pareja de jóvenes que ha incursionado ya en un sinfín de aventuras; desde las más descabelladas hasta las más serenas, y ambos aprenden de cada viaje, así como de ellos mismos. Ekrem es un mancebo con una historia muy profunda de fondo… una bruma oscura que lo ciñe desde el interior, Immer lo sabe y trata de ayudarlo, de sostenerle la mano y recordarle el camino de la luz. En personajes secundarios, puedo mencionar a alguno de mis favoritos. Entre ellos está la baladrona guerrera Gryfne, el mago elisiano Loreena, la arquera Ala con su hagalaaz, y puedo destacar también al príncipe Éliar, el príncipe Naridu, Coco, Absent y muchos otros. No obstante, y en un secreto casi a revelar, me atrevo a decir que mi personaje favorito de toda la saga es la villana Neresfát. Sé de antemano una historia muy profunda que se sujeta a su pasado. Conozco sus verdaderas motivaciones y futuras acciones y sé que tiene y tendrá muchísimo para dar y demostrar.

—¿Cuáles son los libros que ya forman parte de esta saga?
—Desde el inicio, supe que la saga contaría con un total de siete libros. Siete entregas que irían manifestado los sucesos ocurridos en la Era Segunda de Etsu Euria. A finales de 2019 se publicó la primera entrega titulada “Las Crónicas de Etsu Euria: La llegada de Lizzie”. Más tarde, en 2020, se publicaron otras tres entregas de la saga: “Las Crónicas de Etsu Euria: La Corona de Felga”, “Las Crónicas de Etsu Euria: Ekrem y el sarcófago de cristal” y “Las Crónicas de Etsu Euria: Odisea al son del laúd”. Y ya en marzo de este año se publicó la quinta entrega de la saga, titulada “Las Crónicas de Etsu Euria: Las Mazmorras de Lerak”. Las obras están a la venta en plataformas digitales, como Amazon Kindle, Google Play, La Casa del Libro y muchas otras. Por fortuna son libros bien recibidos por el público juvenil, que gustosamente siempre dejan reseñas positivas en Goodreads. Es una alegría contar con lectores que siguen el día a día de la saga y sus personajes. En el caso de las últimas entregas, tuve el honor de ver como los libros se posicionaban dentro del top 5 de eBooks de fantasía más leídos a nivel mundial en Amazon Kindle. En el caso del último, llegó al top 1 como libro más leído mundialmente con temática LGBT. 

—¿Qué es lo que se viene para completar la saga?
—Siempre digo que Etsu Euria es un mundo vivo, que avanza por sí solo. Me considero un simple narrador de sus muchas crónicas. Considero que siempre va a haber historias para contar. Su universo es grande e infinito. Aun así, en deparo de lo próximo, quedan dos obras más para publicar y concluir esta primera saga. Estimo estar publicando el sexto libro a finales de este año. Y en cuanto al séptimo y último, se publicará a mediados de 2022. En detalle y como proyecto adyacente. Puedo comentar que estoy trabajando junto a una colega en la publicación de una historieta gráfica, que narrará algunos sucesos de la Era Tercera de Etsu Euria y que ansío dar a conocer pronto sus primeros destellos de luz. 

—Para terminar, ¿en qué lugares de ese mundo mágico se sentiría a gusto Karel Hänisch y por qué?
—Al igual que mis personajes, creo que me vería invitado a recorrer las tierras de Etsu Euria de este a oeste, de norte a sur. En un mundo tan bonito me gustaría arremeter como aventurero y conocer cada esquina de aquellos mágicos lugares. De hecho en cierto sentido lo hago, porque para escribir primero hay que vivir, y siento realmente que he vivido ya mil vidas en los bellos páramos de Etsu Euria. Conozco sus aromas, sus colores, sus noches y sus otoños. Pero hay muchos lugares que me gustaría destacar como autor, pues amaría recorrer las calles de Eyritet, pasear en los bosques de hongos de Trimmortal, conocer Páramo de Tainës y volar en un búho sobre las Montañas Clarvet para viajar a algún festival al norte. Me gustaría beber en alguna cantina de Eldhjärta y, por qué no, conocer Pétalos Dorados, la ciudad de Xandrie, y hasta luchar en las fronteras de Kiró. ¿Dónde me gustaría vivir? Como sueña Immer, en una cabaña en Valle de Lágrimas Verdes, y en verano pasear por las playas del mar Aturn.

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La escritora Gabriela Romero nos presenta “Volví para amarte”, su nueva obra

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

No hay muerte. La vida sucede una y otra vez, cuelga del tiempo. Avanza y retrocede. Los hilos se enredan, cosen muchas veces la misma historia. Adelante y atrás, una costura sin límites. Un agujero en la trama, palabras descosidas. Voces silenciadas: tinta y sangre. Pinceladas derramadas en el futuro. No hay muerte: alguien vive en los hilos que faltan.

Volví para amarte, la nueva obra de Gabriela Romero, es un viaje a través del tiempo. Construida en distintos escenarios, invita al lector a deslizarse por los agujeros de la muerte, a pasar al otro lado de la vida para perpetuarla.

En diálogo con Contarte Cultura la escritora platense cuenta cómo vivió el proceso de construcción de esta historia publicada por Del Fondo Editorial.

—Comencemos esta charla haciendo foco en un personaje invisible que marca el ritmo de tu novela: el tiempo. Ese que se despliega y se pliega en las palabras para dar lugar a la magia. Si pudieras darle forma o ponerle un cuerpo a ese protagonista que enhebra la historia, ¿Cómo creés que se vería?

—Sería una figura humana estilizada, vestida con una túnica blanca y vaporosa como si fuera un ángel renacentista pero sin alas y que irradia luz, por lo tanto, no le veríamos los rasgos ni el color de pelo.

—Y si hablamos de tiempo, sin dudas tuviste que pasear por el pasado y caminar sobre el futuro para dar vida a tus personajes. ¿mo fue ese proceso de construir desde el presente las vidas de tus protagonistas?

—Qué interesante tu comentario y la pregunta, porque esta novela está signada por el tiempo. Me explico: Volví para amarte es la unión de dos libros escritos en dos momentos diferentes. La primera parte, Aquí estoy, mi querida E, la escribí en 2012; y la segunda parte, En alguna plaza, la comencé en 2018 y la terminé en 2022.  En ambos, el tema central es la reencarnación y el recuerdo de vidas pasadas. En ningún momento ni Emilia ni Eugenia dejan su presente, pero sí se altera y se confunde uno y otro durante el sueño en Emilia y en un estado de coma en Eugenia, porque ese pasado las tironea, las llama. Incluso, Eugenia sabe a qué vino a este mundo. Si fuera una escena de teatro, ambas estarían acostadas y la escena del pasado flotaría alrededor de ellas. Algo semejante sucede en En alguna plaza. Ema, Emilia y Eugenia son pasado, presente y futuro, al igual que Luciano e Iñigo. Pero también está Ana Paula, ella es un ancla, es la permanencia, es la antagonista de los contrastes temporales.

—Recordanos cómo se manifestaron las primeras semillas de esta historia y de qué manera trabajaste para continuarla. 

—Bien, voy a organizar la respuesta en tres momentos. La primera semilla surgió durante un viaje que hice con mi hermana y mi marido a Santa Fe, cuando, en el Museo Histórico Provincial de esa ciudad vi el retrato de un hombre que me deslumbró. Se trataba de un constituyente de 1853; en ese momento le comenté a mi hermana la idea de  escribir una novela acerca de una mujer que, desde la niñez, tiene un sueño recurrente con un hombre y de grande encuentra su retrato en ese museo. La segunda semilla apareció cuando tuve que pensar el nombre de la protagonista. Ema, Emilia y Eugenia. Fueron tres, en ese orden, sin embargo, yo escribí acerca de Ema y Emilia e hice una pequeña mención, como al pasar, del tercer nombre, pero para mí la historia de Aquí estoy, mi querida E estaba cerrada. Te preguntarás qué pasó con el tercer nombre.  Responder esto me lleva a remontarme a dos momentos, el más cercano se debió a que muchos lectores me pidieron su continuación, no estaban de acuerdo con el final, entonces, rescaté de mis recuerdos una foto que había tomado en 2007, durante un viaje a Asís. Es la foto de un franciscano. Este es mi Iñigo. Conclusión: todo comenzó cuando dos hombres me deslumbraron.

—֫En esa continuación creaste un universo muy particular, ¿cuáles fueron tus fuentes de inspiración para construir ese mundo futuro?

—Me costó muchísimo adelantarme al 2052, por cierto, un futuro cercano. ¿En qué me inspiré? En todo lo que leí: predicciones tecnológicas, proyección de la población mundial, avances actuales de la medicina, tendencias de infraestructura, prácticas a nivel de excelencia,  implicancia de la nanotecnología y la nanociencia. Lo que hay y lo que se espera. Lo que está en estudio. Además, tomé un curso de ciencia ficción con el escritor Martín Cristal en el que analizamos textos de diferentes autores y épocas, desde el surgimiento de este género hasta la actualidad. Mi fuente de inspiración fueron todas esas lecturas, pero también tuve que hacer un trabajo personal de dejar fluir, de inventar terminología, de apropiarme de lo existente, de jugar.

—La vida y la muerte se entrelazan a lo largo de toda la trama, pero justamente la muerte mantiene vivos a los personajes, como si en realidad no existiera. Contanos acerca de ese proceso de darle voz a los muertos.

—He soñado con muertos. Con mi papá, por ejemplo, a una semana de su muerte se me apareció en un sueño y me dijo que él estaba bien, que teníamos que rezar por todas las almas y no sólo por él. A mis dieciséis años soñé con un amigo de papá, que había muerto cuando yo tenía trece, me lo encontraba en la calle y me decía que les dijera a mis “viejos” (literal) que fueran a su casa a festejar el cumpleaños, no me dijo de quien, cuando me desperté se lo conté a mamá y me preguntó qué día era. El que cumplía años era él. Y sé de gente, niños por ejemplo, que hablan con familiares muertos. Lo viví como algo natural. De las tres novelas que he escrito, sólo en la segunda usé el realismo mágico porque me encanta, pero en estas dos o, mejor dicho, en Volví para amarte, darle voz a un muerto no fue realismo mágico. Para mí es realidad. 

—A cada vida le dibujaste un escenario, un lugar donde sucede la realidad de los protagonistas, ¿podrías nombrar algún objeto simbólico que represente cada uno de esos escenarios?

—En la primera parte, el agua y la tierra. En la segunda, el aire.

—¿Qué te dejó la escritura de esta historia?

 —Que nunca es tarde para que un sueño se cumpla. Que siempre se puede mejorar un texto. Que para escribir hay que dejar de lado el ego.

—Para terminar, si esta novela desprendiera un aroma a través de sus letras, un perfume que la represente, ¿cuál  sería y por qué?

—Una gardenia fue lo primero que pensé como flor, pero entonces me pregunté cómo será su perfume y lo busqué en Google. Ahí me enteré que también se la conoce como gardenia jazminoides y que es el jazmín del cabo. ¡Oh, sorpresa! Amo el perfume del jazmín y en la casa de mi tía abuela Genoveva había un arbusto tan grande que parecía un árbol. Y, de pronto, presente y pasado fue un solo tiempo.

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Seba Dorso y ’De nuevo el presagio’: “Me encontré con la confianza de trabajar a cuaderno abierto”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Rompe el capullo y extiende sus alas. Intenta un vuelo. Hay una ruptura, viento y alas en la canción que nace, una metamorfosis de las palabras. Y una distancia del refugio, donde los fantasmas repiten la geometría del espacio y se ovillan en el brote, en un punto de luz, como si fuera un presagio de cambio.

Todo proceso implica un viaje, movimientos sutiles que llevan de un lugar a otro. El compositor, pianista y cantante Seba Dorso ha vivido esa metamorfosis durante el proceso creativo de su último álbum “De nuevo el presagio”, una obra en formato trío en el que lo acompañan Diego Rodríguez y Agustín Pietribiasi.

Contarte Cultura charló con el músico para conocer su historia y los pasos que dieron para dar a luz este disco.

—Salir del capullo de lo conocido y desplegar las alas para cruzar hacia lo desconocido implica un movimiento y ese desplazamiento un cambio. Para comenzar esta charla vamos a hacer foco en esa imagen, la del anuncio de cambios que representa la esencia de tu álbum “De nuevo el presagio”. Si pudieras elegir una textura o un color que represente el movimiento que dio vida al disco, ¿cuál elegirías y por qué?

—¡Qué interesante! La textura es claramente rugosa, con información táctil. Eso fue muy buscado en el sonido de este disco, lo textural en el trío, lo rizomático. En cuanto a los colores, se me hace que las 5 canciones del disco tienen 5 colores muy diferentes, algo que fue de alguna manera buscado, intencional.

—¿Cuándo diste tus primeros pasos en el camino de la música? ¿Recordás cómo fue tu primer encuentro con un piano?

—Si, en casa de una tía de muy niño. A mi prima le habían comprado un hermoso piano que no usaba mucho, yo recuerdo enfrentarme a las teclas como a un abismo, algo ahí me atraía como un imán. Luego comencé a tomar clases de piano, unos años más tarde. No había en mi familia ni en mi entorno ninguna persona que hiciera música, así que no lo reconocía como un camino. Pero en la adolescencia empecé a conocer gente, músicas, músicos, empecé a compartir ensayos y a tocar y cantar en vivo, y de ahí ya no volví nunca más.

—¿De qué manera se gestan las letras de tus canciones y cuál es el proceso que las lleva a “salir de sus propios capullos”?

—Las letras me toman mucho tiempo en general, salvo excepciones. Surgen a partir de un brote, un verso o idea del cual se empieza a desenredar algo que al principio no se bien que es ni qué dice. Escribo, anoto ideas, tacho y reescribo en sucesivos o simultáneos cuadernos, hasta que empieza a aparecer el contenido o la forma.

—¿Cómo surgió la idea de este disco en formato trío y qué cosas te gustaría destacar del tiempo creativo de cada tema?

—La idea surgió del encuentro, de la conjunción de planetas en que resultó esta junta. En un momento tomé conciencia de la suerte que tenía de haber encontrado un grupo que funcionara y alimentara la música que se me ocurría, y entendí que tenía que aprovecharlo mientras estuviera. Es como el amor. En cuanto a los tiempos creativos, ahora que el disco está terminado tengo la tranquilidad del trabajo completado, pero fue un proceso que no estuvo libre de dudas y angustias. Por supuesto, todo ese trance nutrió a las canciones y al grupo. Durante varios meses llevé ideas al ensayo, probando arreglos y texturas; grababa los ensayos, luego escuchaba, reescribía arreglos, mis compañeros sugerían cosas que probábamos una y otra vez. Así fueron tomando forma las canciones, con paciencia. Sobre todo las tres primeras.

—Y justamente esos temas de alguna manera están hilvanados por un hilo temático, ¿cuál es esa línea conceptual que une las cinco canciones?

—Las tres primeras canciones funcionan como una obra integral, de alguna manera. Tienen un abordaje similar, son largas, y hablan de lo mismo de diferentes maneras: de lo que cambia, de lo que no cambia y se repite, o se estanca, de los cambios impuestos y que podemos o no hacer con eso, de los agentes de cambio.

—Seguramente también hubo cambios en tu manera de hacer música durante el proceso creativo, ¿con qué cosas nuevas te encontraste en el punto de llegada, al terminar el disco?

—Honestamente, con un resultado final que me pareció muy satisfactorio. No es tan habitual en mí esto. Encontré una manera de hacer música que me funciona en lo personal, por lo menos de momento. También me encontré con la confianza de poder trabajar a cuaderno abierto con compañeros que siempre fueron muy contenedores y proactivos, y me inspiraron muchísimo

—¿Cómo trabajaron el arte de tapa para resumir los conceptos del álbum?

—Fue un trabajo hermoso. Yo tenía esta idea, una escena en una mesa… Convoqué a una amiga artista que hizo la dirección de arte, con Mati Montagne que hizo las fotos y que trabaja junto con ella. Charlamos un poco del concepto, conseguimos el vestuario y los objetos, buscamos la locación, y luego trabajamos una jornada entera hasta que apareció esta foto. Fue un día perfecto

—¿Dónde y cuándo se presentará “De nuevo el presagio” y quiénes acompañarán ese encuentro?

—Se presenta el 17 de noviembre a las 20 en Circe Fábrica de Arte, en CABA. Van a estar tocando conmigo Diego Rodríguez en contrabajo y Agustín Pietribiasi en batería y percusión, que son mis compañeros de proyecto con los que hicimos esta obra. También van a estar de invitados Laura Ledesma, Nela Cuzzani y Marcos Monk.

—¿En qué nuevos proyectos estás trabajando actualmente?

—En estos últimos años estuve trabajando en proyectos teatrales, musicalizando y sonorizando. Es un mundo que me atrapa.

—Para terminar, un deseo para ese grupo de trabajo que acaba de iniciar sus primeros vuelos.

—Que vuele todo lo que pueda, que vuele alto y bien bajito también, bien rasante, y que nos haga mejores músicos y personas.

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Marisa Potes: “Escribo para vivir más de una vida a la vez”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

El amor viaja por las páginas. Es un latido pegado a las palabras, tinta derramada en otros tiempos. Es un punto que busca su espacio, suspendido, balanceándose entre pieles y miradas, como si necesitara muchas voces para aquietarse en un final.

La escritora marplatense Marisa Potes ha recorrido con sus palabras el universo de la novela juvenil, los cuentos y la novela romántica histórica. A “La soledad de los secretos”, publicada en 2022, le siguió “Rencor de amor”, editada en 2023, ambas por Del Fondo Editorial.

Contarte Cultura charló con la autora para recorrer y conocer el camino de sus letras, especialmente de su última obra.

—Comencemos esta charla con un juego de presentación. Imaginemos un lienzo o una página en blanco, un espacio vacío donde vas a dejar una huella, algo que te represente. ¿Cuál es la primera imagen que te aparece para contarnos algo de vos?

—Soy una persona más simple de lo que parece, y más compleja de lo que se piensa. Amo escribir historias, amo disfrutar historias. Escribo para vivir más de una vida a la vez y he aprendido a disfrutar de la belleza de las pequeñas cosas. Soy marplatense, me gusta el horizonte amplio de la costa y aunque a veces proteste por las variaciones del tiempo, reconozco que no podría vivir en un lugar donde el clima fuera siempre igual.

—¿Recordás cuándo y cómo nació en vos el deseo de contar historias?

—No podría ponerle una fecha, pero sí sé cómo fue el proceso: a partir de escucharlas primero, y leerlas o verlas después. Si en una reunión familiar alguien se ponía a contar una anécdota, yo estaba ahí. Mi mamá me contaba cuentos que inventaba en su mayoría; mi papá, fábulas o anécdotas que había oído. Después me compraban revistas infantiles, historietas. El momento de ir a la librería por un libro nuevo era fascinante: todos esos lomos en las estanterías, ofreciendo puertas a mundos infinitos. En algún punto disfrutar de historias producidas por otros no me alcanzó y empecé a producir las mías.

—Y desde ese momento siempre hubo algo para contar, ¿de qué manera se manifiestan los protagonistas de esas historias?

—La mayoría de las historias se me ocurren a partir de cosas que les ocurren a sus protagonistas. Desafíos que la vida les presenta, obstáculos que ellos mismos se ponen, objetivos que quieren alcanzar. Necesito empatizar con ellos, entenderlos, que me gusten, que me den ganas de contar su historia, porque soy novelista, y al ser novelista tenemos que convivir bastante tiempo.

—Tu primera novela romántica es “La soledad de los secretos” a la que le siguió “Rencor de amor”, ambas publicadas por Del Fondo Editorial. ¿Qué te sedujo de la novela histórico-romántica a diferencia de las otras que habías escrito antes?

—Escribo historias que tengo ganas de contar; personajes con los que tengo ganas de jugar, tramas que me gusta complicar, suspenso en el que quiero mantener a los lectores. Soy curiosa, y la Historia me gusta porque me gustan las historias. El contexto histórico para narrar ficción me parece muy rico, hermoso. He disfrutado como lectora/espectadora de muchos libros, series y películas en contextos históricos extranjeros. El nuestro es un espacio que me hubiera encantado encontrar en la colección Robin Hood, por ejemplo. Entonces decidí escribir mis propios libros en contextos que tengo ganas de visitar. En La soledad de los secretos, por ejemplo, una Mar del Plata que habito como ciudadana, pero que no había tenido oportunidad de recorrer como lectora. Mar del Plata es hermosa, y la vieja ciudad como escenario de ficción, ¡Ahhh! ¡Un deleite! Creo que en esa novela, el escenario es un personaje más. Las primeras novelas que escribí (el orden de publicación de mis novelas no coincide con su orden de escritura) fueron en contextos históricos de lo más variados. Y el romance, de una manera u otra, está presente en todas; las de otros géneros también. Salvo en las infantiles: ahí hay amores de otro tipo. Pero el amor, siempre presente. Es el verdadero motor del mundo.

—Hablemos de “Rencor de amor”, sin dudas tuviste que viajar en el tiempo para encontrarte con los personajes que caminan por sus páginas, ¿por qué elegiste viajar a la época del Centenario de la Revolución de Mayo?

—Amo que en la pregunta hayas puesto la expresión “viajar en el tiempo”, porque es una de las cosas que me gusta de leer y escribir. En 2009 caí en cuenta que pronto sería el Bicentenario, entonces me dije ¿cómo no escribir una historia en ese escenario? Tenía varias ideas sobre algunos personajes, y así nació Rencor de amor. En el período en que transcurre la novela (entre 1910 y 1912, aproximadamente) suceden una cantidad de cosas que si no fueran reales sería imposible inventarlas por inverosímiles. Pero ocurrieron. Y en ese marco el ascenso y caída de las familias “encumbradas”, como dice nuestro protagonista, ofrece mucho material. El amor teñido del rencor del pasado, la desesperación por mantener la posición social, los mandatos que pesaban sobre las mujeres que hacen que mi protagonista femenina sienta que lo único que puede hacer es “conseguir un buen partido”, son temas que atraviesan a mis personajes. Sí, los atraviesan como una daga que les hace doler el alma, y mueven la trama.

—Y haciendo foco en esos escenarios, ¿qué fue lo que más te gustó del proceso de recrear ese tiempo?

—Lo que más disfruté fueron las cosas que fui encontrando mientras investigaba. Sabía bastante de la época, pero comprobar cómo confluyeron el Centenario, el cometa Halley, la infanta española en el aniversario de la Revolución de Mayo (¡un delirio!), las grandes exposiciones, las fiestas diarias, los personajes, la mayor parte de la ciudad que es dejada sin luz sin ningún prurito para que un pequeño sector de gente disfrute de la iluminación, me fascinó y me sigue fascinando. Cada cosa es un elemento para nutrir los caracteres de mis personajes, cuya construcción también disfruté mucho.

—Hay acuerdos comerciales y hay amor rodando entre tus letras, ambas cosas atraviesan a los protagonistas. ¿Cuáles fueron tus mayores desafíos al momento de dar voz y vida a tus personajes?

—El mayor desafío fue ponerme en el lugar de ellos. Entender por qué hacen lo que hacen. Por qué los obligados a cumplir con un arreglo matrimonial dicen “nah, yo no me caso nada; me voy  a vivir por mi cuenta”. Ya sé que eso ocurrió, e increíblemente sigue ocurriendo, pero yo necesito entender las motivaciones, porque si no lo que estoy escribiendo es un personaje vacío. Y si algo me han dicho mis lectores es que empatizan con mis personajes, que les resultan genuinos. Entonces creo que el trabajo de entenderlos ha valido la pena.

—¿El odio podría considerarse otro protagonista de esta historia?

—Qué buena pregunta. Creo que ese otro protagonista, más que el odio, sería el rencor y lo que provoca aferrarse a él.

—¿En qué proyectos estás trabajando por estos días?

—Estoy trabajando en un cuento infantil y en otra novela romántica en contexto histórico, de la cual no puedo decir nada nada.

—Para terminar, si pudieras elegir un aroma que represente la esencia de esta novela, ¿cuál sería y por qué?  —No sé si hay un aroma con el que podría identificar la esencia de la novela. Pero pienso en algo que disfruta nuestro bello protagonista, por eso voy a elegir el aroma de los bizcochos de Olinda (quienes lean la novela verán quién es). Esos bizcochos representan las cosas buenas del pasado que aún persisten. Y si se me permite la analogía, el protagonista está para comérselo, igual que los bizcochos (risas).

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Propietaria/Directora: Andrea Viveca Sanz
Domicilio Legal: 135 nº 1472 Dto 2, La Plata, Provincia de Buenos Aires
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